La SGAE aprueba sus cuentas con un escaso margen y Reixa se salva por poco

Durante su centenaria historia, la SGAE ha incorporado distintos gremios a su personalidad. Pedazos de cuerpos que han terminado constituyendo una suerte de Frankenstein y una Junta Directiva donde se sientan editores, m¨²sicos, cineastas, discogr¨¢ficas, guionistas de televisi¨®n y productores encubiertos. Quiz¨¢ por eso, el zurcido de intereses desemboca siempre en una violenta confrontaci¨®n, como la escenificada ayer en la Asamblea General Ordinaria, a la que estaban llamados a las urnas 21.740 socios, y que se celebr¨® en un clima de notable tensi¨®n. La votaci¨®n, en el C¨ªrculo de Bellas Artes, deb¨ªa aprobar o rechazar las cuentas de la entidad, cuyos ingresos han ca¨ªdo este a?o un 16,2% y ha incurrido en m¨¢s de un mill¨®n de d¨¦ficit. Pero un amplio sector de socios la hab¨ªa planteado como un plebiscito sobre la figura de su presidente, Ant¨®n Reixa, que solo lleva en el cargo un a?o. Finalmente super¨® la votaci¨®n con un escaso 56,13% de votos a favor y 42,95% en contra. Pero hasta es resultado (que deber¨¢ conducir a la reflexi¨®n por la divisi¨®n que ilustra), la reuni¨®n hab¨ªa sido un circo de acusaciones cruzadas que, como siempre, dej¨® en segundo plano los problemas a los que se enfrentan los autores como la subida del IVA, la ca¨ªda de la demanda o la reforma de la ley de propiedad intelectual.

Parte del origen de esta agria asamblea (no se permiti¨® la entrada a la prensa y los asistentes iban dando cuenta de lo que suced¨ªa cuando sal¨ªan) es el enfrentamiento que Reixa mantiene con un grupo de socios a quienes ha acusado de pr¨¢cticas fraudulentas para enriquecerse con la m¨²sica que suena en los programas de televisi¨®n de madrugada (11 socios han registrado en seis a?os unas 25.000 canciones y han recibido unos 25 millones entre todos mediante porcentajes y comisiones en obras o arreglos de otros autores). Esta pol¨¦mica, que desde hace dos meses ha provocado una guerra de descalificaciones en Internet y en los pasillos de la SGAE (parte de la Junta de Reixa est¨¢ en contra, incluso dos de sus m¨¢s cercanos colaboradores le han dado la espalda) desemboc¨® ayer en una convocatoria r¨¦cord: 445 asistentes, que representaban a otros 396 y que pon¨ªan sobre la mesa 20.778 votos (el 20,35%). Las cuentas se aprobaron finalmente con 10.944 sufragios, por 8.374 en contra.

Antes de la votaci¨®n, y tras su presentaci¨®n t¨¦cnica sobre las cifras econ¨®micas ¨Cpor primera vez parte del equipo de la sociedad, incluida su directora general, tambi¨¦n intervino- y habiendo pedido la unidad de los socios para hacer frente al proyecto de reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, Reixa pas¨® al ataque antes de que lo hiciera el resto. ¡°Si hoy somos m¨¢s de 450 autores aqu¨ª y se quiere poner en cuesti¨®n las cuentas, impecables desde el punto de vista t¨¦cnico, es porque en marzo el consejo de direcci¨®n decidi¨® abrir expediente a 11 se?ores que acumulaban 25 millones de euros en derechos de autor. Esto es un fraude, es irregular. Esto es una sociedad de autores, no de intermediarios y productores. Con sus pr¨¢cticas nos estamos jugando la supervivencia de la sociedad. La televisi¨®n enriquece la m¨²sica, pero deben ser reguladas las pr¨¢cticas de utilizaci¨®n del repertorio. Hay que sacar a esos se?ores de ah¨ª. No son autores. La SGAE es la casa de los autores, y hay que conseguir que la entidad est¨¦ junto a ellos y que no tengan que ceder nunca su autor¨ªa a ning¨²n intermediario¡±, concluy¨® arrancando algunos aplausos.

Tras ¨¦l, intervino Jos¨¦ Miguel Fern¨¢ndez Sastr¨®n, rival en las pasadas elecciones y compa?ero de Junta Directiva. Dur¨ªsimo con Reixa, censur¨® las cuentas (ya rechaz¨® firmarlas cuando se confeccionaron), la calific¨® de ¡°ilegales¡± y le llam¨® ¡°cobarde¡± por delegar su exposici¨®n en los t¨¦cnicos. El pendiente de identificar, los 70 millones de euros que la entidad ha repartido entre sus socios, fue otro de los caballos de batalla. A Reixa se le acusa de haber favorecido a las discogr¨¢ficas.

Otro miembro de su junta, Juan Carmona, le reproch¨® que airease los trapos sucios en la prensa y se quej¨® de la ca¨ªda de la recaudaci¨®n (muchos lo atribuyen a la relajaci¨®n en el cobro para lavar la imagen de la SGAE). ¡°Tiene que venir aqu¨ª un gitano a poner transparencia¡±, dijo en tono jocoso agitando a la sala. Algunos de los 11 se?alados por el asunto de las televisiones defendieron su honorabilidad y atacaron a Reixa, como Juan M¨¢rquez ¨Cmuy significado en la pelea- o Jos¨¦ Luis Rup¨¦rez. ¡°Este tipo de situaciones se dan cuando llega la transparencia de golpe a lo que hab¨ªa sido una dictadura. Todo se vuelve muy pol¨ªtico. Pero las luchas internas de poder no pueden echarlo todo a perder¡±, confiaba antes de entrar Sabino M¨¦ndez, que dirigi¨® la transici¨®n de la SGAE despu¨¦s de que fuera intervenida por la Guardia Civil hace casi dos, y que ayer trat¨® de calmar la situaci¨®n con su sosegada intervenci¨®n. Visto con perspectiva, podr¨ªa incluso pensarse que esta casa solo es gobernable con la mano de hierro de su anterior presidente.