Los vestigios de la Fuerza
Una artista italiana fotograf¨ªa los plat¨®s de ¡®La guerra de las galaxias¡¯ en T¨²nez Algunos de los escenarios fueron abandonados en medio del desierto
Resulta que la galaxia no era tan lejana. Nada de a?os luz: se halla, m¨¢s o menos, a unos miles de kil¨®metros. En concreto, en los desiertos de sal de Chott el-Gharsa y Chott el-J¨¦rid (T¨²nez). All¨ª se rodaron algunas secuencias de La guerra de las galaxias, all¨¢ por los setenta. Y all¨ª siguen, m¨¢s de 40 a?os despu¨¦s, los restos de los plat¨®s que George Lucas y su equipo montaron para retratar Tatooine, el planeta natal de Luke Skywalker. Cerca de la frontera con Argelia, hasta se puede ver la casa donde se cri¨® el hombre que acabar¨ªa con el Imperio Gal¨¢ctico. ¡°Es complicada de encontrar. Tuve que alquilar un quad. Pero cuando la ves el impacto emotivo es muy fuerte¡±, cuenta R? di Martino. En 2010 esta videoartista italiana explor¨® y fotograf¨ªo durante unos 15 d¨ªas las ruinas tunecinas de La guerra de las galaxias: el resultado es el proyecto No more Stars, que se expone hasta el 10 de noviembre en el Museo MALI de Lima, tras pasar por la Tate Modern de Londres.
Antes de su aventura espacial, Di Martino estaba viajando por el mundo desde su casa. ¡°A veces busco sitios con Google Maps. En Chott el-J¨¦rid un turista espa?ol hab¨ªa publicado una foto con peque?as ruinas que se titulaba Ya no hay paciente ingl¨¦s¡±, cuenta por tel¨¦fono la artista. El usuario se refer¨ªa a las huellas dejadas por el rodaje de la pel¨ªcula de Anthony Minghella. Siguiendo la pista, y su pasi¨®n por el legado del cine, Di Martino descubri¨® que las arenas del Norte de ?frica acogen un universo de plat¨®s abandonados, de la antigua Roma al Tibet, de las tierras de Prince of Persia a los restos de Tatooine. Y decidi¨® ir a verlos con sus ojos.
Nadie, al parecer, se preocup¨® de quitarlos. Ni las productoras, ni los Gobiernos locales. ¡°Supongo que por razones econ¨®micas¡±, sugiere Di Martino. As¨ª que los vestigios del cine que fue siguen en su sitio. Eso s¨ª, con las arrugas que dejan tormentas de arena y de turistas. ¡°Es un paisaje muy llano, casi marciano. Me pareci¨® muy l¨ªrico que hubiese ruinas de ciencia ficci¨®n, del futuro, que ahora son ruinas biol¨®gicas¡±, aclara la responsable de No more Stars.
A un aficionado, en cambio, el asunto le pareci¨® desagradecido. ?C¨®mo se pod¨ªa abandonar la casa del hombre que hab¨ªa salvado la galaxia? Donde no bastaba la Fuerza, lleg¨® la pasi¨®n: una campa?a de crowdfunding en Facebook recaud¨® 15.000 euros para arreglar el hogar de Skywalker. Y un pu?ado de fans se desplaz¨® hasta T¨²nez para repintar el edificio y devolverlo a su antiguo esplendor. Luego, colgaron online un gui?o a los financiadores (y a la princesa Leia): ¡°Nos ayudasteis. ?rais nuestra ¨²nica esperanza¡±.
Aun as¨ª, algunos de los restos del filme corren otro peligro. Un art¨ªculo publicado por un grupo de ge¨®logos en el semanario Geomorfolog¨ªa avis¨® en julio de que, en dos o tres a?os, la migraci¨®n de dunas podr¨ªa enterrar las ruinas. Por lo visto, el principal enemigo son unas colinas de arenas de hasta 10 metros de altura. Un riesgo real, vamos. Nada de amenaza fantasma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.