El azote del patio de butacas
El director art¨ªstico del Teatro Real, en tratamiento por un c¨¢ncer, abre el debate por su sucesi¨®n en 2016. Pero la decisi¨®n est¨¢ casi tomada: ser¨¢ un espa?ol. As¨ª es la trayectoria y la herencia en ¡®l'enfant terrible¡¯ de la ¨®pera actual
Gerard Mortier (Gante, 1943) forj¨® su cultura musical a bordo de un viejo coche que conduc¨ªa cada fin de semana hasta Colonia o D¨¹sseldorf. Recorr¨ªa 300 kil¨®metros de ida y otros tantos de vuelta por la noche para empaparse del gran repertorio oper¨ªstico que en Gante, la ciudad donde sus padres regentaban una pasteler¨ªa, no pod¨ªa escuchar. ¡°La ?pera Real de Gante es un esc¨¢ndalo cultural flamenco¡±, escribi¨® ya a los 27 a?os dando tempranas muestras de su gusto por el conflicto. Las fronteras ¡ªmenos a¨²n la de Alemania¡ª no eran obst¨¢culo. Su educaci¨®n jesu¨ªtica, suele contar, le permiti¨® perseverar siempre en lo que considera lo m¨¢s importante: el estudio y el trabajo. Incluso ahora, en pleno tratamiento de un c¨¢ncer que le retiene en una cl¨ªnica de Alemania, sigue extremadamente preocupado el desarrollo del proceso que desembocar¨¢ pr¨®ximamente en el nombramiento de su sucesor al frente del Teatro Real. Tras la publicaci¨®n de una entrevista con EL PA?S esta semana donde lo explicaba, a muchos les resulta incomprensible que en su situaci¨®n gaste energ¨ªas en este asunto. Es al rev¨¦s. Le da fuerza.
Procedente de la ?pera de Nueva York, donde dio un portazo antes de tomar posesi¨®n cuando el presupuesto se redujo casi a la mitad de lo prometido (de 60 a 36 millones de euros), Mortier afronta este a?o su cuarta temporada al frente del coliseo madrile?o (que le ofreci¨® los recursos que le negaban en Nueva York). A dos a?os de su despedida, asegura que hab¨ªa consensuado abrir un proceso de selecci¨®n del nuevo director. Iban a ponerse sobre la mesa los nombres de seis candidatos internacionales propuestos por ¨¦l, as¨ª como otros del ministerio de Cultura. A finales de agosto, d¨ªas despu¨¦s de su operaci¨®n, supo por el presidente del Patronato del Teatro Real de Madrid, Gregorio Mara?¨®n, que el sucesor ser¨ªa un espa?ol. El director del Liceo, Joan Matabosch, es el mejor situado. La decisi¨®n, seg¨²n fuentes del Patronato y del Ministerio de Cultura, est¨¢ muy cerca de consumarse. El pasado mayo, seg¨²n ha podido saber este peri¨®dico, el director general del INAEM, Miguel ?ngel Recio, asegur¨® delante de otras personas que no iban a permitir que Mortier pilotase su sucesi¨®n. Y ¨¦l lo tiene bastante asumido. La temporada que arranca ya est¨¢ cerrada. De momento, dice, esperar¨¢.
