¡°Dirigir un teatro en Espa?a est¨¢ muy ligado a la pol¨ªtica¡±
Pl¨¢cido Domingo, cantante y director de ¨®pera, est¨¢ viviendo una ¨¦poca dorada como bar¨ªtono en su papel de 'Sim¨®n Boccanegra'
El Real Madrid perdi¨® el cl¨¢sico, uno de esos partidos que todav¨ªa le quitan el sue?o. Y no acab¨® ah¨ª. Luego palm¨® con el Sevilla y se descolg¨® de la cabeza. Pero la del anoche s¨ª fue una velada perfecta. Pl¨¢cido Domingo (Madrid, 1941) est¨¢ de estupendo humor. ?l y su esposa Marta se acomodan en el AVE camino a Madrid. El jueves estren¨® en Valencia un Simon Boccanegra con montaje de Llu¨ªs Pasqual. Termin¨®, como es habitual, con el p¨²blico en pie ovacion¨¢ndole en un papel fundamental para la recta final de su carrera. El tenor espa?ol siempre quiso retirarse encarnando al corsario genov¨¦s como bar¨ªtono. Era lo ¨²ltimo que iba a hacer. Pero Daniel Barenboim le invit¨® en 2009 a adelantar aquella incursi¨®n. Pens¨® que quiz¨¢ cantar¨ªa un par de a?os m¨¢s, que se acercaba el final. Y acept¨®. Pero la aventura le abri¨® la puerta a una segunda vida como bar¨ªtono y los teatros del mundo empezaron a reclamarle en ese registro. Hoy solo planifica el futuro.
"Aquello me abri¨® la mente a pensar que quer¨ªa hacer otras partes de bar¨ªtono. ?Cu¨¢nto tiempo tendr¨¦? No lo puedo asegurar¡±, explica mientras pide una Coca-cola Zero. Pero ¨¦l no se define como bar¨ªtono, solo como Pl¨¢cido Domingo. O como ¡°baritenor¡±, ha bromeado en alguna ocasi¨®n el director de la ¨®pera de Los ?ngeles.
Quiz¨¢ sea el ¨²ltimo de una estirpe que, con la ca¨ªda de la industria discogr¨¢fica y el cambio de paradigma en la escena oper¨ªstica puede colgar, como dec¨ªan el jueves en el Palau de les Arts, el cartel de no hay billetes con la sola menci¨®n de su presencia. Aunque a ¨¦l, dice, le guste arremangarse sin estridencias. ¡°Nunca he tenido ese divismo. All¨¢ donde voy intento formar una atmosfera agradable. Hoy a los divos, que alguno queda, no se los toman en serio. El divismo est¨¢ completamente pasado. El divo caprichoso que hace lo que quiere, que causa m¨¢s bien problemas, ya no se tolera¡±.
Tras una monumental carrera ¡ª144 papeles y m¨¢s de 100 ¨®peras grabadas¡ª, el pasado junio sufri¨® una embolia pulmonar antes de estrenar Il Postino en el Teatro Real. Se recuper¨® y sigue un tratamiento que est¨¢ a punto de terminar. Hace ejercicio y se cuida, pero no ha bajado el pist¨®n. Nunca se plante¨® dejarlo. ¡°A mi edad mis colegas ya no cantar¨ªan. Pero tengo esa suerte. Yo no s¨¦ cu¨¢nto m¨¢s lo har¨¦. Igual en dos semanas ya no canto, pero hago mis planes a 4 o 5 a?os¡±. Con el MET, donde debut¨® con 28 a?os y donde lleva 700 funciones cantando y m¨¢s de 100 dirigiendo, tiene compromisos hasta 2018. Lo considera un hogar. Quiz¨¢ un poco m¨¢s que el Real, donde ha estado ¨²ltimamente ¡°menos conectado¡±. Pero un sector del p¨²blico y los c¨ªrculos oper¨ªsticos de la capital sue?a con verle dirigiendo el coliseo madrile?o. ?l lo descarta. ¡°Est¨¢ en muy buenas manos con Joan Matabosch. Para m¨ª ser¨ªa demasiado complicado. Sigo en activo, y aunque llevo el teatro de Los ?ngeles, han aceptado que no est¨¦ siempre ah¨ª. Adem¨¢s, dirigir un teatro en Espa?a est¨¢ muy ligado a la pol¨ªtica. Te llaman y en dos a?os hay un cambio y prefieren a otro. As¨ª no se puede trabajar. En EE UU es distinto. As¨ª que no creo que est¨¦ aqu¨ª nunca¡±, explica mientras critica la subida del IVA cultural al 21% y reclama la implantaci¨®n de una ley de mecenazgo.
Nunca vieron la ¨®pera del mismo modo, pero tiene palabras de elogio para el exdirector del Real, Gerard Mortier, recientemente fallecido. ¡°Fue un director avant garde. Busc¨® siempre la controversia y obtuvo algunos resultados estupendos. En muchos casos la cr¨ªtica quiz¨¢ le dio m¨¢s cr¨¦dito que el p¨²blico. Me da una gran tristeza que se haya ido tan pronto¡±. Su visi¨®n de la escena, explica, se basa en un equilibrio entre los gustos personales, los del p¨²blico y los de la cr¨ªtica. Un ejemplo es el Simon Boccanegra de Llu¨ªs Pasqual. Le parece impecable. ¡°Con esa producci¨®n se puede trabajar. Un vestuario muy bello, las rejas que caen, el mar... No se mete en l¨ªos. Otras se van por los cerros de ?beda. Muchas veces se masacra al autor, y eso no puede ser".
La generaci¨®n de cantantes de Domingo ¡ªDe los ?ngeles, Kraus, Domingo, Caball¨¦, Berganza, Carreras¡ª fue algo milagroso en Espa?a. Pero no cree que ese brillo haya eclipsado a la actual. Saldr¨¢ esa gran voz. ¡°Hoy est¨¢n mejor preparados. Hubo una ¨¦poca de oro y espero que vuelva a surgir¡±. Hay muestras de ello. Se?ala a Jorge de Le¨®n o a Celso Albelo. Pero sobre todo, le encantar¨ªa descubrir a esa gran cantante verdiana ausente. En el panorama internacional, sin embargo, no tiene dudas: Jonas Kaufmann. ¡°Est¨¢ situ¨¢ndose en el repertorio para ser el gran tenor. Un repertorio parecido al que he hecho yo: alem¨¢n, italiano y franc¨¦s¡±. ?Su heredero? Ser¨¢ distinto, cree. En realidad, como todo en los escenarios despu¨¦s de Pl¨¢cido.
Babelia
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