Paul Smith, gigante secreto del jazz
El pianista, un solista sobresaliente, acompa?¨® a Ella Fitzgerald y otros grandes vocalistas
Ten¨ªa pinta de cualquier cosa, menos de m¨²sico de jazz. A lo largo, de su vida, Paul Smith cultiv¨® la virtud de la discreci¨®n con determinaci¨®n absoluta. Fue discreto hasta en su nombre absolutamente vulgar. Pero era un gigante en los dos sentidos, literal y metaf¨®rico, de la palabra. ¡°M¨¢s all¨¢ de su estatura f¨ªsica¡±, escribi¨® el cr¨ªtico John S. Wilson, ¡°posee una t¨¦cnica superlativa al piano que conmociona a quien le escucha por vez primera¡±. Smith fallec¨ªa el pasado 29 de junio en California a los 91 a?os.
En Espa?a se le pudo ver varias veces, refugiado en la sombra de Ella Fitzgerald. Durante m¨¢s de tres d¨¦cadas, el pianista fue el fiel escudero de la cantante, que apreciaba en ¨¦l, antes que nada, su discreci¨®n y fiabilidad. Smith siempre estaba ah¨ª cuando la Gran Dama de la Canci¨®n le precisaba, tambi¨¦n en Berl¨ªn, aquel hist¨®rico 13 de febrero de 1960, cuando ambos grabaron una de las piedras miliares del jazz en disco: Ella in Berlin. Pero tambi¨¦n Sarah Vaughan, Pearl Bailey, Dinah Shore, Anita O¡¯Day, Rosemary Clooney y hasta Doris Day recurrieron al talento de Smith en un momento u otro. El pianista termin¨® por cogerle el gusto a eso de acompa?ar cantantes (y si femeninas, mejor), lo que le permit¨ªa exhibir sus dotes de discreci¨®n, elegancia y buen gusto, que son, precisamente, las que menos lucen, pero m¨¢s se agradecen. ¡°Un acompa?ante debe poner su ego en la repisa y actuar desinteresadamente¡±, declar¨® el pianista; ¡°su misi¨®n es conseguir que la cantante suene mejor de lo que lo har¨ªa sin ¨¦l¡±.
Nacido en la localidad californiana de San Diego en 1922, Paul Tatcher Smith pertenec¨ªa al selecto grupo de los m¨²sicos de jazz de la costa Oeste, conocidos por su sentido del swing elegante, sobrio y ligero. Junto al saxofonista Georgie Auld, grab¨® uno de los discos program¨¢ticos del estilo, Georgie Auld and his Hollywood all stars. Como la mayor¨ªa de los west coasters, Smith trabaj¨® a destajo como m¨²sico de sesi¨®n en los estudios cinematogr¨¢ficos (NBC y Warner Brothers), labor que simultane¨® con su trabajo como director musical en el show de Steve Allen. De alg¨²n modo, el fallecido jazzista se las ingeni¨® para compaginar todo ello con su trabajo como pianista y director musical de Ella, en cuyo puesto se mantuvo desde 1956 hasta los primeros noventa; y con Sammy Davis, Jr., de qui¨¦n tambi¨¦n fue director musical por cuatro a?os. Todav¨ªa tuvo tiempo de grabar discos como l¨ªder, m¨¢s de 60, seg¨²n sus disc¨®grafos, lo que pudiera parecer una cifra exagerada en quien pretendi¨® pasar inadvertido a ojos de la mayor¨ªa, si no fuera porque, adem¨¢s de acompa?ante, Smith fue un solista sobresaliente. No falta, entre la cr¨ªtica especializada, quien le ha comparado con Oscar Peterson, y quien con Bill Evans. En realidad, Smith ten¨ªa algo de los dos.
Babelia
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