El hechizo mudo y en blanco y negro de ¡®Blancanieves¡¯

Es dif¨ªcil resistirse al enorme poder visual de la Blancanieves de Pablo Berger (Bilbao, 1963), una de las pel¨ªculas espa?olas m¨¢s sorprendentes de los ¨²ltimos tiempos y, con 18 candidaturas, la gran favorita de los premios Goya que se conceden ma?ana. Aplaudida por cr¨ªtica y p¨²blico, Blancanieves podr¨¢ adquirirse el pr¨®ximo domingo 24 de febrero con EL PA?S por el precio de 9,95 euros.

Blancanieves retoma el legendario cuento de los hermanos Grimm pero en los a?os veinte y en un paisaje del sur de Espa?a. Los toros, las mantillas y las coplas abren un nuevo universo a la manzana venenosa m¨¢s famosa de la literatura infantil. Interpretada, entre otros, por Maribel Verd¨² (una madrastra con sed m¨¢s de fama que de juventud), ?ngela Molina (la bella abuela ), Macarena Garc¨ªa (la torera Blancanieves) y Daniel Gim¨¦nez Cacho (el desgraciado torero padre de la pobre ni?a), la pel¨ªcula es una audaz apuesta muda y en blanco y negro que primero sorprende y convence despu¨¦s.

El filme de Berger, realizado con un equipo de m¨¢s de 500 t¨¦cnicos que han cuidado todos los detalles de un filme de una pegada pl¨¢stica abrumadora, ha sido un aut¨¦ntico fen¨®meno desde el mismo d¨ªa que ech¨® a andar. Pero detr¨¢s de su ¨¦xito se esconde una historia de lucha y empe?o por parte de su director, quien durante a?os vivi¨® con un proyecto bajo el brazo que se topaba sucesivamente con la incomprensi¨®n de casi todo el mundo. Un proyecto que cost¨® sacar a delante y que demuestra por qu¨¦ en el cine, como en casi todo, tiene sentido arriesgar.

En el germen del guion de Berger son importantes dos descubrimientos: Avaricia, obra maestra de Eric von Stroheim que Berger vision¨® en 1986 en una proyecci¨®n especial en el Festival de San Sebasti¨¢n, y una fotograf¨ªa de la serie Espa?a oculta de la fot¨®grafa de Magnum Cristina Garc¨ªa Rodero. Era la imagen de un grupo de bomberos toreros. Berger encontr¨® all¨ª a sus enanos (seis en lugar de siete) pero ech¨® de menos a la ni?a, a su Blancanieves.

Una imagen obsesiva a la que hoy debemos agradecer el fruto de esta gran aventura.