Estrategias para fomentar la lectura: escribir para poder leer
M¨¢s de 1.200 profesores paname?os promueven un nuevo sistema de lectura cuya pedagog¨ªa se basa en los relatos que redactan los propios estudiantes. Los docentes asisten al VI Congreso de la Lengua becados por el Ministerio de Educaci¨®n
Cuando empez¨® a leer ante la clase, la voz de Jos¨¦ Vega era un susurro. Los 27 ni?os del sal¨®n se echaron hacia delante en sus pupitres, tratando de llegar antes al sonido de la voz infantil bajo el zumbido de los tres ventiladores del techo. Jos¨¦ levant¨® la mirada del libro, tom¨® aire mientras apretaba con sus manos el tomo. Carraspe¨® y su voz se alz¨® sobre los cuchicheos de la clase, el zumbido del ventilador y el alboroto que ven¨ªa del patio: ¡°Ese d¨ªa hab¨ªan pensado ir mucho m¨¢s lejos a buscar un huevo, cuando¡¡±, y entonces el resto recobr¨® su posici¨®n natural sin dejar de seguir el relato de su compa?ero de 10 a?os.
Hace unos meses, capturar la atenci¨®n de estos peque?os era impensable. A menos que fuera con Stevenson o Verne. Ahora, las lecturas m¨¢s apetecidas son esas, las de los propios compa?eros de clase, o las de otros chicos, de otra escuela u otra ciudad. La vida hecha literatura por ellos mismos.
Baroja, Gald¨®s y la ortograf¨ªa
Si el domingo el tema fue la traves¨ªa del libro hacia Am¨¦rica, ayer fue la incertidumbre ante el nuevo paradigma impuesto por las tecnolog¨ªas y los bajos ¨ªndices de lectura. En medio de esa vor¨¢gine de dudas, el VI Congreso Internacional de la Lengua Espa?ola tuvo una alegr¨ªa y una certeza: la celebraci¨®n de los 300 a?os de la Real Academia Espa?ola. Se presentaron las ediciones conmemorativas de La busca, de P¨ªo Baroja, y Misericordia, de Benito P¨¦rez Gald¨®s (editados por Alfaguara), acompa?adas de estudios complementarios, dentro de la serie de obras literarias de autores relevantes de los siglos XIX y XX. La Academia Paname?a present¨® la edici¨®n conmemorativa?N¨²?ez de Balboa (Alfaguara), de Octavio M¨¦ndez Pereira.
Tambi¨¦n fue el d¨ªa de los diccionarios: del Diccionario de ortograf¨ªa escolar (Espasa) que sirvi¨® para recordar la nueva edici¨®n del Diccionario de autoridades que ha resucitado en formato facsimilar y disponible en la web. En el ciberespacio est¨¢ de manera gratuita el Diccionario de americanismos, de las 22 academias y coordinado por Humberto L¨®pez.
Los actos conmemorativos del tricentenario se cerrar¨¢n en un a?o con la presentaci¨®n de la 23? edici¨®n del Diccionario de la lengua que ver¨¢ la luz en un simposio internacional sobre el Futuro de los diccionarios en la era digital.
Hace unos meses, conquistar esa atenci¨®n era un sue?o. La escuela Carlos A. Mendoza, en el distrito de San Miguelito, en Ciudad de Panam¨¢, sab¨ªa poco de captar estudiantes para la causa de la lectura, en un pa¨ªs donde apenas se lee una media de dos libros por habitante y a?o. Y no es porque la escuela y los profesores no lo intentaran, sino porque no daban con la tecla indicada, como en la mayor¨ªa de escuelas y colegios de Am¨¦rica Latina.
