El B: ¡°Nadie ha sido tan directo como nosotros¡±
El rapero cubano El B celebr¨® por todo lo alto el 2013 con la aparici¨®n de su nuevo disco solista, y con el festejo de los 10 a?os de su grupo, Los Aldeanos: el nombre m¨¢s temible del hip hop latinoamericano.
Despu¨¦s de su memorable debut en Buenos Aires el a?o pasado con Los Aldeanos, El B, MC del grupo m¨¢s importante del hip hop cubano en la actualidad, regres¨® en esta ocasi¨®n a la capital argentina para integrar el jurado de la final internacional de Red Bull Batalla de los Gallos 2013. En apenas unos pocos meses, el rapero habanero se convirti¨® en todo un icono en la naci¨®n rioplatense, al punto de que en las puertas del hotel donde se aloja, en el aristocr¨¢tico barrio porte?o de la Recoleta, desde la tarde hacen guardia algunos fans para saludarlo. No obstante, Bian Oscar Rodr¨ªguez Gal¨¢, el nombre detr¨¢s del ¨¢lter ego, no se da por aludido. En realidad, no puede. Lo acaban de despertar para esta entrevista, as¨ª que, tras sentarse en la mesa, la mole morena ataviada de tatuajes lo ¨²nico que desea es un caf¨¦ con leche. Mientras espera su dosis de est¨ªmulo, le pasa por al lado Rayden, colega espa?ol que se encuentra en el pa¨ªs por la misma raz¨®n que lo invitaron a ¨¦l, para presentarse y extenderle la admiraci¨®n que siente por su obra y por su causa.
¡°Cuando vinimos aqu¨ª el a?o pasado, as¨ª como nos ha sucedido en la mayor parte de los lugares a los que fuimos, nunca pensamos que se conocer¨ªa nuestro trabajo, ni mucho menos que la gente lo apoyar¨ªa¡±, explica El B, fundador junto al tambi¨¦n MC El Aldeano (su compa?ero de f¨®rmula en la dupla) de la escena disidente del hip hop oficialista de la isla: el Rap Consciente, de la que forma parte asimismo Silvito El Libre (hijo del trovador Silvio Rodr¨ªguez), y cuyo discurso frontal y cr¨ªtico los convirti¨® en altavoces de los j¨®venes cubanos que aspiran al recambio en el modelo pol¨ªtico, social, econ¨®mico y cultural de la mayor de las islas de las Antillas Mayores. ¡°Por cuestiones de lejan¨ªa, no tenemos conocimiento de qu¨¦ es lo que le llega a la gente porque en Cuba es complicado el acceso a Internet y a otros medios. Fue una experiencia incre¨ªble estar en Buenos Aires, y que el p¨²blico nos recibiera con tanto cari?o. Hay realidades que son similares, pero que la gente apoye y crea en lo que decimos, me da mucho orgullo¡±.
Al tiempo que en 2013 celebra los 10 a?os del primer show de su agrupaci¨®n, que coinciden con los de su ¨®pera prima, Censurados, en el que aparece su hit A veces sue?o, el rapero de 29 a?os promueve su cuarto ¨¢lbum en solitario: Respeto. ¡°No soy conformista, pero esta producci¨®n me cost¨® mucho hacerla¡±, enfatiza este enemigo ac¨¦rrimo del reguet¨®n, quien como freestyler gan¨® en 2007 y 2008 el derecho a representar a Cuba en Red Bull Batalla de los Gallos, lo que no le fue permitido por el gobierno de su pa¨ªs. ¡°Siempre que uno hace un trabajo de ese tipo, uno tiene que saber si est¨¢ conforme, y yo estoy enamorado del disco. Sin embargo, a pesar de que ya lo hice, sigo con mis proyectos. Estoy llevando adelante uno llamado Revolution, donde quiero reunir a raperos nuevos, pues yo pas¨¦ por eso, y paralelamente desarrollo otro con el grupo de rock cubano Dead Point. Comenc¨¦ haciendo una colaboraci¨®n para un material suyo, pero nos unimos a tal punto que ya estamos adentrados en la grabaci¨®n de un disco¡±.
