Caperucita en El Boalo
La hermana de Carmen Mart¨ªn Gaite quiere convertir la casa familiar en un centro de estudios El organismo se ocupar¨¢ de los escritores de los cincuenta
Cuando Carmen Mart¨ªn Gaite abandonaba la lectura pod¨ªa ver la cima nevada de La Maliciosa, pico que se divisa n¨ªtidamente desde El Boalo, el pueblo madrile?o que su padre, un notario culto y ?feminista!, eligi¨® para retirarse de la urbe. La casa, construida con el granito localizado en la propia finca, alberga hoy la vivienda de Ana Mar¨ªa Mart¨ªn Gaite y tambi¨¦n la residencia de verano de la escritora, fallecida en 2000. Hasta aqu¨ª se ha trasladado toda la biblioteca de la autora de Caperucita en Manhattan y los muebles y objetos que permanec¨ªan en su piso madrile?o de la calle del Doctor Esquerdo.
Ana Mar¨ªa Mart¨ªn Gaite, que est¨¢ a dos pasos de los 90 y que desprende la chispa de los 30, pretende que este espacio se convierta en un futuro centro de estudios de los autores de los cincuenta. Esta ma?ana, tras la inauguraci¨®n del congreso internacional Un lugar llamado Carmen Mart¨ªn Gaite en el Ayuntamiento de El Boalo, que reunir¨¢ hasta el viernes a expertos en la figura de la escritora (las sesiones se trasladar¨¢n jueves y viernes a Madrid), recibi¨® por fin los primeros gui?os de un organismo que aprecia el proyecto: la Universidad Aut¨®noma de Madrid. ¡°Yo entrego la casa, la finca, los libros, todo, siempre que haya una instituci¨®n interesada¡±, se?al¨® Ana Mar¨ªa Mart¨ªn Gaite, que fue traductora de la ONU junto al poeta Jos¨¦ ?ngel Valente. ¡°Es un proyecto que empieza de forma muy modesta, como ahora con este congreso. Un a?o dedicado a Delibes, otro a Barral o Gil de Biedma¡ a todos los de esa ¨¦poca, que fueron muy importantes. Igual que nos han dado la vara con la Generaci¨®n del 27, pues ahora lo haremos con la de los cincuenta¡±, bromea Mart¨ªn Gaite.
El respaldo municipal, seg¨²n el alcalde Javier de los Nietos, consistir¨¢ en la protecci¨®n de la finca de 16.500 metros cuadrados ¨Cactualmente, suelo urbanizable-, que ser¨¢ declarada Bien de Inter¨¦s Cultural. Esto impedir¨¢ que la parcela sufra acometidas del ladrillo, como en el pasado, cuando una parte del terreno fue amenazado de expropiaci¨®n y acab¨® vendido por la familia.
En la casa de El Boalo permanece la esencia de la autora de Nubosidad variable. Est¨¢n sus libros: Fort¨²n, Camilleri, Conrad, Nabokov, Chirbes, Weil, Feijo¨®, Woolf, Eyre, Joyce, Austen¡ en fin selecci¨®n arbitraria de una mirada apresurada. La biblioteca es inmensa, incluyendo una notable colecci¨®n de aquellos libros de Austral que permitieron leer a una saga de espa?oles hu¨¦rfanos de referencias durante la posguerra. Adem¨¢s de obras, abundan detalles personales y cuadros, algunos pintados por el escritor Rafael S¨¢nchez Ferlosio, primer marido de Carmen Mart¨ªn Gaite, Francisco Nieva, Jos¨¦ Luis Borau o Juan Benet. Y muchas fotograf¨ªas: de Carmi?a y de su hija Marta, La Torci, fallecida en plena juventud; de Ana Mar¨ªa; de su padre, aquel notario que les dio rienda suelta para comerse el mundo cuando el mundo era un lugar vedado a las mujeres. Tambi¨¦n de Greta Garbo y James Dean, que la escritora siempre ubic¨® en su habitaci¨®n porque encarnaban el equilibrio y el caos, la combinaci¨®n de su propio ser.
Cuentan que Carmen llegaba a la casa de El Boalo quit¨¢ndose la ropa para lanzarse a la piscina. Adoraba la nataci¨®n. ¡°Era una t¨ªa muy legal, y simp¨¢tica. La echo de menos¡±, subraya su hermana mayor, que ataja pronto para evitar equ¨ªvocos con un gui?o ir¨®nico: ¡°Y no como hermana, sino porque era un referente. Nos hemos llevado bien, tal vez porque nos hemos visto menos¡±.
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