Fr¨ªo y desangelado
El novillero sevillano Lama de G¨®ngora demostr¨® que lleva dentro un coraz¨®n torero
El festival tuvo dos notas sobresalientes. La primera, que la Maestranza luci¨® como en sus mejores tardes, con un lleno casi completo a beneficio de una buena causa; y la segunda, que el novillero sevillano Lama de G¨®ngora demostr¨® que lleva dentro un coraz¨®n torero y est¨¢ loco por ser figura del toreo.
Pero el festejo se desarroll¨® en un ambiente fr¨ªo y desangelado por culpa de toros y toreros. All¨ª estaban novilletes de las casas ganaderas de m¨¢s alta alcurnia espa?ola y las figuras m¨¢s sobresalientes de la temporada, y unos y otros demostraron que esta fiesta tiene un serio problema, y quien no quiera all¨¢ con su ceguera.
Pero, lo dicho: Sevilla respondi¨® a la llamada ben¨¦fica, y volvi¨® a encontrarse con un chaval que tiene hechuras, maneras y empaque de torero. Y algo m¨¢s: tiene nervio y un deseo irrefrenable de escalar pelda?os. As¨ª lo demostr¨®, al menos, Lama de G¨®ngora cuando antes de entrar a matar al sexto novillo, muy parado y m¨¢s descastado, se dirigi¨® a la presidencia para solicitar el sobrero. La petici¨®n le fue concedida al instante, y al s¨¦ptimo de la tarde lo recibi¨® con cuatro largas cambiadas entre el tercio y los medios y una magn¨ªfica disposici¨®n. Brind¨® la faena de muleta a sus compa?eros de cartel, momento que estuvo acompa?ado por la ovaci¨®n m¨¢s cerrada de toda la tarde, y su labor estuvo presidida por la elegancia, la clase y la torer¨ªa. Largos surgieron los naturales, precioso un kirikiki que acab¨® en molinete y templados los muletazos con la mano derecha. Pinch¨® antes de cobrar una estocada ca¨ªda y solo pudo pasear una oreja. Qued¨®, no obstante, la impresi¨®n de que este muchacho tiene madera y una encomiable disposici¨®n.
Seis toreros/siete ganader¨ªas
Novillos despuntados de El Vellosino, inv¨¢lido; Garcigrande, sin clase; Victoriano del R¨ªo, noble; El Pilar, manso y noble; N¨²?ez del Cuvillo, soso; Juan Pedro Domecq, descastado; Diego Hern¨¢ndez, noble.
Morante de la Puebla: pinchazo y casi entera (ovaci¨®n).
El Juli: bajonazo y estocada (ovaci¨®n).
El Cid: dos pinchazos y estocada (ovaci¨®n).
Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares: pinchazo, estocada _aviso_ (oreja).
Alejandro Talavante: estocada tendida y contraria (ovaci¨®n).
Lama de G¨®ngora: estocada (ovaci¨®n), y pinchazo y estocada (oreja) en el sobrero.
Plaza de la Maestranza. Festival a beneficio de la Cruz Roja y el Banco de Alimentos. 12 de octubre. Casi lleno.
Los dem¨¢s estuvieron por all¨ª, salvaron como pudieron las muy escasas condiciones de sus oponentes y el festejo fue a menos a medida que transcurr¨ªa. Morante se las vio con un moribundo que salt¨® al ruedo con los pitones sangrando. ?Hombre, por favor¡! Una cosa es que corten las puntas y otra que permitan tan feo espect¨¢culo en plaza tan importante. ?Con los buenos ¡®barberos¡¯ que hay en el sector¡! Morante solo pudo dejar detalles sueltos de su gracia personal.
El Juli, sobrado ante un oponente de muy escasa clase; El Cid quiso lucirse por naturales y algunos dibuj¨® con buen trazo; a Manzanares le toc¨® un manso que se torn¨® la tonta del bote en la muleta. Lo tore¨® con su personal estilo y lo mat¨® mal; a Talavante le hicieron poco caso; quiz¨¢, porque su novillo era demasiado chico y el torero no dijo nada.
En fin, que qued¨® claro que con estos ejemplares de la ganader¨ªa brava, sin codicia, sin casta, sin poder¨ªo ni movilidad es imposible el toreo; y hasta los diestros m¨¢s relucientes fracasan, como ayer lo hicieron los citados. Pero como son muy cabezones seguir¨¢n insistiendo con estos toros que son una maltrecha caricatura del animal bravo y poderoso.
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