La semana de furia de Reixa
El presidente de la SGAE destapa otra caja de los truenos al denunciar a los programas nocturnos
Ant¨®n Reixa se levant¨® hace unos d¨ªas y le dio una patada a un avispero que ten¨ªa debajo de la cama. Esa ma?ana escribi¨® y mand¨® una carta a los 105.000 socios de la entidad que preside denunciando a un grupo de 11 afiliados que, seg¨²n ¨¦l, constituyen una red de amos y se?ores de la m¨²sica que se emite en los programas de madrugada de la televisi¨®n. Unos espacios ¡ªen la mayor¨ªa aparece una grotesca adivina o un acelerado presentador de concurso¡ª que utilizan a int¨¦rpretes inaudibles en un segundo plano para generar unos derechos de autor que estos ¡°intermediarios¡± se reparten con las televisiones. Un negocio maravilloso si atendemos a la recaudaci¨®n de esos socios, que en algunos casos superan el mill¨®n de euros anuales (el n¨²mero uno recibi¨® 1,4 millones) y triplican los ingresos de las estrellas del pop espa?ol por derechos de autor.
Antes de escribir la carta, Ant¨®n Reixa se dispon¨ªa hace una semana a cumplir su primer a?o de pl¨¢cido mandato al frente de la SGAE con el objetivo de que la entidad al fin dejase de ser noticia. Lo hab¨ªa conseguido. El esc¨¢ndalo del caso Saga, en el que la anterior c¨²pula directiva, incluido su presidente Eduardo Teddy Bautista, terminaron imputados, empezaba a desvincularse de la nueva ¨¦poca ¡ªen julio se cumplir¨¢n dos a?os y el caso sigue en un agotadora fase de instrucci¨®n¡ª.
En este tiempo la entidad se ha desprendido de parte de la pol¨¦mica y costosa red de teatros Arteria (250 millones de euros). Ha vendido los de Argentina y M¨¦xico por 25 millones y ha alquilado sus deficitarios estudios de grabaci¨®n a una productora de televisi¨®n iran¨ª. ¡°Hay que lograr que los muchos indicios que hay de sobreprecios, de tramas de proveedores, se constituyan en pruebas. Hemos gastado m¨¢s de 250 millones de euros en teatros sobrevalorados¡±, se?ala sobre la investigaci¨®n del juez Ruz.
Para la nueva SGAE se ha nombrado a un equipo de direcci¨®n a trav¨¦s de un proceso de selecci¨®n externo. Reixa se ha puesto un sueldo de 70.000 euros (Bautista cobraba casi 300.000 euros). Quiere transparencia, dice. ¡°Enciende la grabadora, aqu¨ª ya no hay off the record¡±, le suelta al periodista. Hoy tiene una directiva de signo variado donde todo se discute. Hasta el enfrentamiento. ¡°La unanimidad del pasado era muy sospechosa¡±, dice. Pero escribi¨® la carta y comenz¨® su semana de furia.
Los ingresos han ca¨ªdo un 16,1% en 2012 respecto a los del a?o anterior
Muchos de los afectados en el supuesto fraude de los programas nocturnos se han dado por aludidos. Especialmente Juan M¨¢rquez (fundador del grupo Coz), que se autoinculp¨® en una carta abierta donde defend¨ªa la legitimidad del ¡°negocio¡±. Y un centenar de socios le respaldan en la web www.vivodelamusica.com. Ven una cortina de humo de Reixa para tapar la ca¨ªda de ingresos (260 millones, un 16,1% menos que en 2011) y el trato preferente, dicen, que reciben las discogr¨¢ficas internacionales (beneficiadas en el reparto de 2012). Rafael Tena, exproductor del concurso La voz y gestor del cat¨¢logo musical de muchas televisiones, se?alado en el conflicto, ha denunciado a Reixa a la Agencia de Protecci¨®n de Datos por revelar su recaudaci¨®n. Su presidente los compara con los Tupamaros, un grupo de socios que en los setenta estaf¨® al resto recaudando por canciones que nunca sonaron.
