Nureyev, a tres horas de Par¨ªs

El Centro Nacional de Trajes de escena de Moulins (Francia) ha inaugurado varias salas dedicadas a Rudolf Nureyev, con la donaci¨®n realizada en 2008 y la fundaci¨®n que lleva su nombre. Delphine Pinasa, directora de este verdadero museo de la indumentaria teatral, ha expresado que "esta es la mejor manera de acercarse a la compleja y prism¨¢tica personalidad art¨ªstica de Nureyev: a trav¨¦s de sus cosas, pues ¨¦l coleccionaba casi febrilmente pinturas, grabados, telas antiguas, muebles y otros objetos decorativos". Gran parte de ese patrimonio se vendi¨® tras su muerte, y la fundaci¨®n se reserv¨® unos cientos de piezas que constituye el n¨²cleo de esta exhibici¨®n permanente en la que se respeta su voluntad de mantener la colecci¨®n lo m¨¢s ¨ªntegra posible y reunida en un solo lugar.

Con el objeto de mantener el esp¨ªritu de Nureyev en la exposici¨®n, el museo ha encargado al escen¨®grafo Ezio Frigerio, quien trabaj¨® con el bailar¨ªn en alguno de sus ballets m¨¢s reconocidos como El lago de los cisnes, Romeo y Juleta o La Bella Durmiente, la puesta en escena. Frigerio pone en perspectiva algo m¨¢s de un centenar de elementos del bailar¨ªn evocando su vida art¨ªstica y personal. En la muestra se pueden contemplar fotos, trajes de calle y de escena, muebles que el artista fue adquiriendo a lo largo de su carrera y diversos elementos relacionados con la m¨²sica.

La exposici¨®n de los objetos personales de Nureyev a los 20 a?os de su muerte coincide con la realizaci¨®n de un documental en su Rusia natal. All¨ª se gest¨® un largo documental sobre la vida del bailar¨ªn con pretensi¨®n de ¡°retrato definitivo¡±, pero eso s¨ª, omitiendo cualquier referencia a su homosexualidad, lo que ven¨ªa impuesto por la reciente ley Putin sobre todo lo que suene a propaganda gay. La pel¨ªcula, realizada por la directora Tatiana Malova, lleva el significativo t¨ªtulo de Rudolph Nureyev, demonio rebelde. Nureyev muri¨® de sida y lo ocult¨® hasta el final.

En la Rusia de hoy, de eso no se puede hablar, como tampoco se puede ni insinuar la homosexualidad de figuras como Nikolai Gogol, Vaslav Nijinski o Piotr Ilich Chaicovski, por no decir, de los poetas o artistas del siglo XX contempor¨¢neos o posteriores a la revoluci¨®n bolchevique de 1917, como si la autorepresi¨®n tan presente en el propio Gogol y en Tolstoi refloreciera; no se pueden mencionar estos detalles tenidos all¨ª como escabrosos en un cl¨¢sico como Mijail Kuzmin (1872-1936) o a un poeta como Serguei Esenin (1895-1925).