¡°Es amigo de los artistas. Y eso es important¨ªsimo para trabajar¡± Michael Haneke
El p¨²blico no siempre quiere a Mortier all¨¢ donde va, pero suele echarle de menos. Esa es la relaci¨®n que mantiene a menudo con el patio de butacas. Le pas¨® en Salzburgo, donde la violenta renovaci¨®n que emprendi¨® comenz¨® con el rechazo p¨²blico de algunos c¨ªrculos de su predecesor, Herbert von Karajan, y termin¨® con una oferta de renovaci¨®n despu¨¦s de diez a?os por cinco m¨¢s (que rechaz¨®). La revoluci¨®n se fragu¨® desde la programaci¨®n y los artistas ¡ªse apost¨® por repertorio moderno como un San Francisco de As¨ªs de Peter Sellars o Desde la casa de los muertos, con escena de Eduardo Arroyo y la batuta de Claudio Abbado¡ª hasta la bajada de precios y cambio del sistema de abonos para atraer al p¨²blico m¨¢s joven. Desat¨® la pol¨¦mica. Se enfrent¨® al ultraderechista J?rg Haider. Pero todav¨ªa le a?oran. O en Bruselas, donde convirti¨® la Monnaie, un teatro de quinta divisi¨®n, en un faro cultural europeo. Incluso en Par¨ªs, donde acab¨® enfrentado a un amplio sector de los c¨ªrculos oper¨ªsticos, pero tambi¨¦n reconocen que nada ha vuelto a ser igual desde entonces. St¨¦phane Lissner, por cierto, tiene la dif¨ªcil misi¨®n en 2015 de hacerle olvidar.
El director de escena Bob Wilson le conoci¨® durante el periodo austriaco y todav¨ªa recuerda las dificultades del primer momento. ¡°Fue complicado llegar y encontrar la herencia conservadora de Karajan. La gente qued¨® muy impactada con su programa de m¨²sica moderna. Pero en un a?o o dos, estaba sold out. Betty Freeman iba a Salzburgo a ver esos montajes, no a Mozart. Encontr¨® un nuevo p¨²blico, y creo que estaba haciendo eso tambi¨¦n en Madrid¡±, explica por tel¨¦fono. Wilson cree que no ser¨¢ f¨¢cil reemplazarle. ¡°Habr¨¢ que buscar al m¨¢s cualificado, sea espa?ol o de Nueva Zelanda. El Real nunca hab¨ªa tenido esta proyecci¨®n e imagen internacional. Hay que pensar a lo grande, y no de una forma provinciana¡±. Algo muy parecido opina el cr¨ªtico brit¨¢nico Norman Lebrecht, que advierte de la posibilidad de degradar el nivel internacional del Real si no se estudia la lista de Mortier.
Su labor tambi¨¦n ha sido muy discutida en Madrid. La prensa ha especulado peri¨®dicamente sobre una inminente espantada. Se ha enfrentado al Gobierno Regional, a parte del Patronato y al sector del p¨²blico de gusto m¨¢s conservador. Se le ha acusado de cierto autoritarismo intelectual y de falta de flexibilidad con el repertorio para contentar a un auditorio m¨¢s tradicional. ?l se revuelve: la ¨®pera no puede ser solamente un entretenimiento, no consiste en ir a pasar el rato. Algunos le han reprochado tambi¨¦n su reiterada apuesta por los valores seguros de su carrera (San Francisco de As¨ªs, La clemenza di Tito, El caballero de la rosa¡). Y al final, la cr¨ªtica m¨¢s extendida ha sido la de pretender imponer sus gustos. ?l matiza la frase: ¡°No son gustos, son convicciones¡±. En el debe, y a diferencia de lo que logr¨® a su paso por la Monnaie de Bruselas ¡ªdonde consigui¨® en 10 a?os 14.000 abonados¡ª, la ocupaci¨®n ha descendido. Aunque tambi¨¦n lo ha hecho la media de edad.
El cineasta austriaco dice que solo volver¨¢ a hacer una ¨®pera si es con Mortier
Una de las primeras decisiones que tom¨® al llegar a Madrid fue prescindir de un director musical fijo (hasta la fecha ese puesto lo ocupaba Jes¨²s L¨®pez Cobos). ¡°Las orquestas de ¨®pera funcionan mejor con un amante que con una esposa¡±, proclam¨®. Primera pol¨¦mica. Con el tiempo, la renovaci¨®n de un 20% de los puestos y solventes actuaciones como la Elektra que dirigi¨® Semyon Bychkov, han demostrado que fue un acierto. La orquesta es hoy, sin ninguna duda, mejor. Pr¨®ximamente Riccardo Muti se la llevar¨¢ al Festival de R¨¢vena bajo sus ¨®rdenes. Y algo parecido sucedi¨® con el coro, renovado al 100% a su llegada y convertido en un puntal del teatro.
