Un canto a los n¨®madas saharauis

Las 35 tribus n¨®madas y bereberes que quedan por el norte de ?frica, repartidas por el desierto del S¨¢hara marroqu¨ª, celebran anualmente un gran festival, El Moussem, que es como su romer¨ªa del Roc¨ªo. Durante una semana organizan actos de intercambio cultural, econ¨®mico, social y festivo, que acaban este lunes con un concurso de poes¨ªa hassan¨ª,basado en la improvisaci¨®n y la transmisi¨®n de tradiciones de forma oral. El acontecimiento, muy apoyado por el r¨¦gimen marroqu¨ª, les sirve tambi¨¦n a las tribus para reivindicar su posici¨®n hist¨®rica y pol¨ªtica ante el conflicto del S¨¢hara y plantea sobre el terreno el debate de c¨®mo gestionar un festejo declarado patrimonio inmaterial de la humanidad para que ni muera de inanici¨®n ni caiga en espect¨¢culo f¨¢cil para turistas.

El Moussem de Tan Tan tom¨® forma en 1963, en unas pocas jaimas en esta zona fronteriza del sur de Marruecos que conecta con el desierto del S¨¢hara. Entonces los n¨®madas se mov¨ªan en camellos y acampaban para abordar discusiones, arreglar matrimonios y hacer intercambios. Tambi¨¦n culturales. Heredados oralmente, con canciones, poes¨ªas y la ense?anza de su escritura. Hab¨ªa bailes y fiestas.

Durante m¨¢s de 20 a?os se dej¨® de montar por problemas con la vecina Argelia. Hace dos lustros se retom¨® y en 2008 fue incorporado a la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco. Parec¨ªa el empuj¨®n hacia el ¨¦xito. Pero no sucedi¨®. Ni siquiera bajo el influjo del medi¨¢tico aventurero Kit¨ªn Mu?oz, que alert¨® a las autoridades de que desvirtuar la reuni¨®n con los componentes t¨ªpicos de los festivales de masas podr¨ªa pervertir su origen, y que no efectuar ninguna promoci¨®n podr¨ªa conducirlo a su muerte.

El r¨¦gimen marroqu¨ª (tanto la Casa Real como las autoridades pol¨ªticas, especialmente las locales) est¨¢ entusiasmado con El Moussem de Tan Tan, peque?a localidad olvidada a pocos kil¨®metros de la costa canaria y cerca de la frontera del S¨¢hara Occidental. Tan Tan significa, pol¨ªticamente, una concentraci¨®n de tribus que exponen al mundo su orgullo de pertenecer a Marruecos. La comparaci¨®n con la situaci¨®n en el S¨¢hara Occidental, la antigua colonia espa?ola, no hace falta que sea m¨¢s expl¨ªcita. Por si quedaba alguna duda de la utilidad del certamen para el sistema marroqu¨ª, este fin de semana se encarg¨® de despejarlas el presidente de la fundaci¨®n organizadora, Fadel Benyaich, uno de los pocos consejeros ¨ªntimos del rey Mohamed VI y desde hace pocos meses embajador en Espa?a: ¡°La posici¨®n geogr¨¢fica de Tan Tan hace de ella un eje de encuentro estrat¨¦gico y un puente de conexi¨®n entre las distintas regiones del reino¡±.

Entre otras actividades se desarroll¨® la competici¨®n conocida como Tborida, en el que equipos de 10 jinetes a caballo o sobre dromedarios, formados por cada una de las tribus, galopan con sus armas hasta una meta en la que deben demostrar la pericia de frenarse y disparar todos lo m¨¢s coordinadamente posible.

Llama la atenci¨®n que se siga publicitando con c¨¢nticos y bailes el pol¨¦mico asunto de las bodas concertadas y entre menores. En una de las jaimas hab¨ªa una pareja de ocho y cuatro a?os. La ni?a era la mayor. En las canciones alusivas se glorificaba la suerte de la novia por encontrar un hombre. En Marruecos, el C¨®digo de Familia proh¨ªbe este tipo de casamientos o las bodas entre menores de 18 a?os, excepto en casos muy excepcionales que se justifiquen por causa de fuerza mayor y que no deben bajar de los 16 a?os. Pero esa imposici¨®n no se cumple. Es m¨¢s, las estad¨ªsticas alertan de que las bodas entre ni?os se han duplicado. Un asistente a Tan Tan tambi¨¦n introdujo un matiz corrector: ¡°Las mujeres saharauis son muy fuertes y tienen un papel muchas veces superior al del hombre, y hay que decir que cantan cuando se van a casar pero tambi¨¦n cuando se divorcian¡±.