Nadie sabe si esa es la f¨®rmula. Lo cierto es que hace dos a?os fueron los mismos profesores de espa?ol del pa¨ªs quienes pidieron a la ministra de Educaci¨®n, Lucy Molinar, cambiar las estrategias de ense?anza del idioma y de la promoci¨®n y fomento de la lectura. En noviembre de 2011, despu¨¦s de participar en la Mesa Did¨¢ctica previa al XIV Congreso de la Asociaci¨®n de Academias de la Lengua Espa?ola, se firm¨® un compromiso con el Meduca (Ministerio de Educaci¨®n) ¡°para asumir el protagonismo y ser actores del mejoramiento, pertinencia, uso de herramientas tecnol¨®gicas y nuevas did¨¢cticas para la ense?anza de nuestro idioma. Es una respuesta al bajo rendimiento estudiantil¡±, cuenta con una amable vocalizaci¨®n la profesora ?rida Morales, responsable de lo que sali¨® de aquel Congreso: Rednade. Ese es el nombre. Y uno de los puntos clave es la lectura, llevar el libro a los muchachos, a sus hogares.
En la Carlos A. Mendoza lo llevaban intentando de mil maneras con sus 12.000 almas, de 4 a 14 a?os, en las jornadas de ma?ana y tarde. ¡°Lo intentamos todo, todo, todo¡±. Es lo que dice Miriam Espinosa, que como directora se conoce los trucos y triqui?uelas de los alumnos para evadir la lectura. ¡°Lo ve¨ªan como una obligaci¨®n, como una carga¡±, apostilla Judith Ceballos, profesora de espa?ol. As¨ª es que a Rednade se fueron sumando docentes de las nueve provincias paname?as interesados en aprender nuevas metodolog¨ªas de ense?anza del espa?ol y del fomento del libro en este cambio de era y de h¨¢bitos de consumo y ocio cultural. La f¨®rmula es leer a partir de lo que se escribe. O motivar la escritura, que de entrada tiene m¨¢s simpatizantes, para luego leer lo escrito propio y ajeno. De la creaci¨®n a lo l¨²dico. O como lo ve Patricia, una de las 8 ni?as con chaleco azul del C¨ªrculo de Lectores de la escuela: ¡°Leemos aunque sea por la curiosidad, por saber lo que cuenta un compa?ero de al lado, o de otro que es como uno y est¨¢ al otro lado del Canal¡±.
Entran en el mundo de la lectura, luego ya ir¨¢n por territorios m¨¢s sofisticados, y en el camino se quedar¨¢n algunos. Pero los primeros pasos parecen garantizados.
Leemos por curiosidad, por saber lo que cuenta el de al lado"
Lo primero que Rednade cre¨®, una vez organizada la red en 15 regiones con sus supervisores y enlaces, fue un concurso de cuento a nivel nacional. Recibieron medio mill¨®n, aunque fuera de un taller de clase. Luego se seleccionaron los mejores relatos y se imprimieron en un libro que ahora est¨¢ en todas las escuelas y colegios de Panam¨¢. Es el primer libro de lectura. Este a?o ampliaron el tema a ¡°Escribe un cuento en familia¡± y crearon las categor¨ªas estudiantil, docentes y padres de familia. ?Funcionar¨¢? Los nervios estaban de punta. Al final se recibieron 790.492 cuentos estudiantiles, 15.191 docentes y 17.305 padres de familia, para un total de 822.988 cuentos en un pa¨ªs de tres millones y medio de personas.
Y todo eso en un nuevo libro que pasar¨¢ a las bibliotecas escolares y como manual de lectura en las clases de espa?ol, algunos en edici¨®n biling¨¹e espa?ol-ingl¨¦s. Ya son 1.200 los profesores que forman parte de Rednade. Los mismos que estos cuatro d¨ªas llenan el anfiteatro y sesiones especializadas en el VI Congreso Internacional de la Lengua Espa?ola. Llegan de todos lados becados por el Ministerio de Educaci¨®n. Van y vienen por los pasillos reci¨¦n alfombrados del Centro de Convenciones ATLAPA creando los mismos murmullos de sus alumnos en clase. Cada uno trata de que su voz emerja en medio del barullo formado por los comentarios que m¨¢s les han sorprendido o gustado de los seis paneles simult¨¢neos que se realizan ma?ana y tarde.
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