Gerard Mortier: ¡°No me quer¨ªan aqu¨ª, lo s¨¦ hace tiempo¡±

Gerard Mortier (Gante, 1943) ten¨ªa ayer un d¨ªa complicado para su tratamiento. Esperaba noticias de la reuni¨®n de la comisi¨®n ejecutiva donde se iba a nombrar a su sucesor. Llegaron a trav¨¦s de la prensa. Ya sab¨ªa que Joan Matabosch ser¨ªa el elegido. Pero no imaginaba que su destituci¨®n ir¨ªa aparejada al nombramiento.

?R. Nadie me ha llamado durante estos cuatro d¨ªas. No me han informado de que el sucesor estaba elegido. Sab¨ªan que hoy ten¨ªa una sesi¨®n de quimioterapia. Es una situaci¨®n jur¨ªdica complicada. Ahora tienen dos directores art¨ªsticos. Pero no estoy muerto a¨²n, aunque a alguno le gustar¨ªa.

P. Por qu¨¦ amenaz¨® con irse si eleg¨ªan un sucesor sin un proceso abierto?

R. No es porque nombren a Matabosch, sino porque no han hecho un proceso normal y abierto para una gran instituci¨®n como es el Real.

P. ?C¨®mo ve a su sustituto para continuar la parte pendiente de su proyecto?

R. Es un hombre muy simp¨¢tico y le aprecio. Pero no tiene nada que ver con el proyecto en curso. Me da miedo que no tenga fuerza para imponerse al Gobierno. Lo que quiere Miguel ?ngel Recio (director general del Inaem) es dirigir desde su oficina el Teatro Real, como hace con la Compa?¨ªa Nacional de Danza. Pero conmigo no lo ha conseguido.

P. ?Qu¨¦ pasa con el proyecto que ya est¨¢ en marcha?

R. He hablado los artistas y muchos anular¨¢n sus actuaciones: Hengelbrock, Currentzis, Cambreling, Bychkov, Sellars, Muti, H?nchen, Wilson¡­ Me preocupa tambi¨¦n que se desintegre el coro. Y eso es lo que me hace sufrir m¨¢s. Es un trabajo enorme de tres a?os que se destruir¨¢ en uno.

P. Mucha gente opina que usted tambi¨¦n intentaba imponer a un candidato con los seis nombres que present¨®.

R. No, lo que quer¨ªa imponer era un proceso abierto como el que utilizan las grandes instituciones. Los debates en Salzburgo, Par¨ªs o La Scala han durado meses. Ten¨ªa seis candidatos, pero podr¨ªa haber buscado m¨¢s si no les gustaban. Es absurdo.

Al hablar de conflictos en la cultura espa?ola, Mortier alude a ¡°una casta pol¨ªtica de nulo nivel¡± que, seg¨²n ¨¦l, se entromete en cuestiones art¨ªsticas. Una semana despu¨¦s de la entrevista con EL PA?S, donde denunciaba ese extremo, y seg¨²n fuentes del Real, el ministro de Educaci¨®n y Cultura, Jos¨¦ Ignacio Wert quiso imponer a Pedro Halffter como director musical titular.

R. En un momento en que Espa?a necesita tanto a Europa, el Gobierno sigue sin comprender que con su pol¨ªtica cultural se quedan en la absoluta periferia. Madrid es hoy m¨¢s provinciana que Barcelona. Son un clan cerrado, y no aceptan intrusos.

P. ?Qu¨¦ relaci¨®n ha mantenido usted con ellos en este tiempo?

R. Lassalle no viene nunca a la ¨®pera. En los dos a?os que lleva en el cargo (secretario de Estado de Cultura), ha venido una o dos veces al Patronato. Ya se lo dije: ¡°No creo que se pueda dirigir un departamento as¨ª sin conocer las instituciones culturales¡±. ?Recio? Es un advenedizo. Siempre muy bien vestido, puede que sepa algo de pintura¡­ pero no tiene ni idea de m¨²sica. ?l necesita cortesanos, y yo nunca he sido as¨ª. Es gente sin clase o nivel intelectual.

P. ?De d¨®nde viene esta discrepancia?

R. En el Ministerio de Cultura (Lassalle, Recio, Wert¡­) quieren restaurar desde hace mucho tiempo la ¨®pera en Madrid siguiendo la vieja idea de Esperanza Aguirre. Se han aprovechado de mi enfermedad para acelerar el proceso. No era necesario hacerlo en este mes. Creo que diciembre era suficiente, con dos a?os de antelaci¨®n. Pero ha sido para mostrarme que no me quieren aqu¨ª. Lo s¨¦ desde hace tiempo. Y para ellos este era el momento perfecto: no es demasiado humano, pero perfecto desde el punto de vista maquiav¨¦lico. ?Voil¨¤!

P. Parece que en el ¨²ltimo momento Wert ha intentado que Pedro Halffter estuviera en el proyecto de Matabosch...

R. Wert necesita a Crist¨®bal Halffter. Aunque no sea muy brillante, es muy poderoso con las relaciones p¨²blicas. Y el gran m¨¦rito de Pedro es ser su hijo.

P. ?C¨®mo est¨¢ su relaci¨®n con el Patronato del Real y su presidente, Gregorio Mara?¨®n?

R. Creo que deber¨ªa haber dimitido. Puede decir que debe defender el futuro del proyecto¡­ En fin, es m¨¢s bien tristeza lo que siento. Le considero un amigo y estoy triste por ¨¦l. Va a sufrir mucho.