El bestiario de Guadalupe Nettel
La escritora mexicana se?ala las verg¨¹enzas humanas a trav¨¦s de los animales en el libro de cuentos 'El matrimonio de los peces rojos'
A Guadalupe Nettel (M¨¦xico, 1973) le basta con comerse una cucaracha para sacarle las verg¨¹enzas al lector. Nada de disecciones sesudas o filigranas metaf¨ªsicas: un gato, una serpiente o unos hongos genitales y el rubor sube a las mejillas. El arca de No¨¦ lo ha divido en cinco cuentos bajo el t¨ªtulo El matrimonio de los peces rojos, con los que gan¨® el III Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero que organiza la editorial P¨¢ginas de Espuma y que hoy presenta en la Feria del Libro. ¡°Los humanos nos sentimos muy orgullosos y superiores a los otros animales por la facultad de razonar¡±, argumenta la escritora durante su ¨²ltima visita a Madrid. ¡°Pero la raz¨®n puede hacernos unas jugarretas terribles. Esta es la parte que me interesa subrayar. La belleza est¨¢ en lo que nos hace ¨²nicos¡±.
Desde que era peque?a, ve¨ªa en la gente, caras de animales. De la fisonom¨ªa pas¨® al comportamiento, con la ayuda de los documentales de la BBC y los bestiarios de Ambrose Briece, hasta desembocar en la literatura. ¡°Los seres humanos nos la pasamos repitiendo actos, como les sucede a los animales. Lo que siempre me ha interesado es sacar a la luz estas partes ocultas de las que nunca nos ufanamos¡±. As¨ª, una pareja de peces betta representa todas las tensiones que hay en un matrimonio, en el agua de una pecera. Una gata, joven, pero exultante, las dificultades de un embarazo repentino. Las molestas cucarachas, un retrato de la sociedad mexicana, marcada por la lucha de clases. Los hongos genitales, una particular interpretaci¨®n del amor en su forma de infidelidad. ¡°Todos los animales saben lo que quieren excepto el hombre¡±, apuntala Nettel, recurriendo a la cita de Plinio El Viejo que introduce sus relatos.
Denunciar las man¨ªas es lo que el jurado del Ribera del Duero tradujo como ¡°narrativa de atm¨®sferas turbadoras¡±. ¡°Lo an¨®malo se aposenta en lo cotidiano¡±, apostill¨® el escritor Enrique Vila-Matas. ¡°No creo en la normalidad. Todo forma parte del conjunto maravilloso de la vida cotidiana¡±, cierra el c¨ªrculo la autora, traducida al franc¨¦s, holand¨¦s, alem¨¢n, ingl¨¦s, portugu¨¦s, italiano, sueco entre otras lenguas.
Firmante de otros tres libros de cuentos (Juegos de artificio, Les Jours fossiles, P¨¦talos y otras historias inc¨®modas), un ensayo largo (Para entender a Julio Cort¨¢zar) y dos novelas (El hu¨¦sped y El cuerpo en que nac¨ª) ambas editadas por Anagrama. ¡°Mi literatura es un poco en zigzag: novela, cuentos, novela¡±, reconoce, ¡°creo que seg¨²n la etapa de mi vida necesito hacer algo largo, estable, incierto, y otras veces, terminar las cosas m¨¢s r¨¢pido¡±.
De su casa, sus recuerdos y su familia, Nettel recoge entre el 45% y el 50% de sus palabras escritas. ¡°La maravilla de la literatura que no tienen otras artes, es esa forma tan precisa de comunicar una subjetividad con otra subjetividad¡±. La autora est¨¢ convencida de que el poder de la narrativa reside en la transmisi¨®n de experiencias vividas. No hay en sus libros coincidencias espacio-temporales, sino periplos emocionales. Vivi¨® en Par¨ªs, Barcelona y Montreal, como sus protagonistas. Se enfrent¨® a las cucarachas en alg¨²n que otro piso alquilado. Y se cuestion¨® ¨Ccon algo m¨¢s que desconocimiento- por qu¨¦ ni su madre, ni sus amigos, ni siquiera los miles de libros sobre beb¨¦s, le hab¨ªan contado la revoluci¨®n f¨ªsica y emocional que le esperaba antes y despu¨¦s de dar a luz. ¡°El lector no es tonto, es imposible conseguir identificaci¨®n sin experiencia previa, si se engancha es porque le resuena¡±.
Babelia
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