Fiel a lo incierto
La pel¨ªcula es combinaci¨®n de ficci¨®n, documental y cine ensayo, que habla de sexo, amor, exilio, tradici¨®n y violencia represiva
Figura central de la contracultura andaluza, motor del maridaje entre flamenco y psicodelia en calidad de productor discogr¨¢fico y azote de casinos por la v¨ªa del c¨¢lculo matem¨¢tico, Gonzalo Garc¨ªa Pelayo fue, tambi¨¦n, un cineasta fugaz, pero libre y visionario en la Espa?a de la Transici¨®n. Un apartado de su tentacular creatividad que ha sido reivindicado en estos ¨²ltimos dos a?os. Culmin¨® el proceso con la retrospectiva que le dedic¨® el Jeu de Paume, de donde sali¨® una definici¨®n que sit¨²a su manera de entender el cine en una l¨ªnea de continuidad: Garc¨ªa Pelayo como eslab¨®n perdido entre Bu?uel y Almod¨®var.
ALEGR?AS DE C?DIZ
Direcci¨®n: Gonzalo Garc¨ªa Pelayo.
Int¨¦rpretes: Laura Espejo, Beatriz Torres, Rosario Utrera, Marta Peregrino.
G¨¦nero: musical. Espa?a, 2013.
Duraci¨®n: 117 minutos.
?La definici¨®n no deja de ser injusta, porque lo de Garc¨ªa Pelayo es, de hecho, ¨²nico: podr¨ªa dar fe de ello su segundo largometraje, Vivir en Sevilla (1978), combinaci¨®n de ficci¨®n, documental y cine ensayo, que hablaba de sexo, amor, exilio, tradici¨®n y violencia represiva, mientras se cuestionaban tanto la propiedad privada de los afectos como las mismas convenciones del relato cinematogr¨¢fico. Garc¨ªa Pelayo llevaba treinta a?os sin dirigir, pero su regreso a la acci¨®n no ha podido ser mejor: Alegr¨ªas de C¨¢diz, pel¨ªcula lib¨¦rrima y mutante que hace por la luz gaditana lo mismo que Vivir en Sevilla hizo por los claroscuros hispalenses.
Alegr¨ªas de C¨¢diz se abre con las pruebas para elegir a la protagonista, Pepa, encarnaci¨®n del esp¨ªritu simb¨®lico de la ciudad que vio nacer a nuestra primera Constituci¨®n. El director decide no elegir: quedarse con las cuatro pepas que encarnar¨¢n los distintos rostros de una misma libertad polim¨®rfica. Y la pel¨ªcula tambi¨¦n renuncia a conformarse con una identidad monol¨ªtica, despleg¨¢ndose, as¨ª, como muchas cosas a la vez: coreograf¨ªa de amores, desamores y desenga?os, paseo por C¨¢diz bajo las explosiones verbales de su protagonista masculino ¡ªJeri Iglesias, canalizando la energ¨ªa de su padre, Miguel ?ngel Iglesias, actor fetiche de Garc¨ªa Pelayo¡ª, reivindicaci¨®n del poder popular, irreverente y contestatario de las chirigotas y loable di¨¢logo entre la memoria de la vieja efervescencia contracultural y la vida y la carne que se conjugan en presente. Una pel¨ªcula viva, inagotable.<TB>
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