La tensi¨®n se traslad¨® al consejo de direcci¨®n del jueves. Al presidente le dijeron de todo. Especialmente Jos¨¦ Miguel Fern¨¢ndez Sastr¨®n, su antiguo rival en las elecciones. No gust¨® que airease trapos sucios en p¨²blico. ¡°Me pareci¨® una acci¨®n unilateral y fuera de lugar. En una semana donde la prioridad deber¨ªa ser la Ley de Propiedad Intelectual, nos hemos visto abocados en un tema reglamentario que podr¨ªa abordarse dentro de la directiva y que ha sembrado divisi¨®n entre los autores. Me ha parecido irresponsable. Este a?o hay que juzgarlo por la ¨²ltima semana. Tenemos una Ley de Propiedad Intelectual que ha causado alarma por varios motivos. Hay una administraci¨®n empe?ada en privatizar lo que es p¨²blico y en nacionalizar lo que es privado. Esta ley solo tiene en cuenta los intereses de la industria¡±, critica Sastr¨®n.
"La unanimidad del pasado era muy sospechosa", se?ala el presidente
Aun as¨ª, por mayor¨ªa absoluta, se aprob¨® modificar el reglamento para el reparto de derechos y abrir diligencias informativas a los 11 implicados. Paso previo a posibles sanciones que pueden derivar en su expulsi¨®n. ¡°Es un problema muy localizado¡±, dice Reixa. Pero habr¨¢ pelea. Desde la trinchera de los implicados se insiste en se?alar a Pablo Hern¨¢ndez, director del gabinete jur¨ªdico de la SGAE en la ¨¦poca de Bautista y de Reixa, como aut¨¦ntico urdidor de ¡°la persecuci¨®n¡±. Su nuevo jefe le defiende. ¡°Es una sociedad muy grande y muy diversa. Las amenazas y la presi¨®n de esos privilegiados que recaudan cientos de miles de euros al a?o y se aprovechan de esta situaci¨®n no nos afectan¡±.
La guerra oculta la compleja relaci¨®n de amor odio que la SGAE mantiene con las televisiones, de quienes recibe el 50% de sus ingresos. Ante lo que consideraban un abuso, las cadenas crearon sus propias editoriales musicales para registrar miles de canciones que se emiten en franjas horarias imposibles y as¨ª reducir el coste de lo que pagan a la SGAE. Las televisiones, que consienten y se benefician de esta pr¨¢ctica legal ¡ªy exculpadas por Reixa de esta maniobra que considera fraudulenta¡ª no quisieron dar su opini¨®n a EL PA?S.
En un consejo de direcci¨®n tenso, se acord¨® actuar contra los 11 implicados
El ambiente se ha crispado sobremanera. Algunos socios quieren marcharse con la m¨²sica a otra parte. Hablan de crear una agencia paralela para escindirse de la SGAE y gestionar los derechos de televisi¨®n. Aunque la ley no lo permite todav¨ªa, se espera que una pr¨®xima directiva europea lo resuelva.
Lo que s¨ª aprob¨® el viernes el Consejo de Ministros es el anteproyecto de la Ley de Propiedad Intelectual, que confirma que la compensaci¨®n por copia privada pasa de 120 millones a 5 (la SGAE lleg¨® a percibir 30) y extrema el control sobre las entidades de gesti¨®n. Reixa llevaba un buen cabreo. ¡°Es muy grave. Se deval¨²a el trabajo del autor. El Gobierno est¨¢ en contra de este sistema autorganizado. Van a volver a crispar el ambiente porque se obliga a revisar las tarifas¡±. La relaci¨®n ¡°pacificada¡± con el ministerio se torci¨® en una tarde. ¡°Es escandaloso que la compensaci¨®n por copia privada siga siendo rid¨ªcula. O que vaya a cargo del presupuesto del Estado y que la industria tecnol¨®gica no retoque sus precios. Es una agresi¨®n a los usuarios¡±.
Esa preocupaci¨®n por los ¡°usuarios¡± es otra novedad. La SGAE busca simpatizar con sus clientes: las famosas peluquer¨ªas, bodas y bautizos. Se pretende flexibilizar tarifas y ofrecer plataformas de contenidos musicales como Spotify. Se reh¨²ye el enfrentamiento y se ha dotado a los comerciales (los famosos cobradores) de un sueldo que no se componga solo de variables por objetivos que alienten su voracidad. Pero eso, critican algunas voces de la junta, tambi¨¦n ha relajado el cobro y la recaudaci¨®n. Y al final, desde los tiempos de Sinesio Delgado en el siglo XIX o los m¨¢s recientes de los Tupamaros, la estabilidad de un presidente de la SGAE se sustancia en la cuenta de sus asociados.
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