La meticulosa planificaci¨®n de los ensayos aprendida de su maestro Christoph von Dohn¨¢ny ha introducido muchos cambios en la manera de trabajar. Obras como Wozzeck han tenido 22 sesiones de preparaci¨®n. A muchos no les gusta ese m¨¦todo. Es m¨¢s exigente. El ¨¦xito, suele resumir con la c¨¦lebre frase, ¡°no es fruto de la inspiraci¨®n, sino de la transpiraci¨®n¡±.
Su idea original de tender puentes con Am¨¦rica Latina a trav¨¦s de coproducciones y exportaciones, en cambio, es quiz¨¢ el mayor fracaso de su etapa en Madrid. Mortier quer¨ªa una ¨®pera iberoamericana como alternativa al poder¨ªo centroeuropeo. Un puente creativo de ida y vuelta con las capitales latinoamericanas. Pronto se dio cuenta de que la reciprocidad econ¨®mica no era viable con los arruinados teatros suramericanos. A cambio, ha conseguido convertir al Real en un teatro exportador con t¨ªtulos como Ascenso y ca¨ªda de la ciudad de Mahagonny (Bolsh¨®i), Cos¨¬ fan tutte (Monnaie), C(h)oeurs (?msterdam, Monnaie) o Vida y muerte de Marina Abramovic (Nueva York, Toronto, ?msterdam¡).
Ser¨¢ dif¨ªcil reemplazarle. El Real nunca tuvo esta proyecci¨®n¡± Bob Wilson
La mano izquierda no es una de las virtudes de Mortier. Para ¨¦l, en la ¨®pera muy poco es negociable, no existe la diplomacia. A los 14 a?os, quem¨® el disco preferido de Johnny Hallyday de su hermana cuando vio que esta jugueteaba con su preciada grabaci¨®n del Anillo. Devuelve los golpes. Y le cuesta ocultar un cierto desprecio por la inteligencia menor. El idioma y su manifiesta falta de delicadeza en algunos temas le crearon problemas con los cantantes espa?oles nada m¨¢s llegar. ¡°Cantan Verdi como Puccini y el estilo mozartiano es muy malo¡±. Se arm¨®. Muchos intentaron convertirlo cuesti¨®n nacionalista. Pero en el arte, el mejor pasaporte es el talento. Kraus, Carreras, Pl¨¢cido, Aragall, Joan Pons, Caball¨¦, Berganza o Victoria de los ?ngeles cantaron por el mundo sin que nadie les inquiriese por su nacionalidad. Y la nueva generaci¨®n de cantantes est¨¢ lejos de esas figuras. El supuesto desprecio a lo espa?ol, adem¨¢s, choca con el recuerdo de un Mortier apadrinando a la Fura dels Baus con La condenaci¨®n de Fausto, encargo que inaugur¨® su periplo en Salzburgo. O su colaboraci¨®n con el compositor Mauricio Sotelo (que estrenar¨¢ El p¨²blico la temporada que viene en el Real) y su obsesi¨®n por el flamenco. Incluso la apuesta por cantantes como Mar¨ªa Bayo y Carlos ?lvarez.
La prensa y el p¨²blico han repartido el elogio y la cr¨ªtica estos tres a?os. Desde la absoluta demolici¨®n de C(h)oeurs, estrenada el pasado marzo ¡ªel rechazo a esta nueva producci¨®n, creada por Alain Plattel, fue una de las mayores decepciones personales de Mortier en Madrid¡ª al encumbramiento del Cos¨¬ fan tutte, que dirigi¨® Michael Haneke. Un hito art¨ªstico y medi¨¢tico que atrajo la atenci¨®n de toda la prensa internacional y que pone en valor una de las principales cualidades del gestor belga: su relaci¨®n con los artistas y la capacidad de persuadirles. Aunque fracasase, eso s¨ª, intentando embarcar a Pedro Almod¨®var en uno de sus proyectos.
