Otra historia
Hay dos tipos de historia. Una la hacen las personas con nombre y apellidos.La otra, las personas sin relevancia a quienes la eternidad devora pero nosotros encontramos id¨¦nticos y valiosos
Hay dos tipos de historia. Una la hacen las personas con nombre y apellidos, a veces hasta con un numeral ordinal despu¨¦s del nombre, reyes, emperadores, l¨ªderes, h¨¦roes, villanos. En los d¨ªas de la coronaci¨®n de un nuevo monarca en Espa?a cuesta creer que a un colegial de dentro de 100 a?os le vayan a tomar la lecci¨®n con esta fecha incluida y el ¨¢rbol geneal¨®gico medio anotado en alguna chuleta de fabricaci¨®n casera. Parafraseando la canci¨®n de Dylan, los reyes saben que cuando no est¨¢n ocupados coron¨¢ndose, est¨¢n ocupados abdicando. Pero hay otra historia, que la hacen las personas sin relevancia, a quienes la eternidad devora pero nosotros encontramos id¨¦nticos y valiosos. Ayer tambi¨¦n fueron protagonistas, al alcanzar en la prestigiosa revista Sciencie el rango de reportaje principal, los 17 cr¨¢neos reconstruidos a partir de los restos hallados en el yacimiento de Atapuerca.
Desde que en 1993 se hiciera p¨²blico que los restos humanos encontrados en la cueva burgalesa eran de humanos, todos hemos mirado con curiosidad lo que sal¨ªa de all¨ª, comprendiendo que ayudaba a recomponer un pedazo de nuestro pasado ignoto. Si el a?o pasado los investigadores fueron capaces de trazar el ADN de esa especie relacionada con los neandertales, ahora se nos presentan 17 cr¨¢neos que se remontan a cerca de 430.000 a?os atr¨¢s. Se calcula que en el yacimiento se encuentran 30 cuerpos y el misterio se prolonga a la hora de saber en qu¨¦ condiciones murieron, por qu¨¦ comparten lugar al fondo de la sima y, al pertenecer todos a una misma poblaci¨®n biol¨®gica, permite el estudio de sus diferencias y desarrollo.
Alcanzar la portada de Science 430.000 a?os despu¨¦s de muertos tiene su m¨¦rito. Ser Hombre del A?o en Time parece m¨¢s sencillo, la verdad. Tambi¨¦n ser el hombre del d¨ªa. Son esos tipos quienes nos cuentan detalles de nuestra evoluci¨®n, de nuestra historia de verdad en sus primeros pasos por la sierra, antes de que le pusi¨¦ramos nombre a Castilla y Le¨®n. Fueron cabezas sin corona, hombres corrientes, pero le dan la raz¨®n a esa segunda cara de la historia, la que hacen cada ma?ana quienes no salen en los peri¨®dicos ni ocupan los telediarios ni copan la actualidad, pero cambian el mundo con sus ah¨ªncos.
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