¡®Madrug¨¢¡¯ teatral en compa?¨ªa de Jan Fabre
El core¨®grafo, dramaturgo y pintor propone una noche de ocho horas de espect¨¢culo en el Central de Sevilla
Jan Fabre (Amberes, 1958) est¨¢ igual que el 30 de enero de 2005. La misma voz, el mismo pelo, los mismos gestos, el mismo verbo afilado. En aquella ocasi¨®n presentaba en la madrile?a galer¨ªa Espacio M¨ªnimo sus dibujos hechos con su propia sangre y sus provocativas instalaciones. Esta vez est¨¢ en Sevilla, donde hoy, en funci¨®n ¨²nica en el Teatro Central y dentro de un ciclo centrado en las artes esc¨¦nicas flamencas, podr¨¢ verse su obra Esto es teatro como era de esperar y prever. A veces el t¨ªtulo se puede encontrar en ingl¨¦s, franc¨¦s o alem¨¢n. Es un producto rompedor y memorable que se estren¨® el 16 de octubre de 1982 en Amberes; luego, en octubre de 1983, fue al Festival de Oto?o parisiense y de ah¨ª, a marcar pauta y recibir mandobles a la vez que flores. La pieza dura ocho horas. El p¨²blico entra y sale a placer. En todos estos a?os, no ha cambiado ni un gesto. Lo que para algunos fue desmesura para otros result¨® un hallazgo est¨¦tico.
Ayer en Sevilla hab¨ªa un c¨¢lido sol de invierno que a los belgas les debe de haber parecido caribe?o. Los ocho artistas hac¨ªan su clase de estiramientos al aire libre sobre esteras mientras Fabre contestaba a las preguntas de este diario. Ninguno de los que hacen hoy la pieza estuvo en la distribuci¨®n original: ¡°?Imposible! Ahora tienen 30 a?os m¨¢s. Pero estoy preparando una obra de 24 horas de duraci¨®n¡±, explica. ¡°Usted no escarmienta¡±, le interrumpo. ¡°No, la verdad es que no¡±, sigue el creador belga, ¡°y en esa obra van a participar performers que han trabajado conmigo antes, y ahora est¨¢n en los segmentos de edad 50-60 o 30-40. Es como si el fantasma de Pina Bausch se mantuviera cerca: s¨ª, de hecho, esta vez la menciono dos veces¡±.
El proyecto de 24 horas tiene entusiasmado a este artista polifac¨¦tico en sus esencias (pintura, literatura teatral, ensayos, teor¨ªa del teatro, teatro de la danza, ballet): ¡°He hecho audiciones a m¨¢s de 800 artistas por muchos sitios del mundo; seleccion¨¦ a 40 y me los llev¨¦ a Amberes por un per¨ªodo, un curso. Despu¨¦s de ese taller intensivo de varios meses me qued¨¦ con 15 personas¡±.
La obra que se ver¨¢ hoy en Sevilla es la misma de 1982: ¡°S¨ª, exacta¡±, responde con la convicci¨®n de una regla coreogr¨¢fica: ¡°Se respeta tal como a la coreograf¨ªa acad¨¦mica de ballet, por ejemplo. Es la lectura esencial y ah¨ª est¨¢ el estilo¡±. Pero los artistas de hoy son diferentes: ¡°Obviamente. Por ejemplo, en origen Wim Vandekeybus tard¨® dos meses en la creaci¨®n del tango; el bailar¨ªn actual s¨®lo una semana en aprenderlo. Est¨¢ claro que los artistas ahora est¨¢n mejor preparados para asimilar algo as¨ª, pues los movimientos y la m¨²sica son los mismos¡±, argumenta Fabre. Se trata de un crisol profesional: ¡°Desde hace 30 a?os en mi compa?¨ªa han convivido actores y bailarines en una especie de contaminaci¨®n cruzada, y por esa raz¨®n se crea esta especie nueva de performer mixto; a los actores les ense?o a moverse, y a los bailarines a hablar. Tambi¨¦n les transmito una preocupaci¨®n por la iconograf¨ªa del cuerpo humano a lo largo de la historia del arte¡±.
La abundante obra escrita de Fabre es pr¨¢cticamente desconocida en Espa?a mientras en otros sitios tiene ya categor¨ªa de libro de texto: ¡°En Espa?a nada, pero en espa?ol s¨ª. En Latinoam¨¦rica s¨ª se me ha editado bastante¡±. Es alguien que por fin es profeta en su tierra: ¡°En Amberes se ha desarrollado un sistema de publicaci¨®n de mi experiencia, se trata de preparar al actor-bailar¨ªn-artista del siglo XXI, de lo que yo pienso que debe ser ese performer. No hago distinciones gen¨¦ricas entre actores y bailarines. Todav¨ªa se trabaja sobre categorizaciones del siglo XIX, pero hoy no es as¨ª. Todas las personas que inciden en la representaci¨®n se unifican. La formaci¨®n en danza contempor¨¢nea o ballet cl¨¢sico es limitada, pero debe en realidad abrirse¡±. Es una manera de mirar el futuro, algo sombr¨ªo, de las artes esc¨¦nicas de hoy: ¡°En tres a?os de formaci¨®n preparamos a ese performer del siglo XXI. Ya no existen maestros como Grotowski o Peter Brook, que fueron los ¨²ltimos formadores. Y eso hay que hacerlo. Es un asunto que sigue siendo dif¨ªcil de responder. Cuando yo empec¨¦, ellos eran los viejos. Ahora ya no est¨¢n y ahora el viejo soy yo. De todas formas est¨¢n pasando cosas interesantes y hay una generaci¨®n joven con mucho car¨¢cter¡±.
En Esto es teatro como era de esperar y prever los artistas repiten escenas, hay silencios, filmes caseros, llueve yogur y arena. El p¨²blico tiene libertad, pero regresa: ¡°?Eso espero, que vuelvan a sus butacas! Que se queden. La intensidad es fundamental y esto est¨¢ en mi forma de entrenamiento. Hay una sistem¨¢tica en ello¡±. Nadie duda de la vigencia de esta pieza larga como una jornada laboral: ¡°Vivimos en un mundo en el que los artistas se adaptan, se pliegan a lo que quieren los curadores o los organizadores. Nunca lo he hecho. Respondo a mis propias necesidades¡±, dice. ?So?aba en 1982 con esta trascendencia? ¡°En absoluto. Durante los ¨²ltimos 10 o 15 a?os teatros y festivales me han propuesto retomar esa obra y yo me negaba porque ten¨ªa miedo que el mito fuera mejor que ver la realidad. Pero la verdad es que ahora es mejor de lo que me esperaba¡±.
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