El sabio hiperactivo del ¡®tecno¡¯
Aleksander Vinter es un m¨²sico electr¨®nico que padece este s¨ªndrome de genialidad Desde que asumi¨® su alias musical, 'Savant', en 2011, ha publicado siete discos Afirma componer entre dos o tres canciones al d¨ªa y lleva acumulados varios miles
Aleksander Vinter (Oslo, 1987) quiere ser un Peter Pan. Sus rasgos son los de un rebelde travieso, una versi¨®n amable pero de enorme parecido a la m¨¢scara que viste en sus conciertos: la de Guy Fawkes de V de Vendetta, el venerado c¨®mic de Alan Moore y David Lloyd. Y el nombre art¨ªstico que ha elegido, Savant, es un reflejo de la enfermedad que padece. Un s¨ªndrome de genialidad que le proporciona una memoria perfecta y una tremenda capacidad de trabajo que le permite componer dos o tres canciones al d¨ªa. Su ¨²ltimo ¨¢lbum, The Cult, que public¨® en julio, lo compuso en una semana. ¡°Fue duro, desde luego¡±, admite este joven compositor que bajo el nombre de Savant ha publicado siete discos en tres a?os. ¡°Compon¨ªa desde que me levantaba hasta acostarme, sin parar. Me gustar¨ªa que el ¨¢lbum tuviera diez canciones m¨¢s, pero no fui capaz¡±, confiesa, sonriente.
Videoclip 'Kittens on the Beat', con un tema de Savant de fondo, 'Wildstyle'.?
Vinter tiene motivos para sonre¨ªr. Lleva siete discos en tres a?os; se acerca a los 80.000 fans en Facebook; ha publicado su primer videojuego, Savant Ascent, un homenaje a los cl¨¢sicos que le inspiraron de joven; el videoclip Kittens on the beat en colaboraci¨®n con Corridor Digital, el m¨¢s visto de su canal de Youtube, ha superado los cinco millones de visionados; suma ya una nominaci¨®n a los Grammys de su pa¨ªs, que consigui¨® en 2009, con su anterior alter ego art¨ªstico, Vinter Hollywood; y se encuentra en plena gira por Estados Unidos y Canad¨¢. Su m¨²sica, fusi¨®n de todos los estilos con un esp¨ªritu electr¨®nico y una gran influencia de los videojuegos, conecta especialmente con el p¨²blico juvenil. "Tengo muchos fans de once y doce a?os que quieren venir a mi espect¨¢culo", revela el artista. "Pero claro, como la gente bebe y la entrada est¨¢ limitada a adultos, no pueden y se cabrean". ?
Savant es un ni?o grande. Se expresa combinando la reflexi¨®n del adulto con las onomatopeyas del ni?o, los ¡°?Bum!¡±, ¡°?Crash!¡± y ¡°?Bang!¡± que acompa?a con sus manos cuando quiere transmitir la ¨¦pica a la que aspira con su m¨²sica. Y es que su principal objetivo es volver a la inocencia de la infancia, ser ¡°un personaje de dibujos¡± que inspire a los m¨¢s peque?os. ¡°Cuando crec¨ª, en los ochenta, la fantas¨ªa que ve¨ªa en videojuegos y pel¨ªculas era muy divertida y luminosa. Pero en los noventa todo eso cambi¨® y se hizo muy serio y oscuro. Quiero devolver con mi m¨²sica a la gente a esas sensaciones positivas, a esa magia del todo es posible. Y quiero que los ni?os que me escuchen se inspiren y luego hagan cosas que molen cuando crezcan¡±.
El Nunca Jam¨¢s que quiere evocar Vinter se advierte en lo imprevisible de sus canciones. Por ejemplo, SledgeHammer, tema de su sexto disco, Alchemist, arranca como una pieza de c¨¢mara. En un minuto se transforma en una composici¨®n electr¨®nica de gran violencia con una percusi¨®n que cae como el martillo del t¨ªtulo. Y poco despu¨¦s de empezar el segundo minuto, cambio radical de nuevo, y una melod¨ªa propia de un videojuego de 8 bits, cercana a los ritmos de Super Mario Bros, vuelve a darle una vuelta de tuerca. Pero si hay una constante en su trabajo es la presencia continua de los midis de los videojuegos m¨¢s antiguos, los sonidos y melod¨ªas que sonaban a m¨¢quina porque todav¨ªa no est¨¢bamos en la ¨¦poca de las bandas sonoras de nivel cinematogr¨¢fico que tiene el sector hoy en d¨ªa. ¡°Con los videojuegos me pasa lo mismo. Me gusta replicar esos sonidillos que se hac¨ªan en los ochenta, porque solo ten¨ªan a un par de t¨ªos haciendo el juego en una computadora que no daba m¨¢s de s¨ª y que produc¨ªa esas melod¨ªas irreales y graciosas¡±, relata, entusiasmado, el m¨²sico. ¡°Ahora se componen grandes bandas sonoras con una orquesta como para el cine. Demasiado serio¡±.
