Resistentes contra colaboracionistas

Londres, 1952. El Tercer Reich controla Europa continental y el Reino Unido es un estado autoritario. Existe una Resistencia, coordinada por Churchill. Aunque no hubo ocupaci¨®n alemana, la Gestapo campa a su antojo. Pero los nazis est¨¢n nerviosos. Hitler no se deja ver: aparentemente, sufre p¨¢rkinson. Continua la guerra de desgaste contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica; en Estados Unidos, tras a?os de aislacionismo, llega a la presidencia Adlai Stevenson, un antifascista.

El placer de las ucron¨ªas est¨¢ en los detalles,
en las alteraciones
del decorado de fondo

Su Dominion es esencialmente un thriller. Al igual que su modelo, Patria, de Robert Harris, hay una atracci¨®n amorosa, nazis brutales pero inteligentes, un hombre corriente que decide comprometerse y un Gran Secreto que podr¨ªa cambiar el curso de la historia. Te encarrila gratamente hacia el inevitable desenlace a tiro limpio.

Como siempre en este tipo de literatura, el verdadero placer est¨¢ en los detalles, en las alteraciones del decorado de fondo. El Reino Unido de 1952 es un pa¨ªs empobrecido, aunque la televisi¨®n se haya introducido como medio de control social. Abundan los conflictos laborales, los atentados y las represalias. Ha llegado el rock 'n' roll estadounidense ¡ªcon tres a?os de adelanto, me temo¡ª y se ha formado una subcultura, los jive boys, una especie de teddy boys predispuestos a la bronca.

Y el deleite en arreglar cuentas con personajes hist¨®ricos. Sansom, que escribi¨® Invierno en Madrid sobre la Espa?a de posguerra, cuenta aqu¨ª que, tras un golpe militar, Franco ha sido depuesto y fusilado. Pero lo que ha escandalizado en Gran Breta?a es que presenta a Enoch Powell como ministro del gobierno colaboracionista. Powell, gran cerebro de los tories, se distanci¨® de la corriente principal del Partido Conservador: imperialista, quer¨ªa reconquistar militarmente la India; en 1968, predijo "r¨ªos de sangre" como consecuencia de la llegada de los inmigrantes de color.

Dominion tambi¨¦n contiene un ep¨ªlogo que ha irritado en Escocia. Aunque nacido en Edimburgo, Sansom est¨¢ en contra de la secesi¨®n. Atribuye muchas de los conflictos de los ¨²ltimos cien a?os al nacionalismo. Espec¨ªficamente, recuerda que el Scottish Nationalist Party se opuso a la guerra en 1939, esperando probablemente que una Alemania vencedora les proporcionara la independencia.

Los nacionalistas escoceses se han vengado, revelando que Sansom ha donado cerca de 300.000 libras a Better Together, una organizaci¨®n que apuesta por mantener a Escocia dentro del Reino Unido. El dato me deja noqueado: ?un novelista que puede permitirse dedicar semejante cantidad a una causa pol¨ªtica! Tan asombroso que me hace sospechar que all¨ª viven, efectivamente, en un universo paralelo.