Un cl¨¢sico de la experimentaci¨®n
Probablemente sea el fot¨®grafo espa?ol menos apegado a un estilo, una tem¨¢tica o una estrategia formal determinada
Alberto Schommer probablemente sea el fot¨®grafo espa?ol menos apegado a un estilo, una tem¨¢tica o una estrategia formal determinada. Si algo puede decirse que sirva para definir globalmente su trabajo y una trayectoria de m¨¢s de medio siglo es que es un fot¨®grafo de fondo cl¨¢sico permanentemente atra¨ªdo por el cambio y la experimentaci¨®n.
?Repasando su vida profesional como fot¨®grafo se observa que ha transitado por casi todas las situaciones y contextos de nuestro medio fotogr¨¢fico y ha practicado la mayor parte de los g¨¦neros. Con el grupo AFAL a finales de los a?os 50, practicando un difuminado realismo documental; con Nueva Lente en los setenta, sinti¨¦ndose cercano a la vanguardia fotogr¨¢fica espa?ola; adentr¨¢ndose en el ejercicio profesional, con especial dedicaci¨®n a la publicidad, en paralelo a su trabajo creativo, con una extraordinaria e impactante presencia en los medios impresos, fundamentalmente a trav¨¦s de la pr¨¢ctica del retrato; durante los a?os finales del franquismo y la transici¨®n, y al mismo tiempo intentando encuadrar su trabajo en el incipiente campo de la fotograf¨ªa art¨ªstica, en los ochenta y noventa.
Y aunque ha practicado casi todos los g¨¦neros y ha transitado por un buen n¨²mero de tendencias, su figura como autor est¨¢ inevitablemente asociada a la pr¨¢ctica del retrato y a la experimentaci¨®n con el medio. Mientras la experimentaci¨®n ha sido una constante desde el inicio de su carrera como fot¨®grafo, puede afirmarse, en cierto modo, que su exitosa relaci¨®n con el retrato se desarroll¨® a partir de unas condiciones muy marcadas por el contexto pol¨ªtico y social de los a?os setenta. Desde su ¨¦poca en AFAL ya mostr¨® una tendencia acusada a explorar, incluso dentro del documentalismo, las posibilidades del medio. La plasticidad, el color, la luz, la composici¨®n, el fotomontaje, la sobreimpresi¨®n o el manipulado del soporte por m¨²ltiples v¨ªas han sido herramientas que no ha dejado de utilizar desde entonces en muy diversos g¨¦neros, pero con especial acierto en la fotograf¨ªa de desnudo, quiz¨¢s por ser un ¨¢mbito donde el clasicismo y la experimentaci¨®n conectan con mayor facilidad.
Una est¨¦tica que en buena medida ha servido a Schommer para canalizar su inquietud a lo largo de los a?os ha sido el surrealismo, hacia el que se ha inclinado en m¨²ltiples ocasiones. Algo de ello encontramos en su trabajo m¨¢s importante y al que debe una gran popularidad, hasta el punto de haber definido en gran medida su figura como fot¨®grafo. Se trata de los Retratos psicol¨®gicos que hab¨ªa comenzado a realizar en 1969 y que el suplemento de ABC comienza a publicar a partir de 1972. Una galer¨ªa de retratos de conocidos personajes de la ¨¦poca, fotografiados en una escenograf¨ªa tan barroca como surrealista, y definidos a partir de objetos simb¨®licos que sirven para definir tanto al personaje, como a la sociedad que representan. Esta larga serie, a la que siguieron otras con similar intenci¨®n (en El Pa¨ªs Semanal, por ejemplo), se convirti¨® en icono de un tiempo, ahora llamado transici¨®n. El gran acierto de aquella serie se debi¨® a la sustituci¨®n de la introspecci¨®n, caracter¨ªstica habitual del retrato psicol¨®gico, por la interpretaci¨®n simb¨®lica a trav¨¦s de objetos y decorados. El retrato psicol¨®gico no era el de una personalidad, sino el de una sociedad y una ¨¦poca, algo que sirvi¨® para sintonizar inmediatamente con el p¨²blico destinatario de aquellas im¨¢genes.
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