La ley del deseo

Adaptaci¨®n de la primera novela escrita en franc¨¦s, y galardonada con el Goncourt en 2008, del escritor y cineasta afgano Atiq Rahimi, La piedra de la paciencia parte de la voluntad de denuncia sobre lo concreto ¨Cla claustrofobia existencial de la mujer en una sociedad integrista- para proponer un discurso mucho m¨¢s amplio: la impugnaci¨®n del poder patriarcal a partir de una incontrolable y desbordada subjetividad femenina que acaba encontrando su arma de insumisi¨®n en la liberaci¨®n del deseo. Rahimi escribi¨® su historia como respuesta al caso real de la poeta afgana Nadia Anjuman, asesinada por su marido que, poco m¨¢s tarde, qued¨® en coma tras intentar suicidarse inyect¨¢ndose gasolina en las venas. La piedra de la paciencia no cuenta la historia de Anjuman y su asesino, sino que parte del empe?o de Rahimi por imaginar lo que le hubiese podido decir la poeta a su verdugo si hubiese tenido ocasi¨®n.

Los personajes de La piedra de la paciencia no tienen nombre: en los cr¨¦ditos se les identifica, de manera significativa, simplemente como el Hombre y la Mujer. El Hombre es un h¨¦roe de guerra con el cuerpo postrado, suspendido entre la vida y la muerte tras haber recibido un disparo en el curso de una discusi¨®n trivial. La Mujer es la joven esposa que lo cuida, mientras va desgranando la confesi¨®n de todos sus secretos vitales: esa vida interior cuyo desarrollo no pudieron cortar ni un padre maltratador, ni un marido ausente, ni una realidad social, pol¨ªtica, cultural y religiosa que condena a lo femenino a la sumisi¨®n y la invisibilidad.

Con la colaboraci¨®n de Jean-Claude Carri¨¨re en el gui¨®n, Rahimi firma una pel¨ªcula donde la situaci¨®n claustrof¨®bica que centra el relato se ve suavizada, en todo momento, por sinuosos movimientos de c¨¢mara, a menudo demasiado preciosistas, a ratos discutibles pero que acaban ajust¨¢ndose como un guante a los ritmos internos del mon¨®logo de la actriz Golshifteh Farahani, en un portentoso recital que pasa del afecto al resentimiento, de la delicadeza a la violencia. La apuesta formal habla, al mismo tiempo, de la condici¨®n de exiliado del cineasta ¨CLa piedra de la paciencia es una co-producci¨®n hablada en farsi, que, en su caligraf¨ªa visual, parece pensarse a s¨ª misma como pel¨ªcula europea- y funciona como falsa pista: la fluidez de las im¨¢genes contrapesa la radicalidad del planteamiento dram¨¢tico, pero, por fortuna, no resta fuerza, ni brutalidad a un crescendo que culmina con una escena cat¨¢rtica muy dif¨ªcil de olvidar. Del mismo modo que Farahani no encarna a Anjuman, sino a todas las mujeres, la pel¨ªcula tampoco habla, ¨²nicamente, de lo que pasa en Kabul.