Paralelos problem¨¢ticos
En la involuntaria carrera por el Nobel obligan a correr a Javier Mar¨ªas y Enrique Vila-Matas Jos¨¦ Carlos Mainer despliega la historia de la literatura espa?ola en un volumen de 278 p¨¢ginas
Dejando a un lado lo realmente importante, es decir, los m¨¦ritos literarios de cada uno, lo cierto es que en la involuntaria carrera por el Nobel espa?ol que algunos medios, las casas de apuestas y sus respectivos y no siempre compatibles fans se empe?an en obligar a correr a Javier Mar¨ªas (Madrid, 1951) y Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948), el primero lleva cierta ventaja. Ambos ostentan no solo un lectorado fiel y en expansi¨®n, sino tambi¨¦n un amplio reconocimiento internacional que valora con entusiasmo sendas obras diversificadas y prolijas; los dos est¨¢n traducidos a las lenguas m¨¢s influyentes (incluido el sueco, estrat¨¦gico en lo que nos ocupa); uno y otro comparten algunos de los m¨¢s prestigiosos premios literarios del mundo; ambos colaboran habitualmente en la prensa escrita (e, incluso en el mismo peri¨®dico, vaya por Dios); uno y otro han practicado la autoficci¨®n y las falsas novelas de raigambre posmoderna, y los dos, y sin ponerse de acuerdo (odian ser comparados), han ido abriendo su literatura a p¨²blicos cada vez m¨¢s amplios, aunque manteniendo esa ¡°pluralidad de niveles de lectura¡± que tanto alaban los cr¨ªticos; ambos han formado parte (y all¨ª obtuvieron el premio que les consagr¨®) de la ¡°escuder¨ªa¡± Herralde (que uno y otro abandonaron con cajas m¨¢s o menos destempladas); y entrambos se encuentran en edad de merecer (el premio, me refiero). As¨ª que, ya ven: JM y EVM se hallan tan medi¨¢ticamente colocados en una hipot¨¦tica (e, insisto, involuntaria) l¨ªnea de salida de nobelizables que podr¨ªan formar pareja en unas ¡°vidas (literarias) paralelas¡± de cualquier Plutarco de tres al cuarto. Salvo en un peque?o detalle (tambi¨¦n estrat¨¦gico): Vila-Matas no es (a¨²n) miembro de la RAE, y el apoyo de las Academias (all¨ª donde existen) constituye un peso que tienen en cuenta algunos de los (no siempre fr¨ªos) jueces de Estocolmo. Por lo dem¨¢s, este a?o ambos publican nueva novela. De la de Mar¨ªas no puedo decirles m¨¢s que todav¨ªa la est¨¢ acabando (y no suelta prenda). De la de Vila-Matas (Kassel no invita a la l¨®gica,Seix Barral), que he le¨ªdo calentita, lo primero que debo aclararles es que no estoy seguro de que lo sea (una novela). Como si eso importara: aqu¨ª est¨¢ el mejor Vila-Matas (a la vez autor, narrador, personaje, juez y parte) sujet¨¢ndome a mi sill¨®n de orejas con su habitual torrente de imaginaci¨®n parad¨®jica y gusto (de raigambre surrealista) por los encuentros ins¨®litos (ya saben: el paraguas y la m¨¢quina de coser sobre la mesa de disecci¨®n), invit¨¢ndome a mirar a trav¨¦s de las grietas de la realidad para constatar su car¨¢cter escasamente ¡°realista¡±, y vislumbrar ¡ªa trav¨¦s de un humor a la vez socarr¨®n y contenido¡ª uno de sus rostros menos predecibles (en este caso, el del arte contempor¨¢neo). Literatura en estado de gracia por alguien que controla perfectamente todos los resortes de un estilo fiel a s¨ª mismo y que contin¨²a indagando, libro a libro, acerca de la literatura y sus siempre franqueables fronteras. En cuanto a lo del Nobel, si yo tuviera que apostar en esa absurda loter¨ªa no las tendr¨ªa todas conmigo: siempre puede surgir un ¡°tapado¡± discreto (pero con premios, traducciones, Academia, etc¨¦tera) como tercero en discordia en plan ¡°adivina qui¨¦n viene esta noche¡±. De modo que contin¨²a el suspense. Y todo por el incre¨ªble precio que aparece en pantalla.