PREGUNTA: En Respeto, la canci¨®n que le da t¨ªtulo a tu nuevo disco solista, presumes de que lo que a ti te sale f¨¢cil, para otro MC es dif¨ªcil. ?Tuviste alguna complicaci¨®n al momento de hacer este ¨¢lbum?
Lo iba a sacar en 2012, pero al final no pude porque a lo largo del proceso de realizaci¨®n tuve varias historias familiares con mi padre, quien lamentablemente falleci¨®. Aparte de eso, no tuve ning¨²n otro inconveniente, pues una de las peculiaridades de este trabajo que es que es el primero del que me encargu¨¦ completamente. Hace poco m¨¢s de un a?o que comenc¨¦ a producir beats, as¨ª que se nota el cambio en la musicalidad. Es un poco m¨¢s yo.
P. ?C¨®mo haces tus pistas?
En una computadora que me compr¨¦ cuando comenc¨¦ a viajar. Trabajo con softwares como Fruity Loops o Reason, y con bancos de sonido. Los artistas en Cuba, fundamentalmente, tratamos de buscar ayuda del extranjero. Un tatuador, para que te des una idea, no consigue pigmento, ni m¨¢quinas. De manera que alg¨²n amigo o conocido se los tiene que mandar de afuera.
P. ?Pero Cuba no est¨¢ viviendo un proceso de apertura econ¨®mica?
Con el problema de los negocios particulares, se produjo una apertura econ¨®mica en Cuba. Adem¨¢s, ya no necesitas que te den permiso para viajar. Pero el cambio que necesitamos va m¨¢s all¨¢ de eso. Si bien el gobierno se jacta de sus reformas, yo siempre deb¨ª tener derecho para todo eso. Hubo gente que muri¨® por la imposibilidad de poder salir del pa¨ªs o de montar su propio emprendimiento. Los que no pudieron escapar, o se ahogaron en el mar o terminaron presos. Aunque lo m¨¢s terrible es que la gente vive olvidando. Independientemente de que los que manejan el poder intenten innovar, el sistema que instalaron ya no funciona. Es matem¨¢tica simple. Si bien ma?ana podr¨¢ cambiar el r¨¦gimen, la transformaci¨®n es m¨¢s profunda. Son 54 a?os de obedecer a lo que te dicen, y el pueblo est¨¢ acostumbrado a eso.
P. ?Por qu¨¦ te quedaste en la isla?
?se es mi pa¨ªs, br¨®der. Las oportunidades no se persiguen. Uno tiene que estar listo para cuando lleguen. Y si me encuentra en Cuba, estar¨ªa genial. Nunca pens¨¦ en irme de ah¨ª.
P. ?A qu¨¦ se debe que te hayas dedicado al rap y no al b¨¦isbol?
Porque soy muy malo jugando a la pelota (se r¨ªe).
P. Hoy formas parte de la banda que no s¨®lo abri¨® el discurso del rap cubano, sino que se convirti¨® en un emblema para aquellos j¨®venes de tu pa¨ªs que, al igual que ustedes, est¨¢n saturados del sistema pol¨ªtico y social que los gobierna desde hace m¨¢s de medio siglo. No obstante, cuando crearon Los Aldeanos, ?sab¨ªan que se estaban metiendo en camisa de once varas?
Desde los inicios, ten¨ªamos claro qu¨¦ era lo que dese¨¢bamos con nuestro trabajo. Antes de que existieran Los Aldeanos, hubo raperos que tocaron temas muy sensibles, pero a trav¨¦s del doble sentido. As¨ª que lo que hicimos fue dejar de lado esas sutilezas porque la gente quiere que le hablen claro. Nadie ha sido tan directo como nosotros. Sin embargo, no hicimos nada nuevo: cantamos acerca de lo que todo el mundo sab¨ªa y pensaba, aunque ninguno se atrev¨ªa a decirlo.
