Internet, la nueva era del rumor
Hans Joachim Neubauer aborda la problem¨¢tica de la habladur¨ªa a lo largo de los siglos
La informaci¨®n es una pieza clave en la vida de cualquier persona, ya sea para saber qu¨¦ horario debe cumplir, c¨®mo desempe?ar una funci¨®n o qu¨¦ puede ser peligroso y c¨®mo evitarlo. Por eso, Hans-Joachim Neubauer (Neuss, Alemania, 1960) se interes¨® por la rumorolog¨ªa para escribir Fama: Una historia del rumor (Siruela). "Es un agente hist¨®rico del que nadie habla, al que no se reconoce, pero que tiene fuerza sociol¨®gica. Es interesante ver c¨®mo distintas sociedades han tratado el rumor y c¨®mo reconocen su poder y peligro al mismo tiempo", explica al tel¨¦fono desde Berl¨ªn entre el alem¨¢n y el ingl¨¦s.
Poder. Secreto. Seductor. La habladur¨ªa, escurridiza e incontrolable, no solo sigue existiendo, cuenta el alem¨¢n, sino que recobra fuerza ante las nuevas tecnolog¨ªas. El ser humano no es capaz de escapar de la tentaci¨®n del poder que confieren la informaci¨®n y el rumor.
Lejos de la idea de que una sociedad desarrollada y civilizada est¨¢ a salvo del rumor, Neubauer advierte de que la habladur¨ªa ha encontrado cobijo en las nuevas formas de comunicaci¨®n. Estas herramientas contribuyen a su difusi¨®n, entendido como una voz "tan relevante como imposible de corroborar" que se propaga de forma aut¨®noma y r¨¢pida. Para ello, Internet y las nuevas tecnolog¨ªas fomentan dos aspectos vitales: llegar a un grupo numeroso de personas y que se apele a sentimientos fuertes como el miedo, el odio o la incertidumbre ¨Calgo de actualidad ante el escenario de crisis¨C. "Internet es muy r¨¢pido y cualquier desmentido llega?siempre tarde. Estamos ante una nueva era del rumor".
Neubauer: "El rumor permite a cualquiera formar parte de una discusi¨®n moral sin ser la persona que opina"
Gracias a esta arma de doble filo, el rumor y la propaganda que, afirma Neubauer, nunca han estado interesados en la verdad, podr¨ªan afectar incluso a los medios de comunicaci¨®n. "Es importante citar bien y nombrar las fuentes. Lo mejor contra el rumor es la palabra escrita. Est¨¢ ah¨ª al d¨ªa siguiente y puedes compararla con la realidad", receta el tambi¨¦n periodista y profesor universitario. Este peligro puede, asimismo, verse incrementado si la informaci¨®n se ve presionada adem¨¢s por la inmediatez y prisa, como explica el soci¨®logo franc¨¦s Pierre Bourdieu en Sobre la televisi¨®n (Anagrama).
Algunos ejemplos
Neubauer proporciona numerosos casos a lo largo del libro. Uno de ellos se remonta al comienzo de la I Guera Mundial en verano de 1914 al sur de Inglaterra, cuando se difundi¨® que tropas rusas se desplazaban por la zona. El rumor aseguraba haberlos visto en trenes, estaciones y hasta destrozar una m¨¢quina en Carlisle. As¨ª, el escritor muestra como la habladur¨ªa no es m¨¢s que un reflejo de los miedos e inquietudes de una sociedad con los que, a trav¨¦s de su ¡°interpretaci¨®n, pueden aportar coherencia a situaciones de gran inseguridad¡±.
Pero los rumores encierran tambi¨¦n un lado positivo. En el campo de concentraci¨®n de Sachsenshausen al norte de Berl¨ªn, el preso polaco Jakob Heym presum¨ªa de tener una radio por la que escuch¨® el avance de las tropas sovi¨¦ticas que vaticinaban la liberaci¨®n inminente. La supuesta noticia real se propag¨® por todo el campo convirtiendo a la habladur¨ªa no confirmada en motivo de esperanza.
M¨¢s recientemente muchos recordar¨¢n a¨²n el famoso rumor que protagoniz¨® el programa Sorpresa sorpresa de Antena 3, un espacio de entretenimiento basado en ayudar a ver sue?os cumpldos como conocer a un m¨²sico. En aquella ocasi¨®n, la habladur¨ªa aseguraba que en el momento en el que la presentadora Isabel Gemio conect¨® en directo con la casa de una chica a la que iban a presentar al cantante, la joven apareci¨® practicando sexo con su perro. Todo el mundo lo oy¨® pero nadie lo vio. Eso s¨ª, el rumor corri¨® como la p¨®lvora.
Por ello Neubauer incluye en su libro un apartado a las desconocidas cl¨ªnicas del rumor (rumour clinics), que empez¨® el psic¨®logo estadounidense Gordon Allport (1897-1967) en 1942. A trav¨¦s de la recopilaci¨®n de habladur¨ªas y su estudio, un grupo de intelectuales trat¨® de controlar la propagaci¨®n e impacto de los rumores. "Publicaban art¨ªculos en peri¨®dicos para deconstruirlos. Explicaban por qu¨¦ tend¨ªan a cre¨¦rselos, de d¨®nde ven¨ªan, por qu¨¦ eran peligrosos, etc¨¦tera". Sin embargo, el peligro no es nuevo aunque s¨ª comenz¨® a ser lo suficientemente importante como para que gobiernos e instituciones prestaran atenci¨®n de forma especial. "Lleg¨® hasta el ej¨¦rcito. Se pusieron pel¨ªculas a los soldados para concienciarlos. De aquella ¨¦poca recuerdo un cartel: Zip your lips and save a ship (Cierra la boca y salva un barco). Era genial, genial, sencillamente genial", se maravilla el alem¨¢n.
A lo largo de los siglos, pheme ¨Cla personificaci¨®n del rumor en la mitolog¨ªa griega¨C o fama, ha sido representada de diferentes maneras: como una mujer con una o dos trompetas, un hombre armado ¨Cpor Cesare Ripa¨C o, incluso, como un monstruo de muchas cabezas. En un texto de Shakespeare que recoge Neubauer, el rumor es definido como "una flauta donde soplan las sospechas, los recelos, las conjeturas, y tan sencilla y f¨¢cil de toca, que ese monstruo sin arte, de cabezas inn¨²meras, la multitud eternamente discordante y bullidora, puede hacerla resonar".
?Y por qu¨¦ tanto inter¨¦s por el rumor y el cotilleo? "Es una cuesti¨®n de poder, permite a cualquiera formar parte de una discusi¨®n moral sin ser la persona que opina", r¨ªe Neubauer. "La habladur¨ªa se centra en el secreto, en lo escondido, que suele ser algo negativo. Las personas ocultan su lado oscuro de otros (...) Contar algo te mete en el papel de alguien que sabe lo que hay detr¨¢s, has descubierto algo. A los rumores les gusta descubrir algo, es sexy y todos quieren tenerlo".
*Fama: Una historia del rumor, de Hans-Joachim Neubauer. Traducido por Germ¨¢n Garrido y editado por Siruela. 232 p¨¢ginas.
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