S¨ªntesis
Desplegar la historia de la literatura espa?ola (tal como est¨¢n las cosas, quiz¨¢s cada una de las tres palabras debiera entrecomillarse pudorosamente) en un volumen de 278 p¨¢ginas (incluyendo introducci¨®n, bibliograf¨ªas e ¨ªndices) era una tarea complicad¨ªsima que ¡ªcomo como ocurre con toda buena s¨ªntesis¡ª requer¨ªa un autor avezado que pudiera enfrentarla incluso como culminaci¨®n de su propia experiencia investigadora. Jos¨¦ Carlos Mainer lo ha logrado en su Historia m¨ªnima de la Literatura espa?ola (Turner) sin tener que renunciar al rigor expositivo o al juicio novedoso fundamentado en el estado de cada cuesti¨®n. Sin duda, al ¨¦xito de su ¨²ltima empresa ha contribuido especialmente, adem¨¢s un trabajo de cuatro d¨¦cadas que ha dejado hitos imprescindibles en la historiograf¨ªa literaria, su labor como director de los nueve vol¨²menes de la Historia de la Literatura Espa?ola (Cr¨ªtica, 2009-2013), un conjunto monumental, pluriautorial e inevitablemente irregular que, a pesar de las expectativas que suscit¨® en un principio, no ha conseguido, en mi opini¨®n, atraer suficientemente a un p¨²blico que desea ¡°ir m¨¢s all¨¢ de la divulgaci¨®n al uso y que busca panoramas estimulantes, cr¨ªticos y no cerrados¡±, quiz¨¢s porque tanto en el planteamiento general como ¡ªy sobre todo¡ª en la concepci¨®n de alg¨²n volumen no se hayan tenido suficientemente en cuenta, precisamente, las necesidades de dicho tipo de lector (que no tiene por qu¨¦ ser un especialista). La Historia m¨ªnima, que es un tipo muy distinto de proyecto (y, por tanto, incomparable) es, por el contrario, una aut¨¦ntica obra maestra en su g¨¦nero sint¨¦tico. El maestro aragon¨¦s ha conseguido, como en sus mejores libros, centrar desde el principio la problem¨¢tica y las cuestiones fundamentales, para despu¨¦s desarrollar con sabidur¨ªa y seguridad las l¨ªneas maestras de cada periodo, teniendo siempre presente que la historia de la literatura debe ser ¡°fundamentalmente la historia de las obras literarias que la definen¡±. Un libro imprescindible para todos los interesados en lo que su problematizado t¨ªtulo enuncia, y que merece amplia repercusi¨®n en medios y librer¨ªas. Solo un par de pejigueras: no entiendo que en la bibliograf¨ªa no se cite la discutible (otras citadas tambi¨¦n lo son) Historia social de la literatura espa?ola (Blanco Aguinaga, Rodr¨ªguez Pu¨¦rtolas, Iris Zavala; Castalia, 1978-1979); y tampoco que entre las colecciones de cl¨¢sicos (y modernos) que se nombran no figure la Biblioteca Castro.
Intraducible
Ojeo con rara mezcla de admiraci¨®n y sublime espanto el enorme (1.344 p¨¢ginas) Dictionary of Untranslatables: A Philosophical Lexicon (Princeton University Press, 2014; 65 d¨®lares), editado por Barbara Cassin, que pretende explicar los t¨¦rminos ¡°intraducibles¡± del discurso filos¨®fico occidental partiendo del muy justo convencimiento de que, aunque no puedan traducirse exactamente (por ser, a menudo, puramente idiom¨¢ticos), siempre pueden explicarse. Lo m¨¢s sorprendente de todo ¡ªy el origen de mi espanto¡ª es que dicho Dictionary de ¡°intraducibles¡± es a la vez traducci¨®n del original franc¨¦s Dictionnaire des intraduisibles (Seuil / Le Robert; 2004), que inclu¨ªa l¨¦xico filos¨®fico proveniente de varias lenguas europeas. Lo que significa que cuando, por ejemplo, consulto en el Dictionary los t¨¦rminos ¡°Dasein¡±, ¡°Saudade¡± o ¡°Phronesis¡±, lo que se me ofrece es la versi¨®n inglesa del intraducible en cuesti¨®n seg¨²n el Dictionnaire franc¨¦s. Una diab¨®lica mise en ab?me que me lleva a preguntarme: ?resulta fiable la traducci¨®n de la ¡°traducci¨®n¡± de un intraducible? ?No habr¨ªa valido la pena construir ex-novo el Dictionary? En fin, que continuar¨¦ usando el Ferrater Mora, que explica lo intraducible bastante bien.
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