La exposici¨®n de un mill¨®n de euros

Todo era (y es) superlativo en Giacometti. El hombre que camina I (1960) rompi¨® en febrero de 2010 todas las marcas de un precio pagado por una obra de arte vendida en subasta: 74 millones de euros. El ejemplar incluido en la muestra no es el mismo que se adjudic¨® aquel d¨ªa en Sotheby¡¯s de Londres. El nuevo propietario no se lleg¨® a conocer con precisi¨®n, aunque los rumores apuntaron a un coleccionista ruso. En Madrid se exhibe el original propiedad de la Fundaci¨®n Maeght. Existe un tercero en la Beyeler de Basilea.

Aunque el n¨²mero de piezas originales en escultura las determina el artista y el acuerdo general es que nunca superen la docena, Giacometti, al igual que Picasso, consideraba que tres era el n¨²mero perfecto. Ambos opinaban que m¨¢s all¨¢ de esa cifra, se pod¨ªa da?ar el molde, por lo que era obligado rehacerlo, y la obra pod¨ªa perder su esencia.

De El hombre que camina, Giacometti har¨ªa hasta 40 versiones espoleadas por la frustraci¨®n de no dar con el esp¨ªritu de un proyecto que nunca culminar¨ªa en la plaza del Chase Manhattan Bank de Nueva York. Otra de esas piezas llamadas a llenar ese espacio est¨¢ incluida en la muestra. Se trata de Mujer grande II, y su t¨ªtulo no es casual: la obra es, con sus 1.200 kilos, la m¨¢s pesada del recorrido.

Pablo Jim¨¦nez Burillo, director de la Fundaci¨®n Mapfre, calculaba ayer que este proyecto (para el que se ha pasado ¡°dos a?os a bordo de un avi¨®n para convencer a los 32 prestadores internacionales¡±) ha costado en torno al mill¨®n de euros. No es su exposici¨®n m¨¢s cara, pero s¨ª una de las m¨¢s costosas (la muestra dedicada al impresionismo se acerc¨® a los tres millones). Los seguros y los transportes de las obras, procedentes en su mayor parte de colecciones privadas, han supuesto un esfuerzo econ¨®mico notable.