La bici
Rubalcaba salv¨® a su partido y perdi¨® las elecciones. No es poco el m¨¦rito, pero un partido sin poder es como una bicicleta sin pedales
Dal¨ª escribi¨® cosas muy apropiadas sobre el cine con su inteligencia paranoica y cr¨ªtica. Para ¨¦l, no era una bella arte porque la intervenci¨®n personal, genial y art¨ªstica del autor desaparec¨ªa en favor del proceso industrial y an¨®nimo. Ten¨ªa m¨¢s que ver con el fon¨®grafo, el autom¨®vil y el avi¨®n. Pero su mejor definici¨®n fue una f¨®rmula matem¨¢tica por la que el cine era la suma de Fotogenia+Ritmo. Un valor expresivo y pl¨¢stico en sucesi¨®n de est¨ªmulos sensuales. El destino del pol¨ªtico Rubalcaba, que ayer se baj¨® de la bici tras los malos resultados en las elecciones europeas, parece unido a esa ecuaci¨®n daliniana de la fotogenia y el ritmo.
Acabamos de enterrar a Adolfo Su¨¢rez que, en la Transici¨®n desde el franquismo, puso la fotogenia y el ritmo en nuestra pel¨ªcula pol¨ªtica. Rubalcaba, en cambio, dio un paso adelante tras el derrumbe del embeleso de Rodr¨ªguez Zapatero. Le honra postularse a perdedor cuando su partido iba a recibir un castigo visceral. Sin embargo, le pudo una ambici¨®n similar a la de Su¨¢rez, a quien perdi¨® querer presidir su obra una vez culminada. Y as¨ª Rubalcaba pens¨® quiz¨¢ que tras el despecho de los votantes, la ley de la gravedad le situar¨ªa de vuelta al poder. Pero desde?¨® el ritmo de la pol¨ªtica, donde los ascensores bajan m¨¢s deprisa de lo que suben.
La generaci¨®n que iba al instituto hace 30 a?os, cuando Rubalcaba fue por un lustro responsable de Educaci¨®n, no va a votarlo para traer la regeneraci¨®n pol¨ªtica ni siquiera para sacudirse al Gobierno m¨¢s regresivo en d¨¦cadas. Ser el pol¨ªtico m¨¢s inteligente y habilidoso en la sombra de los partidos no basta. Podr¨ªa haber sido un presidente estupendo para estos tiempos, no en cambio candidato, porque en el cartel electoral del candidato la gente no vota inteligencia, sino ilusi¨®n e incandescencia. En el reinado de la tele, que es el cine seg¨²n Dal¨ª, an¨®nimo, tecnol¨®gico y estandarizado, Rubalcaba era un bicho raro, que transparentaba su desconfianza hacia el medio porque conoc¨ªa su superficial profundidad y su entretenido tedio. Rubalcaba salv¨® a su partido y perdi¨® las elecciones. No es poco el m¨¦rito, pero un partido sin poder es como una bicicleta sin pedales, nadie quiere empujar para que otro coja velocidad.
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