Banksy dice adi¨®s a Nueva York
Cr¨ªtico, esquivo y pol¨¦mico, el artista brit¨¢nico pone punto y final a su residencia en la ciudad
Con un grafiti en tres dimensiones, es decir, siete globos que deletrean su nombre y un signo de exclamaci¨®n adheridos a un destartalado almac¨¦n visible desde la carretera que comunica Brooklyn y Queen, el huidizo Banksy se despidi¨® el jueves de Nueva York. Justo cuando arranca la temporada de millonarias subastas en la ciudad, el misterioso artista brit¨¢nico da por terminada su ins¨®lita exposici¨®n-busca del tesoro, lo que ¨¦l ha calificado en su web como ¡°residencia¡±, un mes en el que pr¨¢cticamente a diario ha esparcido su obra y su mensaje por las cinco pedan¨ªas de la ciudad.
El 1 de octubre arranc¨® con el anuncio en su web ?de este proyecto que titul¨® ¡°Better in than out¡± (mejor dentro que fuera). Pocas horas despu¨¦s los sabuesos del diario The Village Voice localizaron un grafiti en la calle Allen del Lower East Side que mostraba a dos ni?os, uno subido en encima del otro, vestidos al estilo de los chavales que repart¨ªan peri¨®dicos a principios del siglo XX, y que trataban de alcanzar el bote de spray de un cartel municipal que alertaba de que el grafiti es un delito. Un cami¨®n cuyo interior fue reconvertido en un jard¨ªn; otro que recorri¨® varias calles con animales de peluche como si fueran al matadero; un siniestro esqueleto conduciendo un coche de choque; una esfinge de escombro; y un puesto callejero en el que vendi¨® su cotizada obra por apenas 20 d¨®lares, han sido algunas de las acciones con las que Banksy ha logrado captar la atenci¨®n de los habitantes de una ciudad, que se caracteriza por hacer caso omiso pr¨¢cticamente de todo.
En el depauperado East New York los vecinos quisieron cobrar a los curiosos que se acercaron a este barrio para ver el grafiti del artista, en el Bronx, ¨Ccuna hist¨®rica de este estilo¨C el trabajo fue r¨¢pidamente apostillado por los artistas urbanos de la zona; en TriBeCa cientos de seguidores disfrutaron de la improvisada exposici¨®n que se mont¨® bajo un puente. Y por encima de todo sobrevolaban los mensajes ir¨®nicos y provocativos del artista que tan pronto tomaba una cita prestada de la pel¨ªcula Gladiator (¡°lo que hacemos en la vida reverbera en la eternidad¡±), como afirmaba ¡°tengo la teor¨ªa de que puedes hacer que cualquier frase suene profunda si escribes el nombre de un fil¨®sofo muerto al final- Plat¨®n¡±, o bromeaba sobre su ¡°acento¡± (caligraf¨ªa) en Nueva York.
Mientras se calentaba el debate sobre si las nuevas pintadas que iban surgiendo (una rata, la silueta de las Torres , un coraz¨®n con tiritas, un hombre con un ramo de claveles en la cortina met¨¢lica de un club), deb¨ªan ser destruidas o conservadas, y la polic¨ªa confirmaba que no hab¨ªa emprendido ninguna operaci¨®n para capturar al artista (cuyo anonimato y clandestinidad multiplican su aura), en la tienda ben¨¦fica fundada en los ochenta para recaudar fondos para los enfermos del SIDA, Housing Works, Banksy encontr¨® un cuadro. Lo retoc¨®, e hizo un gui?o a Hannah Arendt titulando el lienzo ¨Cal que incorpor¨® un nazi sentado de espaldas admirando el paisaje¨C ¡°La banalidad de la banalidad del mal¡±. Lo devolvi¨® a Housing Works y all¨ª lo subastaron por m¨¢s de 600.000 d¨®lares.
M¨¢s all¨¢ del juego, la cacer¨ªa y el debate que entre artistas, galeristas y simples ciudadanos esta residencia ha generado, lo cierto es que Banksy ha enfatizado por encima de todo dos mensajes. Uno, es la defensa de 5pointz un espacio hist¨®rico para los artistas de grafiti de esta ciudad, que amenaza con ser destruido por intereses inmobiliarios. El otro mensaje, el artista lo quiso publicar como un editorial en The New York Times, que rechaz¨® su feroz cr¨ªtica contra el rascacielos levantado en la Zona Cero. ¡°Los ataques del 11-S fueron un ataque contra todos nosotros y viviremos nuestra vidas siempre bajo esa sombra. Pero es tambi¨¦n la manera que tenemos de reaccionar ante la adversidad lo que nos define. ?Y la respuesta? ?Ciento cuatro pisos de compromiso?¡±, escribe en el texto que opt¨® por publicar en su web. Y quiz¨¢ para aquellos que est¨¦n de acuerdo con ¨¦l o simplemente para poner la guinda a su agitada visita, Banksy ha dejado el modelo de una camiseta con su coraz¨®n con tiritas, accesible en su web para que cada cual se haga la suya.
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