Concursantes
Hay una Espa?a que pelea por sus derechos en la calle, que ha entendido que la reforma consiste en devolverle dentro de un par de a?os al mismo sitio que ocupaba, pero con un tercio del sueldo, ninguna de las garant¨ªas laborales ni la protecci¨®n social fundamental. Lo m¨¢s duro de esta verdad es verse vapuleado por las mentiras, como dentro de una lavadora que mancha. As¨ª, Ana Mato usa el feminismo de paraguas y Montoro dice que no sabe si B¨¢rcenas se acogi¨® a la amnist¨ªa fiscal, pero s¨ª que los actores son tan malos que han tenido que subir los impuestos por culpa de ellos. Si el pacto anticorrupci¨®n nos obliga a tragar con personajes as¨ª, en plena verbena de esc¨¢ndalos, me temo que la hemorragia no terminar¨¢ hasta desangrarnos.
?En este panorama hay una Espa?a que concursa. A ver si la t¨®mbola le arregla las cuentas. Al contrario de lo que dice la leyenda, en ¨¦pocas de crisis no aumenta el juego, sino que tambi¨¦n se reduce; lo que aumenta es nuestro convencimiento de que la ¨²nica salvaci¨®n depende de la suerte. En contextos as¨ª, el personaje televisivo m¨¢s apreciable de los ¨²ltimos meses ha sido Arturo Valls, que desembarc¨® en Tu cara me suena de Antena 3 dispuesto a re¨ªrse, desinhibido y abierto. Super¨® ese componente de terror del programa, con caracterizaciones de museo de cera, gracias a la frescura oxigenada y a un ejemplo glorioso de actitud libre frente a los cors¨¦s.
Pero la concursante del mes ha sido una joven Lillit en Pasapalabra, apenas llegada a Espa?a hace unos a?os, de padres armenios y que era capaz de mostrar un dominio del lenguaje y de conocimientos variados, que justificaban por s¨ª la verdad de que la emigraci¨®n siempre mejora un pa¨ªs. Tras veintitantos programas fue derrotada sin lograr un rosco de m¨¢s de un mill¨®n de euros. El rosco de Pasapalabra es el gran programa cultural de su cadena, Telecinco, su Apostrophes, su Encuentro con las letras. En un pa¨ªs cuyas instituciones rebosan de tipos que se han pasado de listos, se aprecia enormemente atisbar a alguien inteligente. Como son inteligentes quienes saben leer la verdad del tiempo que estamos viviendo, patroneados por una pandilla de listos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.