Lo fundamental
Antonio Najarro, Carmen Machi, Concha Velasco, Jos¨¦ Carlos Plaza, Jos¨¦ M? Pou, Juan Mayorga, Mario Gas, Paco Azor¨ªn, El Brujo, Sergio Peris-Mencheta, Nathalie Poza, o Trist¨¢n Ulloa¡. ?Reclamos que ayudan a que la edici¨®n de este a?o del Festival de Teatro de M¨¦rida tenga una buena taquilla?... Es lo de menos. O quiz¨¢ no. Depende de que ¨¢ngulo de la manzana cartesiana se est¨¦ observando.
Lo que importa es que son grandes profesionales capaces de transmitir verdad sobre un escenario tan peligroso y tan excepcional como el del Teatro Romano.
La mayor¨ªa de ellos ya se han medido con el p¨²blico de este festival, con las piedras de ese ins¨®lito espacio. Nuria Espert dec¨ªa y dice que en M¨¦rida no es el p¨²blico el que te come: ¡°son las piedras¡±. L¨®gico. La energ¨ªa de esa gran embocadura no permite que all¨ª arriba se haga algo que no sea verdad. Cuando ocurre, y ha ocurrido en m¨¢s de una ocasi¨®n, las piedras escupen, rechazan, los actores se convierten en monigotes, gui?apos que hablan y caminan perdidos. Y el p¨²blico piensa que ha pasado una noche maravillosa, pero qu¨¦ l¨¢stima que no haya sido esa.
Todos esos profesionales medi¨¢ticos y afamados, y otros importantes nombres del mundo esc¨¦nico que a¨²n est¨¢n por confirmar, se ponen al servicio de unos textos de marcado car¨¢cter grecolatino. Y eso no es lo de menos. Eso es lo fundamental.
Porque lo que pone de relieve la programaci¨®n de esta 59 edici¨®n es que la especificidad de esta muestra, casi ¨²nica en el mundo, no s¨®lo no se pierde sino que se refuerza con la palabra de Eur¨ªpides, Lucio Apuleyo, Arist¨®fanes, Plauto y otros cl¨¢sicos, filtrados algunos por las plumas de Marguerite Yourcenar o William Shakespeare.
No hace tanto que se tem¨ªa por la continuidad de este festival, tal y como se concibi¨® en la segunda vida de este espacio, redescubierto para la escena en los a?os treinta del pasado siglo por Margarita Xirgu, quien lo reinagur¨® en 1933 con Medea, reinterpretada por Unamuno. Desde entonces, a esas piedras milenarias, se han ido a?adiendo otras intangibles marcadas por m¨²ltiples esfuerzos, nacidos todos ellos del inter¨¦s por redescubrir, a trav¨¦s de muchas y diferentes miradas, los or¨ªgenes del teatro. Y no se pueden ni se deben destruir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.