Haneke, en cambio, uno de los cineastas e intelectuales m¨¢s importantes del mundo, solo se f¨ªa de ¨¦l para crear una ¨®pera. ¡°Me da la posibilidad de trabajar con una seriedad verdadera, y no como es costumbre en la ¨®pera: poco tiempo, cambio de cantantes constante¡ Es terrible, no es la manera en la que quiero hacerlo. Con Gerard no es as¨ª. ?l es un amigo de los artistas, y eso es important¨ªsimo para trabajar¡±, explica el director austr¨ªaco por tel¨¦fono. Haneke ha abordado ya dos ¨®peras de Mozart con Mortier: Don Giovanni y Cos¨¬ fan tutte. Actualmente, explica, se encuentra escribiendo el guion de su nueva pel¨ªcula. Si se mete otra vez en l¨ªos oper¨ªsticos, dice, ¡°solamente ser¨¢ con Mortier¡±. ¡°Entiendo su car¨¢cter perfectamente. Cuando se ama algo, est¨¢s forzado de vez en cuando a ser pol¨¦mico y a pelear con la gente que impide que se pueda trabajar con seriedad¡±.
Gerard Mortier no ha gozado en Madrid del favor de pol¨ªticos de ning¨²n signo, artistas, programadores o colegas de profesi¨®n. M¨¢s all¨¢ de permitir que alguna gran estrella, como Riccardo Muti, viniese al Real con obras menores como I due Figaro, no ha politiqueado ni un ¨¢pice con su proyecto. Hoy ya no le quedan apoyos institucionales. Su ¨²nico respaldo hasta la fecha era el presidente del Patronato, Gregorio Mara?¨®n. La relaci¨®n se ha enfriado. Pero ¨¦l vino a Madrid a desarrollar una idea, no a buscar amigos. Y eso, cree, es lo ¨²nico que le queda. Por eso, desde la distancia, enfermo y con todos los elementos en contra, todav¨ªa est¨¢ dispuesto a dar la batalla por su legado. Debieron imaginarlo quienes le contrataron.
El futuro como ¨²nica posibilidad
Gerard Mortier es irremplazable, es en s¨ª mismo otro nivel. Bajo su direcci¨®n, el Teatro Real ha presentado un incre¨ªble rango de trabajo ¡ªalgunos montajes han gustado, otros no¡ª con momentos consumados que solo pueden ser calificados de revelaciones. Pero esto son m¨¢s que unas cuantas buenas veladas en la ¨®pera. En la era Mortier, Madrid se ha convertido en parte de la historia del futuro de esta forma de arte: esos son los debates, las propuestas, las alternativas y las posibilidades de nuestro tiempo. El teatro es de nuevo un faro para la iluminaci¨®n y la controversia, pero tambi¨¦n para el refugio del refinamiento, la alta cultura, la amplia cultura, el gusto y la visi¨®n. Y la m¨²sica se basa en el estilo, la integridad y, lo m¨¢s importante, el contenido.
El c¨¢ncer tiene una forma de enfocar la mente. Uno mira hacia el trabajo de su vida, y cuando se mira hacia el futuro las prioridades est¨¢n muy claras. Gerard est¨¢ luchando por su vida; pueden estar seguros de que seguir¨¢ luchando por los artistas y por el movimiento al que ha entregado su vida. Con todo su coraje habitual, y ahora, con cada fibra de su ser. Lo ¨²nico que podemos hacer es rezar por su recuperaci¨®n y estar agradecidos por los avances de la medicina en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Y el movimiento art¨ªstico que Gerard Mortier defendi¨®, encarn¨® y activ¨® durante estas d¨¦cadas tambi¨¦n est¨¢ avanzando, gracias a Dios, y se manifiesta adem¨¢s en una nueva generaci¨®n. Se est¨¢n moviendo hacia adelante. Debemos seguir hacia adelante con ellos. Nosotros y el mundo.
Peter Sellars es director de escena
Babelia
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