El Thyssen expondr¨¢ una amplia panor¨¢mica de Munch en octubre de 2015
El museo ofrecer¨¢ una muestra que pretende alejarse de los t¨®picos atribuidos al pintor noruego El Munch Musseet de Oslo colaborar¨¢ con la cesi¨®n de la mitad de las obras, alrededor de 70 El arquitecto Juan Herreros explic¨® sus planes para la nueva sede de la galer¨ªa noruega del artista
La consigna es clara: dar a conocer a Munch m¨¢s all¨¢ de los estereotipos con su obra. Y eso significa hacerle algo de sombra a El grito. Tal es la misi¨®n que tendr¨¢ la pr¨®xima muestra del pintor noruego Edvard Munch (1863-1944) que el Museo Thyssen, de Madrid, expondr¨¢ del 6 de octubre de 2015 al 17 de enero de 2016. Ser¨¢ un trabajo codo con codo con el Munch Munsett de Oslo, como demostr¨® la rueda de prensa de esta ma?ana en la que estuvo presente el director de esta instituci¨®n, Stein Olav Henrichsen: "Con la exposici¨®n Munch 150 [que visit¨® Par¨ªs y viajar¨¢ tambi¨¦n a Londres] ya prescindimos de El grito. Y los resultados fueron muy buenos. El p¨²blico comprendi¨® toda la amplitud de la obra de Munch, que tambi¨¦n es un autor del siglo XX¡±.
Quienes se acerquen al Thyssen el a?o que viene se encontrar¨¢n con un enfoque parecido. Alrededor de 70 obras ¡ªaproximadamente la mitad cedidas por el Munch Munsett y el resto por colecciones privadas¡ª que, si bien no estar¨¢n ordenadas cronol¨®gicamente, s¨ª pretender¨¢n ofrecer esa amplia panor¨¢mica por el artista. ¡°Y no solo por sus cuadros, sino tambi¨¦n por su grabado. Munch fue excelente y pionero en esta t¨¦cnica¡±, aclar¨® Paloma Alarc¨®, jefa de conservaci¨®n de pintura moderna del Thyssen. ¡°Pero queremos subrayar que la intenci¨®n es que se entienda a Munch como conjunto, no por sus iconos¡±.
A pesar de ello, los que suspiren por este cuadro pueden albergar cierta esperanza. ¡°De alguna manera, estar¨¢ presente¡±, asever¨® Guillermo Solana, director art¨ªstico del Thyssen. Aunque no aclara si ser¨¢ con su cuadro m¨¢s ic¨®nico, uno de los cuatro m¨¢s una litograf¨ªa que Munch titul¨® Skrik (Grito) despu¨¦s de vivir una revelaci¨®n inquietante. El artista la describi¨® as¨ª en una de miles de p¨¢ginas que ha legado su escritura: ¡°Paseaba por un sendero con dos amigos. El sol se puso. De repente el cielo se ti?¨® de rojo sangre. Me detuve y me apoy¨¦ en una valla muerto de cansancio. Sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad. Mis amigos continuaron y yo me qued¨¦ quieto, temblando de ansiedad, sent¨ª un aullido infinito que atravesaba la naturaleza¡±.
C¨®mo se estructurar¨¢ la exposici¨®n, m¨¢s all¨¢ del n¨²mero de obras y de las pinceladas generales del objetivo que persigue, es todav¨ªa un misterio. Sus responsables no quieren adelantar acontecimientos, m¨¢s all¨¢ de un ¡°no decepcionar¨¢¡±, porque hay que esperar m¨¢s de un a?o por delante para poder visitarla. Pero una de sus grandes protagonistas ser¨¢ la joya del Thyssen salida del pincel de Munch: Atardecer, una obra de adolescencia que simbolizar¨¢ a ese artista esencial m¨¢s all¨¢ de la omnipresencia de ese ser infrahumano que comba el paisaje con su aullido infinito.
Un faro para Edvard y su Noruega
Espigado. 24.200 metros cuadrados y 12 pisos disparados al cielo de Oslo, sobre la pen¨ªnsula de Bj?rvika, al borde del fiordo. Emplazamiento de lujo para una apuesta que ha costado mucho levantar y que lleva la firma de un arquitecto espa?ol, Juan Herreros, que en breve iniciar¨¢ las obras cara un debut en 2018.
"Nuestra misi¨®n es regalarle a la ciudad y a Munch un museo a su altura, moderno y que se convierta en algo m¨¢s que un lugar de visita cultural. Queremos que sea uno de los puntos de encuentro vitales de Oslo", ha explicado el arquitecto, que gan¨® el concurso y luego la larga batalla para convencer a Oslo y Noruega de dejar en manos espa?olas su edificio m¨¢s ambicioso de la ¨¦poca contempor¨¢nea, seg¨²n lo califica el director del?Munch Munsett, Stein Olav Heinrichsen: "Es un nuevo paso en la reconstrucci¨®n del paisaje urbano de Oslo, que est¨¢ impulsando principalmente el mundo cultural".
Este tributo arquitect¨®nico a Munch pertenecer¨¢ a la generaci¨®n 4.0 de museos, orientada a las apps y a la interacci¨®n digital constante con el usuario para facilitar la visita y a?adir informaci¨®n. "Una de las claves ser¨¢ el vest¨ªbulo, en la que intentaremos eliminar a base de esta interacci¨®n todas las barreras f¨ªsicas que interrumpen el flujo de los espectadores. Esto ser¨¢ especialmente c¨®modo para los grupos".
Babelia
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