El regreso del Valle-Incl¨¢n m¨¢s salvaje
Ernesto Caballero estrena en el CDN una nueva versi¨®n de las ¡®Comedias b¨¢rbaras¡¯ Su protagonista, Ram¨®n Barea, gana el Premio Nacional de Teatro 2013
Rey Lear galaico, Juan Manuel Montenegro pasea su poder y su culpa por un monumento del teatro contempor¨¢neo, las Comedias b¨¢rbaras de Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n. Ernesto Caballero, director del Centro Dram¨¢tico Nacional, estrena el viernes su versi¨®n de la trilog¨ªa, rara vez representada en Espa?a de forma conjunta. En 1991 la dirigi¨® Jos¨¦ Carlos Plaza, y en 2003 la llev¨® a escena Bigas Luna. Montenegro. Comedias b¨¢rbaras anuncia los desmanes de una era iracunda y salvaje. En la piel del desp¨®tico caballero, Ram¨®n Barea, que ayer recibi¨® zambullido en los intensos ensayos la noticia de la concesi¨®n del Premio Nacional de Teatro por una trayectoria (actor, director, dramaturgo, productor¡) ¡°integral¡±.
Y de fondo, el gran mosaico de un pa¨ªs sepultado por la bestialidad. Paisaje desolador que se cierra con una fatal frase final ¡ª¡°?Malditos estamos! Y metidos en un pleito para veinte a?os¡±¡ª cuya resonancia en el presente es tan inevitable como estremecedora. ¡°La analog¨ªa est¨¢ ah¨ª, aunque yo ni la buscaba ni hemos hecho un montaje en torno a eso. Solo es que Valle-Incl¨¢n habla de un mundo b¨¢rbaro y nosotros tambi¨¦n estamos sumidos en un proceso de descivilizaci¨®n, en nuestro caso heredado de un capitalismo salvaje que nos ha empujado a ser lobos y depredadores¡±, explica Caballero. ¡°Vivimos un derrumbe y las Comedias b¨¢rbaras es precisamente la historia de un derrumbe. Pero lo m¨¢s importante es que Valle-Incl¨¢n no juzga y, con todos sus excesos, crea un personaje en el que confluyen grandeza y miserias. Todav¨ªa no est¨¢ sometido a la est¨¦tica del esperpento, mira desde muchas perspectivas, y ah¨ª reside la esperanza de esta obra: nos permite contemplar con distancia, nos regala lucidez. Valle no alecciona, admite que la realidad es compleja y contradictoria y ¨¦l, de manera sobrecogedora, contempla esa realidad desde diferentes ¨®pticas. Es eso lo que m¨¢s estimula nuestras cabezas¡±.
Valle-Incl¨¢n escribi¨® las Comedias b¨¢rbaras despu¨¦s de leer el Rey Lear y Fuenteovejuna. ¡°Descubre con estas lecturas que el teatro puede tener un componente m¨ªtico, una grandeza tr¨¢gica, y por eso crea uno de los personajes m¨¢s complejos y de mayor fuerza dram¨¢tica de nuestra literatura¡±. Para Caballero lo m¨¢s importante es la confrontaci¨®n de una lectura simb¨®lica (¡°de la Galicia de fuerzas ocultas¡¡±) con un retrato crudo y profundo de la realidad. Pisa tierra a la vez que toca una realidad paralela esot¨¦rica en la que profec¨ªas, perros, locos, demonios y brujas entran y salen de escena. A?os despu¨¦s de cerrar con Cara de Plata (1922) la trilog¨ªa que hab¨ªa arrancado con ?guila de Blas¨®n (1907) y Romance de lobos (1908), Valle-Incl¨¢n cambi¨® el final. En principio, el tel¨®n ca¨ªa con un ¡°?Era nuestro padre!¡± proclamado por los mendigos ante el fantasma de Montenegro, pero el autor decidi¨® poner un nuevo punto final en boca de los hijos y alejado de cualquier tentaci¨®n ¨¦pica. ¡°?Malditos estamos!... ya estaba inmerso en el siglo XX, le basta esa sola frase para introducirnos de golpe todo el esperpento¡±.
Pero hablar de Valle-Incl¨¢n es tambi¨¦n hablar de la imposibilidad de representarlo, ese eterno y ardiente debate que siempre ha rodeado al autor de Luces de bohemia. Caballero enuncia su propia f¨®rmula: ¡°Valle-Incl¨¢n era consciente de que su teatro era imposible en la realidad de su tiempo. Por eso se refugi¨® en la literatura. ?l sabe que sus acotaciones son irrepresentables, maravillosas e imposibles. Adem¨¢s, la obra transita por cuarenta espacios diferentes. Algo que hoy, por su fragmentaci¨®n, es muy cinematogr¨¢fico: las escenas parecen m¨¢s secuencias. Pero sus di¨¢logos son teatro puro, y Valle nos incita a encontrar nuestro propio lenguaje, escribe para estimular nuestra imaginaci¨®n. Si lo que se quiere es ilustrar la obra uno est¨¢ absolutamente perdido, por eso solo queda una salida: crear un lenguaje esc¨¦nico aut¨®nomo, traducir su po¨¦tica teatral con toda la libertad que nos permite¡±.
Babelia
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