Orquesta busca ¡®showman¡¯

En la historia de los concursos televisivos ya se ha buscado de todo: desde cantantes hasta bailarines, pasando por cocineros o menores de edad con habilidades fuera de lugar. Lo que faltaba, sin embargo, era buscar a alguien que reuniera casi todas las cualidades de un aut¨¦ntico showman ¡ªo showgirl¡ª. Alguien que sepa cantar pero a la vez tenga sentido del humor, baile bien y sepa conectar con el p¨²blico. Este perfil es el que se buscar¨¢ en Uno de los nuestros, el nuevo concurso presentado por Carlos Latre que estrena esta noche (22.00) TVE en sustituci¨®n de Informe semanal, que ha quedado relegado a la medianoche.

El programa se desarrolla en un gran plat¨® de m¨¢s de 1.200 metros cuadrados, ante unas 500 personas de p¨²blico y con una decoraci¨®n que recuerda a los cabarets de los a?os veinte. Cuenta, adem¨¢s, con una gran orquesta de 14 m¨²sicos que tendr¨¢n una participaci¨®n inusual en el devenir del programa: ellos deciden si el aspirante re¨²ne los requisitos para convertirse en su l¨ªder. Cada miembro de la orquesta tiene discrecionalidad para decidir si sigue tocando o no mientras act¨²a el candidato y su criterio ser¨¢ determinante para seleccionar a los 14 concursantes de entre 40 aspirantes, a los que gastar¨¢n bromas y malas pasadas pero tambi¨¦n aconsejaran sobre c¨®mo mejorar su actuaci¨®n.

A partir del quinto programa, cuando ya se habr¨¢n decidido los 14 concursantes, ser¨¢ el jurado el encargado de valorar las actuaciones. Este estar¨¢ formado por uno de los showman por excelencia del pa¨ªs, Javier Gurruchaga, junto a las cantantes Mar¨ªa del Monte y Roser. Los tres participar¨¢n activamente en el programa y les podremos ver actuar en m¨¢s de una ocasi¨®n, en un concurso que Mar¨ªa del Monte califica como ¡°un programa con mucho humor, que no de humor¡±. En el caso de que la actuaci¨®n de alguno de los aspirantes no acabe de convencer al jurado, se le encargar¨¢ que cante otra canci¨®n, concedi¨¦ndole solo un par de horas para prepararla.

La presencia de Latre resulta clave para que la iron¨ªa y el desparpajo est¨¦n presentes durante todo el programa, en el que el showman despliega todo su elenco de virtudes: canta, baila, presenta, hace imitaciones y gasta bromas a la banda, a los concursantes, al p¨²blico y al jurado. ¡°Realmente era un reto tener que hacerlo todo a la vez¡±, explica minutos antes de que empiece la grabaci¨®n del cuarto programa (por el momento, no se prev¨¦n galas en directo). Latre reconoce que, si bien el concurso no se plante¨® as¨ª, tal vez se est¨¦ buscando a alguien similar a ¨¦l. Un personaje ecl¨¦ctico capaz de hacer cualquier cosa: un ¡°todo en uno¡±, como ¨¦l lo llama. La originalidad de Uno de los nuestros fue precisamente uno de los motivos que le anim¨® a apostar por otro concurso, despu¨¦s de que su anterior apuesta, Letris, no acabara de cuajar. ¡°Tal vez nos falt¨® tiempo con el anterior programa para que la gente se adaptara, pero as¨ª es la televisi¨®n¡±, se lamenta.

Tinet Rubira, el director del nuevo concurso, hace hincapi¨¦ en la originalidad del formato: ¡°No es un talent show al uso¡±, explica, ¡°jugamos al humor y al espect¨¢culo, por esto creemos que puede sorprender a la audiencia¡±. Rubira asegura que la primera sorpresa est¨¢ en el propio casting. ¡°Por lo bueno, variado y distinto¡±, detalla. ¡°Hay gente desde 20 a 60 a?os entre los seleccionados¡±. Las actuaciones en cada gala se intercalar¨¢n con grabaciones del d¨ªa a d¨ªa de los concursantes mientras preparan sus funciones, en un programa cuyo principal activo es la sinton¨ªa entre el p¨²blico, la banda, el jurado, los concursantes y el presentador.