No hay futuro en el Metropolitan
El nihilismo punk se convierte en objeto de exposici¨®n en el museo neoyorquino La muestra rastrea su asimilaci¨®n por la moda y su influencia en la cultura de masas
Grandes carpas blancas y varias decenas de vallas desplegadas en la Quinta Avenida anunciaban ayer por la ma?ana la preparaci¨®n de la Gala del Instituto del Traje del Museo Metropolitan, la ya cl¨¢sica cita primaveral cuya alfombra roja rivaliza con las que se despliegan en Los ?ngeles para las estrellas de cine. En este caso, los fastos siempre van unidos a una gran exposici¨®n en torno a la moda, sin duda, una de las industrias m¨¢s poderosas de la ciudad de Nueva York. Pero, ?c¨®mo reconciliar este escenario con el no hay futuro del punk (el celebre no future de Sex Pistols), con el desenfadado, furioso, rebelde y an¨¢rquico esp¨ªritu del movimiento, pilar central de la exposici¨®n de 2013? ¡°Aunque la democracia impl¨ªcita en el punk es diametralmente opuesta a la autocracia de la moda, los dise?adores siguen apropi¨¢ndose del vocabulario est¨¦tico del punk para capturar su rebeld¨ªa juvenil y su agresiva contundencia¡±, se?alaba ayer por la ma?ana durante la multitudinaria rueda de prensa Andrew Bolton, comisario del Instituto del Traje del Museo Metropolitan. ¡°Aunque el punk rechazaba la nostalgia, se ha convertido en un movimiento profundamente nost¨¢lgico e incluso idealista. El punk resiste porque refleja nuestro anhelo por un tiempo en el que se celebraba la originalidad y la innovaci¨®n, en el que la moda era beligerante y provocativa y sobre todo un tiempo en el que la moda celebraba la individualidad y la expresi¨®n personal¡±.
La exposici¨®n Punk: chaos to couture (Punk: del caos a la costura) abierta al p¨²blico desde el 9 de mayo hasta el 14 de agosto, re¨²ne cerca de 100 piezas distribuidas en siete salas, incluye proyecciones de v¨ªdeos de conciertos y audio para trazar un mapa de este movimiento cultural a partir de dos epicentros fielmente recreados: la boutique Seditionaries, que Vivienne Westwood y su pareja Malcolm McLaren (descrito como el Diaghilev del punk) abrieron en Londres en los 70; y el CBGB la sala de conciertos del Bowery en Nueva York, cuyos urinarios est¨¢n fielmente replicados.
Las dos estancias han sido recreadas en la muestra con el mismo mimo que los salones ingleses y franceses que presenta el Metropolitan, como ¡°dos altares al punk¡±, seg¨²n Bolton. El romanticismo y hero¨ªsmo, de la rebeld¨ªa punk es el trasfondo que el comisario enfatiz¨®.
La gala que acompa?a a la cita es un cl¨¢sico en la ciudad
A la entrada de la exposici¨®n en la pared, una advertencia alerta al p¨²blico del contenido expl¨ªcitamente sexual que se presenta en las salas. Dos maniqu¨ªes, uno de ellos haciendo un corte de mangas, flanquean un v¨ªdeo de un concierto de los Sex Pistols de 1978 en Longhorn. Si en EE UU el movimiento punk cuaj¨® entre las clases medias, en Reino Unido tuvo una fuerte connotaci¨®n pol¨ªtica y social, y una veta rebelde en cuesti¨®n de moda mucho m¨¢s acentuada, que se tradujo en tachuelas, cueros, pantalones apretados y camisetas con mensaje.
En la irreverente individualidad que defend¨ªa el punk, (a trav¨¦s de la destrucci¨®n y customizaci¨®n de las prendas, a trav¨¦s de alfileres, rotos y manchas de pintura) se encuentra seg¨²n esta exposici¨®n una conexi¨®n directa con la alta costura, que desde un punto de partida diametralmente opuesto, tambi¨¦n preconiza la idea de unicidad y autenticidad. El trabajo de dise?adores como Vivienne Westwood en los a?os setenta o de Martin Margiela, Galliano, Versace, McQueen, Rodarte o el espa?ol Miguel Adrover en las d¨¦cadas siguientes afianz¨® el puente entre la cruda y rom¨¢ntica est¨¦tica.
¡°Los dise?adores se apropian de la rebeld¨ªa de la tribu¡±, dice el comisario
Punk: chaos to couture conecta el trabajo de Westwood con dise?os recientes de Rodarte y estructura el desenfado del punk a partir del concepto de ¡°hazlo tu mismo¡± que gui¨® su faceta est¨¦tica y cuyo eco ha reverberado en las pasarelas. La inclusi¨®n de materiales como bolsas de pl¨¢stico, peri¨®dicos o vajillas, el estampado con grafiti, el mensaje pol¨ªtico en prendas o los jirones son los cuatro ejes en torno a los cuales la exposici¨®n explora la conexi¨®n del viejo punk con el trabajo que hoy muestran las pasarelas. M¨¢s que abrir una nueva senda de inspiraci¨®n, la exposici¨®n toma una instant¨¢nea de c¨®mo se ha digerido el punk en versi¨®n moda y estilo, despojado ya de contenido pol¨ªtico. En la puerta de salida de la exposici¨®n, un ¨²ltimo maniqu¨ª levanta el dedo ¨ªndice a modo de despedida ¨¢ la punk.
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