Montserrat Casas, rectora de la Universidad de Baleares

Montserrat Casas (Hostalric, Girona, 1955) fue durante los ¨²ltimos seis a?os rectora de la UIB (Universidad de las Islas Baleares), hasta que un colapso hep¨¢tico, que padeci¨® mientras era tratada de un c¨¢ncer, la venci¨® el pasado s¨¢bado, en un hospital de Barcelona. Los ¨²ltimos tiempos se dedic¨® a combatir el avance de la enfermedad sin abandonar su trabajo, al tiempo que intentaba frenar los recortes sobre los presupuestos de la UIB.

Casas vindic¨® con firmeza y mano izquierda la autonom¨ªa de la instituci¨®n ante el poder pol¨ªtico. Con su equipo mostr¨® una posici¨®n de exigencia y resistencia ante las decisiones del Gobierno balear del PP de cambiar la pol¨ªtica de normalizaci¨®n ling¨¹¨ªstica y de retirar la exigencia del conocimiento del catal¨¢n para acceder a la Administraci¨®n.

Era catedr¨¢tica de F¨ªsica At¨®mica, Molecular y Nuclear de la UIB, en la que trabaj¨® 30 a?os. Quer¨ªa ser maestra pero en su casa creyeron, en los setenta, que era una profesi¨®n ¡°masculina¡±. Estudi¨® Ciencias F¨ªsicas en la UAB (Universidad Aut¨®noma de Barcelona), donde ejerci¨® de profesora entre 1977 y 1983. Como investigadora trabaj¨® en Par¨ªs, en el Centro de Energ¨ªa Nuclear (CEN) de Saclay y en el Instituto de F¨ªsica Nuclear d¡¯Orsay. Ciudadana de la Transici¨®n, progresista, vivi¨® en el campus de Bellaterra de la UAB la etapa universitaria de ruptura con la dictadura y de la aparici¨®n de una nueva generaci¨®n de acad¨¦micos y estudiantes en democracia. Explicaba que conoci¨® a su marido, el tambi¨¦n catedr¨¢tico de F¨ªsica Te¨®rica y expol¨ªtico del PSOE, Carles Bona, en un concierto de Lluis Llach.

En el ¨¢mbito universitario balear, Montserrat Casas fue la primera S¨ªndic de Greuges (defensora de los estudiantes) durante cinco a?os y desde 2011 era vicepresidenta de la CRUE (Conferencia de Rectores). La profesora Casas, de talante cordial y socialmente activa, expres¨® hasta el ¨²ltimo momento su implicaci¨®n con la UIB. A modo de ¨²ltima exigencia y firma de epitafio, reclam¨® que, si fallec¨ªa, en su sepelio no hubiera flores y que las personas e instituciones que quisieran mandar coronas y ramos destinaran los fondos a la mermada partida de ayuda a la investigaci¨®n para j¨®venes.