Desencanto en la Maestranza
Fallaron los novilleros, fallaron los novillos, blandos, descastados y sin calidad
Fue un acierto indiscutible repetir en un mano a mano a los dos chavales que el pasado 1 de junio alcanzaron un triunfo clamoroso y abrieron la Puerta del Pr¨ªncipe; pero el resultado final fue un completo desencanto e hizo honor a la m¨¢xima maldita: nunca segundas partes fueron buenas.
Fallaron los novillos, de presentaci¨®n impropia para esta plaza, blandos, descastados y sin calidad; fallaron los novilleros, de vibrante comienzo que se fue diluyendo como un azucarillo hasta la pesadez impropia de futuras figuras y por debajo de sus oponentes; y el p¨²blico, que respondi¨® en masa a la ilusionante llamada, demostr¨® que el triunfalismo y el bullanguer¨ªa tambi¨¦n se han apoderado de esta afici¨®n, otrora exigente y sabia.
Fuente Ymbro / Jim¨¦nez y Garrido, Mano a Mano
Novillos de Fuente Ymbro, muy justos de presentaci¨®n, blandos, mansos y desclasados; destac¨® el sexto por su movilidad en la muleta.
Borja Jim¨¦nez: cinco pinchazos _aviso_ y estocada (silencio); casi entera atravesada y ca¨ªda y dos descabellos (silencio); dos pinchazos _aviso_, un pinchazo y dos descabellos (silencio).
Jos¨¦ Garrido: casi entera baja (palmas); _aviso_ dos pinchazos y dos descabellos (silencio); estocada (oreja).
Plaza de toros de La Maestranza. 3 de julio. Novillada nocturna fuera de abono. Tres cuartos de entrada.
El comienzo fue un espect¨¢culo, porque solo as¨ª se puede calificar la imagen de una Maestranza casi llena -lo que no ocurri¨® en la pasada Feria de Abril- para ver a dos novilleros; y a los dos se les oblig¨® a desmonterarse una vez roto el pase¨ªllo para responder a la cari?osa ovaci¨®n del respetable.
Mientras sonaban los primeros clarines, Jim¨¦nez se dirigi¨® a la puerta de chiqueros y all¨ª se hinc¨® de rodillas para recibir al novillo con una larga cambiada que hil¨® con unas aceleradas ver¨®nicas; despu¨¦s, un llamativo tercio de quites entre los dos actuantes, por vistosas saltilleras Garrido, primorosamente rematadas con una media espectacular, y por tafalleras Jim¨¦nez. El caso se repetir¨ªa en el segundo novillo, con el que Garrido se luci¨® de verdad en cuatro extraordinarias ver¨®nicas en el centro del anillo, y un elegante quite por chicuelinas, otra vez abrochado con una media a pies juntos que supo a cartel de toros; y Jim¨¦nez le replic¨® con otro apunte por chicuelinas vistosas.
Hasta aqu¨ª lo mejor de la noche; esa fue la cima de un festejo que comenz¨® a precipitarse poco a poco por la pendiente del desencanto. Ni los novillos colaboraron, si es que esa es su obligaci¨®n, ni los novilleros llegaron a ofrecer la imagen de dominio y soltura que de ellos se esperaba.
No tuvo oponentes claros Borja Jim¨¦nez, pero ¨¦l tambi¨¦n fue protagonista de la desilusi¨®n que transmiti¨®. A su primero lo dej¨® tullido el picador en un fuerte puyazo que supo a venganza tras un costalazo inicial; su nobleza -la del toro- no pudo con su mortecino final de existencia, que el novillero se encarg¨® de dilatar con un p¨¦simo manejo del estoque. Pas¨® desapercibido el torero ante el manso y distra¨ªdo tercero, y se mostr¨® muy pesado y despegado ante el quinto, al que consigui¨® ligarle una emocionante tanda de redondos. No hubo m¨¢s. Lo intent¨® sin ¨¦xito. Una p¨¢gina sin brillantez que no emborrona, pero mancha, su triunfo anterior.
A Jos¨¦ Garrido se le ve m¨¢s hecho, maduro y seguro, con oficio y conocimiento de la t¨¦cnica, pureza en sus maneras y gracia en sus mu?ecas. Manej¨® con soltura el capote, se luci¨® en los adornos, abus¨® del pico en el toreo fundamental y no fue capaz de dominar el entusiasmo del sexto, al que no pic¨®, y se dej¨® comer el terreno por la codicia repetidora del animal. Se raj¨® muy pronto su primero; de m¨¢s a menos fue su larga y pesada labor ante el cuarto, y qued¨® a merced de la acometividad del ¨²ltimo. El p¨²blico facil¨®n le concedi¨® una oreja que no hac¨ªa honor a los m¨¦ritos del muchacho ni espantaba el mal sabor de boca que hab¨ªa dejado una novillada de expectaci¨®n que acab¨® en desilusi¨®n. As¨ª es la vida¡ Tan as¨ª que, a pesar de todo, da toda la impresi¨®n de que tanto uno como otro novillero tiene futuro por delante.
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