P. Desde entonces, ?c¨®mo lidiaron con la censura en su pa¨ªs?
Cuando surgi¨® Los Aldeanos, se cre¨® la Agencia Cubana de Rap porque se necesitaba controlar eso. Pero nosotros, a diferencia de muchos raperos que se sumaron a esa organizaci¨®n, buscamos nuestra propia alternativa. Eso es el rap paralelo. Aunque en la actualidad esa entidad se abri¨®, y algunos de los exponentes que estaban con nosotros, se fueron con ellos. Pero siempre pas¨® as¨ª. A pesar de nos dieron la espalda, sobrevivimos. El tiempo dir¨¢ la ¨²ltima palabra. El problema es que en Cuba hay mucho l¨ªo con lo de los negocios particulares y las licencias, por lo que a los artistas independientes que no tienen empresas les cuesta trabajar. La gente necesita papeles para ganarse la vida, y la ¨²nica manera de que un rapero cubano pueda tenerlos es mediante esa instituci¨®n.
P. Si bien Orishas fue el grupo que descubri¨® el rap cubano al mundo, ?no te decepciona que su discurso haya sido tan pasivo?
Pese a que nunca tuve una relaci¨®n personal con ellos, los admiro mucho. Incluso desde antes de que fueran Orishas, cuando se llamaban Amenaza. Una vez que el grupo apareci¨®, yo ni cantaba. As¨ª que para m¨ª fue un honor que existiera porque gracias a ellos se supo que hab¨ªa una escena de hip hop cubano. Y eso fue importante. Esa mezcla de rap con la m¨²sica tradicional local, que se convirti¨® en su sello sonoro, no est¨¢ mal que exista. Justamente, lo que en mi pa¨ªs no quieren es lo diferente. Por eso es necesario que exista la variedad, y que el p¨²blico decida escuchar sanduga o lo distinto.
P. A pesar de que las canciones de Gorki ?guila, de la banda de punk habanera Porno para Ricardo, son tan cr¨ªticas contra el r¨¦gimen como las de ustedes, el gobierno pudo anularlo. ?Por qu¨¦ las autoridades de la isla no han podido acallar a Los Aldeanos?
Me parece que la diferencia est¨¢ en que al principio, cuando comenzamos, no nos tomaron en serio. Pensaron que ¨¦ramos unos muchachitos a los que el br¨ªo se le iba a pasar pronto, pero caminamos. Al igual que Gorki, el p¨²blico empez¨® a escuchar la m¨²sica gracias, sobre todo, a Internet. No s¨®lo j¨®venes de Cuba, sino de Argentina y de M¨¦xico vinieron a vernos, por lo que ya ten¨ªamos la atenci¨®n de mucha gente. Eso fue lo que nos ayud¨® a que no nos apretaran, a que no desapareci¨¦ramos.
P. ?Te incomoda que la atenci¨®n del grupo, al menos fuera de la isla, haya girado en torno a la pol¨¦mica que generan sus canciones?
Nosotros tenemos muchas canciones pol¨¦micas, pero quien en verdad nos escucha se da cuenta de que tambi¨¦n hablamos de problemas sociales, de hip hop y de amor. Nos llaman activistas porque queremos que la situaci¨®n de nuestro pa¨ªs cambie, pero nos interesa igualmente crecer como artistas. Nos ilusiona y alimenta hacer un trabajo interesante, no s¨®lo para el que quiere escuchar una letra pol¨ªtica.
P. En 2013 se cumplieron 10 a?os de su primer disco, Censurados. ?Qu¨¦ recuerdas de esa grabaci¨®n?
Es incre¨ªble que ya hayan pasado 10 a?os. Todas las canciones de ese disco las hicimos con s¨®lo un beat. Eso sin contar las que no salieron. Comenc¨¦ a escribir cuando ten¨ªa 12 a?os, pero te puedes imaginar lo que eran esas letras. Segu¨ª haciendo cosas, aunque nunca grab¨¦ hasta que conoc¨ª a Aldo (El Aldeano), e hicimos Los Aldeanos. El 15 de febrero de este a?o fue el ¨²ltimo show que realizamos en Cuba, y con el que celebramos ese aniversario. Ofrecimos tres horas de concierto, repasamos nuestro repertorio, y la gente lo pas¨® s¨²per bien. Es un poco dif¨ªcil para nosotros organizar espect¨¢culos en la isla. Sin embargo, nos fajamos hasta que nos dieron un lugar, y lo hicimos.
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