¡°El silencio no existe para m¨ª¡±
El compositor estadounidense John Adams se pone al frente de la la Orquesta Nacional de Espa?a para dirigir algunas de sus obras

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John Adams (Worcester, Masschussetts, 1947) mantiene una turbulenta relaci¨®n con el silencio. En realidad, no existe en ¨¦l la ausencia de sonido. Desde hace tiempo sufre una dolencia en los o¨ªdos que le obliga a escuchar todo el tiempo un maldito e incesante zumbido. ¡°Me vuelve loco. Subo a las monta?as, o voy al bosque para estar solo. Pero oigo el zumbido todo el tiempo. No existe el silencio. Pero entonces pienso en Beethoven y me siento mejor¡±, bromea. Quiz¨¢ por eso el compositor estadounidense, que estos d¨ªas presenta en el Auditorio Nacional la Carta Blanca que la OCNE dedica a su obra (con sus Absolute Jest y Harmonielehreeste fin de semana, que ¨¦l mismo dirige), se refugia de sol a sol en sus partituras. De nueve a cinco. Como un banquero, se?ala sobre su disciplinada rutina.
A todos nos gusta John Cage, pero su arte es completamente est¨¦ril para m¨ª"
Luego viene el horror del comienzo. Se encierra en su casa de Berkeley o en su refugio monta?¨¦s con un sintetizador, un ordenador y un piano. Y a veces todo surge de un ritmo. O de una imagen si se trata de una ¨®pera. Porque el autor de Nixon in China, aquella obra con la que revolucion¨® la escena oper¨ªstica junto a su amigo Peter Sellars en 1987 ¡ª¡°la suerte del principiante¡±, rebaja¡ª, ha viajado por un amplio espectro de registros musicales desde que a los diez a?os decidi¨® que ser¨ªa compositor. Quiz¨¢ por eso su cat¨¢logo posee esa desacomplejada riqueza sonora. Desde Beethoven a Miles Davis, pasando por Mick Jagger. Solo para asuntos muy limitados acudir¨ªa a Schoenberg. ¡°Lo que me gusta de ¨¦l es que el arte y la m¨²sica eran algo muy serio. El problema en EE UU hoy es que no hay nada importante. Todo es Facebook o Instagram. Estamos en contacto, pero no importa de lo que hablemos. El problema que tengo con ¨¦l, en cambio, es la direcci¨®n que tom¨® su m¨²sica, que me parece b¨¢sicamente fea. He tenido discusiones en Europa y Alemania con gente que sostiene que es algo bonito. No lo es para m¨ª. Pero todav¨ªa dirijo su m¨²sica y es una parte importante de mi vida¡±, explica intercalando el castellano, que habla perfectamente, y el ingl¨¦s.
La influencia de la m¨²sica cl¨¢sica ha encogido respecto a la ¨¦poca de Stravinski"
De alguna manera, la respuesta a esa ¡°fealdad¡± lleg¨® de la mano del minimalismo estadounidense donde ¨¦l, como siempre, encaj¨® a ratos. ¡°Tras ese periodo tan dif¨ªcil de Boulez, Stockhausen o Schoenberg, los primeros minimalistas devolvieron a la m¨²sica el principio de placer. Pod¨ªa tener sentido, pero el sonido tambi¨¦n te encantaba. El problema es que es demasiado r¨ªgido, y yo quer¨ªa hacer m¨²sica con esa energ¨ªa, pero que fuera dram¨¢tica. Mis piezas son m¨¢s complicadas. Fui criticado en el 85 por ¡®corromper el minimalismo¡±. Un paisaje sonoro donde hab¨ªa llegado tras la estela de un John Cage en el que hoy ve poco m¨¢s que una influencia liberadora. ¡°Me dio confianza para alejarme de la academia. El problema con ¨¦l es que no se identificaba con el canon. No ten¨ªa relaci¨®n con mucha de la m¨²sica que me gusta. No le gustaba Beethoven, Wagner, Miles Davis, Bob Dylan¡ Todo ten¨ªa que encajar en su filosof¨ªa. Al final me di cuenta de que era m¨¢s ortodoxo que Boulez. A todos nos gustaba, pero su arte es para m¨ª completamente est¨¦ril¡±.
Y esa vacuidad, o m¨¢s bien falta de influencia de la m¨²sica culta contempor¨¢nea respecto a otras disciplinas art¨ªsticas es algo que le inquieta. ¡°Stravinski en su ¨¦poca fue tan famoso como Einstein. Todo el mundo conoc¨ªa su nombre. Hoy ya no es posible. Hay tanto ruido y el pop es tan omnipresente¡ incluso la gente con una gran educaci¨®n escucha esa m¨²sica. Conozco a muchos en Silicon Valley, vivo ah¨ª. Y ninguno escucha cl¨¢sica. Su influencia ha encogido respecto a aquella ¨¦poca. En fin, tengo menos p¨²blico que Stranviski, pero todav¨ªa tengo¡±. Porque quiz¨¢ sea hoy el compositor norteamericano m¨¢s influyente; con permiso de Philip Glass. ¡°Eso es porque ¨¦l ha hecho m¨²sica para el cine, lo que ampl¨ªa su audiencia¡±, matiza.
En sus ¨®peras pone el foco en acontecimientos que permanecen en la psique colectiva, como aquel encuentro entre Nixon y Mao. Otro ejemplo: el conflicto nuclear en Doctor Atomic. O el terrorismo en The Death of Klinghoffer. Y ?Obama? ?Servir¨ªa para una ¨®pera? Podr¨ªa ser, aunque prefiere centrarse en periodos de al menos dos d¨¦cadas atr¨¢s. Por eso est¨¢ ahora estudiando la ¨¦poca de los derechos civiles en EE UU, Martin Luther King y los Panteras Negras. Seg¨²n ¨¦l, el germen de los tiempos oscuros que vive su pa¨ªs. ¡°Estuvimos muy contentos con la elecci¨®n de Obama, pero cuando un negro llega a la presidencia, todo el racismo que hab¨ªa contenido explota. Hoy hay una ¨¦lite riqu¨ªsima, y una gran poblaci¨®n de pobres. Y esos, o no votan, o lo hacen en contra de sus intereses despu¨¦s de ver Fox News. Me da miedo lo que pueda pasar en los diez pr¨®ximos a?os¡±. Otra vez, un incesante zumbido.
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