La Uni¨®n Europea, un Frankenstein con resaca
El dibujante espa?ol Aleix Sal¨® ampl¨ªa sus horizontes en el nuevo libro, 'Europesadilla' El catal¨¢n vendi¨® miles de ejemplares de sus anteriores obras, 'Espa?ist¨¢n' y 'Simiocracia' Su f¨®rmula mezcla informaci¨®n hist¨®rica y econ¨®mica con s¨¢tira y vi?etas
¡°More lirili and less lerele¡±. A saber qu¨¦ pensar¨ªa el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, de esta receta de sentido com¨²n en spanglish que apareci¨® en su cuenta de Twitter. El mensaje iba firmado por el dibujante espa?ol Aleix Sal¨® y llegaba tras una serie de tuits del pol¨ªtico lamentando una crisis demasiado larga y el paro juvenil. ¡°Se puso trascendental, pero esas obviedades deber¨ªa dec¨ªrselas m¨¢s bien a la cara a los jefes de Estado de la UE¡±, insiste Sal¨® (Ripollet, 1983). Los que est¨¦n de acuerdo con ¨¦l, sigan sin entender qu¨¦ poder y competencias tenga exactamente el presidente del Consejo Europeo o lleven un rato pregunt¨¢ndose ¡°?Van Rompuy qui¨¦n?¡± pueden encontrar respuestas y risas en el nuevo libro del dibujante: Europesadilla. Alguien se ha comido a la clase media (DeBolsillo).
Tras retratar el drama de su pa¨ªs en los tr¨¢gicamente c¨®micos Espa?ist¨¢n y Simiocracia, y en los v¨ªdeos hom¨®nimos, Sal¨® ha ampliado ahora sus horizontes hasta el continente. ¡°Son las claves de la transici¨®n europea hacia la era de la volatilidad global¡±, resume el nuevo libro su autor. De la Europa doncella mitol¨®gica y con cierta pasi¨®n sexual por los toros a los pa¨ªses escayolados tras la segunda guerra mundial, Sal¨® acompa?a el continente por toda su historia hasta el monstruoso Frankenstein en el que, a su modo de ver, se ha convertido hoy: ¡°Las instituciones europeas tienen poco margen de maniobra. Es una Europa de los Estados, as¨ª que cuando las cosas van mal ellos son los principales responsables¡±.
M¨¢s a¨²n si las cosas no van mal, sino peor. Con la habitual mezcla de informaci¨®n, vi?etas delirantes y humor negro, Europesadilla se sirve de una Merkel con bigote de hitleriana memoria, de un pobre constructor de?Stonehenge humillado por las maravillas arquitect¨®nicas que se alzaban entonces en ?frica y Asia, o de una Europa del Sur entregada a la borrachera mientras la del Norte entrena en el gimnasio, para explicar c¨®mo se ha llegado hasta la catastr¨®fica par¨¢lisis actual. ¡°El tono tremendista es hiperb¨®lico, exagerado. Yo soy optimista¡±, aclara Sal¨®.
Sea como fuere, detr¨¢s de su iron¨ªa Europesadilla esconde meses de documentaci¨®n. ¡°No soy un purista del c¨®mic. Me preocupa mucho m¨¢s el contenido que el formato en el que se traduzca¡±, sostiene el dibujante. De ah¨ª que, para su obra m¨¢s seria, Sal¨® haya tirado de charlas con polit¨®logos e historiadores, de ensayos como El mundo de la antig¨¹edad tard¨ªa de Peter Brown (Gredos) y Por qu¨¦ fracasan los pa¨ªses de Robinson y Acemoglu (Deusto S. A. Ediciones) y ¡°mucha, mucha prensa econ¨®mica¡±. Hasta se fue a Bruselas, para ver de cerca c¨®mo late (s¨ª, aunque no lo parezca) el coraz¨®n de la UE: ¡°Me pareci¨® un mundo fascinante. Iba con el t¨ªpico prejuicio de que es un cementerio de elefantes y me encontr¨¦ con una instituci¨®n muy compleja y muy transparente¡±. El problema, o uno de ellos, es que nadie lo sabe.
All¨ª precisamente entra en juego ¨¦l: ¡°A partir de la s¨¢tira busco tambi¨¦n que se popularicen conceptos complicados y nombres como los de Van Rompuy o Schultz [eurodiputado socialista y presidente del Parlamento europeo]. Mi trabajo es contextualizar y sintetizar¡±. A veces incluso demasiado, porque para meter la historia de Europa en 192 p¨¢ginas es inevitable simplificar. Sal¨® se muestra consciente del riesgo (¡°estoy totalmente de acuerdo¡±) y de hecho hasta se autoparodia por ello en el libro, al afirmar que ciertos res¨²menes pueden causar un suicidio masivo de historiadores.
Aun as¨ª, la f¨®rmula funciona. Y entre los ejemplares vendidos de sus anteriores obras y los visionados de sus v¨ªdeos en YouTube, miles de seguidores buscan re¨ªrse y conocer m¨¢s una realidad que ha ido hundi¨¦ndose casi cuanto el pa¨ªs de Jodidonia que aparece en Europesadilla. ¡°Es muy fuerte. En 2009 los pesimistas dec¨ªan que la crisis se acabar¨ªa en 2011. Pero no estamos enfocando el problema desde la ¨®ptica id¨®nea. Esta liturgia de ¡®cuando salgamos de esta¡¯ conlleva que es una situaci¨®n an¨®mala que va desaparecer. Yo en cambio que es al rev¨¦s: la par¨¦ntesis fue la burbuja, y esta es la nueva normalidad¡±.
Ante este cambio, Sal¨® predica m¨¢s flexibilidad, aunque con matices. ¡°Es un mal necesario. Pero no en la traducci¨®n que se hace en Espa?a, con una perversi¨®n absoluta, de directivos sobrepagados que precarizan la situaci¨®n de sus trabajadores y les rebajan los sueldos¡±, defiende el dibujante. Se refiere, m¨¢s bien, a que ¡°quiz¨¢s no valga la pena hipotecarse por una casa porque puede que acabes trabajando en otro pa¨ªs¡±.
?l, sin embargo, trabaja y ¨Cpor fin- bien en el suyo. De hecho, ya puede vivir solo de sus libros: ¡°Lo he conseguido desde hace un a?o. Aunque he tenido que hacer apuestas muy duras durante mucho tiempo, asumir riesgos, invertir mi dinero y mi trabajo¡±. Es decir, todo lerele, nada de lirili. Entendido, ?Van Rompuy?
Babelia
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