Vinter cree que su obsesi¨®n por lo luminoso nace de la oscuridad de su pasado. Su infancia fue dura, con un padre alcoh¨®lico y una madre que tuvo que criarlo con muy pocos recursos econ¨®micos. Y adem¨¢s tuvo que lidiar con su enfermedad, que le diagnosticaron en la adolescencia, el s¨ªndrome de Savant, una clase de autismo que provoca el destacar hasta la genialidad en un aspecto, pero a cambio de padecer graves dificultades para interactuar socialmente. Por eso Savant viste disfraz y m¨¢scara en cada actuaci¨®n porque, adem¨¢s de aprovechar el misterio que genera transformarse en un icono, se siente m¨¢s seguro tras la m¨¢scara para poder tocar para 1.000 personas. ¡°Creo que el mejor arte nace de la oscuridad. Cuando lo pasas mal, tu creatividad explota. Por ejemplo, ?ves este billete de avi¨®n¡±, lo muestra a la pantalla, ¡°pues puede ser un juguete, un juguete para un ni?o al que no se los pueden comprar. Puede ser¡ un robot¡±. En un par de minutos, el ticket se transform¨®, en efecto, en un robot.
Tr¨¢iler de 'Savant Ascent', primer videojuego del m¨²sico inspirado en cl¨¢sicos como 'Castlevania'.
No todos los recuerdos de infancia son tristes para Aleksander Vinter. Hay algo que recuerda con gran cari?o, el primer instrumento que le permiti¨® hacer sus primeros pinitos en la m¨²sica: un teclado Casio infantil. "Ten¨ªa tres notas. Pero con eso pude hacer mis primeras canciones, con cuatro o cinco a?os", recuerda el artista. "De hecho, mi enfoque art¨ªstico nace de ah¨ª. Enorme en escala, pero minimalista en esencia".?
Aunque a Vinter lo que le gusta hablar es de m¨²sica, de ideas, de fantas¨ªa y de la infancia, sabe que tambi¨¦n hay que comer. Y lidiar con la industria de la m¨²sica. De ella le molestan especialmente fen¨®menos como Justin Bieber, al que describe como "la m¨¢quina", una estrella de laboratorio dise?ada por los grandes sellos discogr¨¢ficos con el dinero como ¨²nica meta. "Hay una diferencia brutal entre una estrella como Michael Jackson y una como Justin Bieber. Bieber est¨¢ prefabricado. Mientras que Jackson ten¨ªa un dolor interior que se reflejaba en toda su obra. Odiaba su aspecto, su m¨²sica, su vida. Y muri¨® de ese odio. Justin Bieber se encanta a s¨ª mismo. Y ese es el problema", sentencia Savant. "Al final, la gente va a hartarse de productores, de lo aburrido y predecible, y solo escuchar¨¢ a los artistas", apostilla.
La mirada de este m¨²sico apunta ahora al futuro, a algo muy grande que podr¨ªa suceder dentro de d¨¦cadas, pero que ya comienza a vislumbrar. ¡°Solo le dedico cuatro o cinco horas a cada canci¨®n. Los pensamientos van tan r¨¢pido en mi cabeza que siento que voy a explotar y necesito hacer algo r¨¢pido y terminarlo¡±, confiesa el m¨²sico. ¡°Pero creo que mi pr¨®ximo objetivo ser¨¢ parar y dedicarle, no s¨¦, semanas o incluso meses a un solo tema. Y hay algo que veo en mi cabeza desde hace tiempo, algo que es¡±, separa las manos y comienza a acercarlas lentamente, ¡°como el universo dejando de expandirse y luego contray¨¦ndose para hacer un nuevo Big Bang. No s¨¦ qu¨¦ es. Tal vez la canci¨®n m¨¢s grande de toda la historia¡±, rompe a re¨ªr.
Pero antes de esa composici¨®n que lo obsesiona, Savant tiene otros miles de canciones que sumar a su ya gigantesca colecci¨®n. Una de ellas la ha compuesto en exclusiva para EL PA?S. Y lleva por t¨ªtulo el de esta cabecera.
El Peter Pan del 'dubstep'
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