El ¡°historiador heterodoxo¡± se despide de ustedes
Cr¨®nica de la ¨²ltima clase impartida por el catedr¨¢tico Jos¨¦ ?lvarez Junco en la Complutense antes de su jubilaci¨®n
Medio siglo despu¨¦s de que se apoyara en una pizarra para explicar en clase, el profesor Jos¨¦ ?lvarez Junco (Viella, 1942) se despidi¨® ayer, junto a un encerado, de su puesto de catedr¨¢tico de Historia del Pensamiento y los Movimientos Sociales de la Universidad Complutense.
Iba vestido como siempre, camisa de cuadros, sin corbata; se sent¨® sobre una mesa y les habl¨® a los estudiantes del Estado en la pol¨ªtica contempor¨¢nea. Qu¨¦ curioso, dijo: ¡°Empec¨¦ hace medio siglo hablando de las virtudes del anarquismo y termino destacando las ventajas del Estado¡±.
De chiquillo, Manuel Tu?¨®n de Lara le dedic¨® as¨ª un libro: ¡°A Pepe ?lvarez Junco, el m¨¢s heterodoxo de nuestros historiadores, y por tanto el mejor¡±.
Comenz¨® su carrera rebuscando (bajo la direcci¨®n de uno de sus maestros, Luis D¨ªez del Corral, el otro fue Jos¨¦ Antonio Maravall) en la historia del anarquismo espa?ol; de los movimientos sociales, de Lerroux, de los nacionalismos... Su libro M¨¢ter dolorosa, sobre la idea de Espa?a en el siglo?XIX, es un cl¨¢sico en la interpretaci¨®n de las ra¨ªces de lo que ahora vivimos.
Sus disc¨ªpulos le acaban de dedicar un volumen (Pueblo y naci¨®n, Taurus) y algunos de ellos le acompa?aban ayer (como siempre) en el almuerzo. Luego dio clase, y horas m¨¢s tarde dej¨® el sitio al que dedic¨® gran parte de su vida. Ahora seguir¨¢ siendo em¨¦rito, pero no tendr¨¢ obligaci¨®n alguna con la Complutense. Era el fin de su vida como catedr¨¢tico; ense?ar¨¢ en otros sitios, ¡°la energ¨ªa no me falla¡±.
Las primeras palabras que escribi¨® en la pizarra en esta ¨²ltima clase fueron Legalidad y Estado.
No, no siente melancol¨ªa o nostalgia. ¡°Antes de morir mi padre me dijo algo: ¡®La naturaleza es muy sabia, antes de matarte te quita las ganas de vivir¡¯. Y yo me he ido sintiendo despegado, ya no soy del todo de aqu¨ª¡±.
Espa?a ha vivido 50 a?os buenos, pero la Universidad no ha estado a la altura¡±
Su generaci¨®n, dice, no ha conseguido hacer la Universidad so?ada. ¡°El pa¨ªs ha vivido medio siglo bueno, pero la Universidad no ha estado a la altura. Es un fracaso de nuestra generaci¨®n¡±. ?Y qu¨¦ ha pasado? ¡°Quiz¨¢ ha adoptado el viejo clientelismo como forma de ser. En universidades extranjeras forman a los alumnos para que vuelen, no para que los contrate el mismo centro. Eso reproduce los clanes y eso ha lastrado la Universidad¡±.
El pa¨ªs, sin embargo, va mejor. ¡°?ramos pobres y no lo somos. Nuestros padres no sab¨ªan qu¨¦ iban a comer al d¨ªa siguiente; las clases medias urbanas padec¨ªan hambre. Nosotros vivimos sometidos a una tiran¨ªa, y hoy hay democracia. ?ramos un Estado paria, aislado, y ahora estamos en la Uni¨®n Europea, en la OTAN, a veces el G20... Fuimos un Estado centralizado y ahora no lo somos. Est¨¢bamos culturalmente aislados, y ahora estamos relativamente insertos en el mundo... Y vivimos una Guerra Civil, y ahora habitamos en un Estado estabilizado¡±.
El historiador practica su teor¨ªa: ¡°Una clase no consiste en dar un discurso bien construido; lo que ha de hacer un profesor es poner a pensar a sus alumnos, que la mente del estudiante funcione, no que t¨² quedes bien¡±. ?Y c¨®mo ser¨¢ esta clase de hoy? ¡°F¨¢cil y dif¨ªcil, un resumen de lo que les he contado sobre la importancia del Estado¡±. ?l iba con sus propios apuntes, y luego los fue desgranando ante un alumnado que parec¨ªa, delante de ¨¦l, el tribunal que lo examinaba.
El Estado sirve, dijo, para imponer un sistema de normas que den estabilidad a las relaciones pol¨ªticas y comerciales; ¡°eso no lo hace un Estado bandolero¡±. Gracias a las normas, ¡°el Estado permite vivir en libertad y desarrollar una actividad ben¨¦fica para todos¡±.
Lo que ha de hacer un profesor es poner a pensar a sus alumnos"
?Y si tuviera que calificar del uno al cinco al Estado espa?ol? ¡°Le pondr¨ªa un cuatro, porque no tenemos un sistema judicial que funcione, y porque tenemos ciertos niveles de corrupci¨®n¡±. Un asunto que le ocupa al historiador es Catalu?a, en una de cuyas provincias naci¨®. ¡°Yo creo que, a este respecto, el verdadero proyecto interesante es superar el Estado naci¨®n y reforzar las estructuras pol¨ªticas supraestatales, como la Uni¨®n Europea¡±.
La Universidad, ya se sabe, no le despierta optimismo. ?Y este pa¨ªs? ¡°Me preocupa que rasgos de la cultura pol¨ªtica del pasado, el clientelismo, la dificultad para el argumento y para el di¨¢logo, la falta de educaci¨®n c¨ªvica, sigan ah¨ª, interrumpiendo el futuro. No hemos aprendido a o¨ªr¡±.
Los estudiantes a los que dio su ¨²ltima clase le escuchaban como ¨¦l dice que oy¨® a sus maestros.
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