¡°Si ¡®Casablanca¡¯ hubiera sido una obra de teatro, nunca la hubi¨¦ramos visto¡±
El director argentino, a caballo entre la gran pantalla y el escenario, estudia un nuevo trabajo con Eduardo Sacheri
Juan Jos¨¦ Campanella tiene un catarro horrible. "Parezco un viejo en la plaza", r¨ªe interrumpido por las toses. Ha venido a Espa?a a un ciclo de conferencias y cine de la Universidad Men¨¦ndez Pelayo en Santander, que exhibe una pel¨ªcula suya cada tarde de esta semana. El director argentino, ganador de un oscar en 2010 por El secreto de sus ojos, se estren¨® el a?o pasado como director de teatro con Parque Lezama, de Herb Gardner, en su tierra natal. Renov¨® temporada este a?o y el escenario ha sido para ¨¦l todo un descubrimiento: "Lo mejor, la falta absoluta de computadoras. Si hay que mover algo lo tienes que colgar de una soga o de una roldana. En el teatro donde est¨¢bamos no hab¨ªa ni cobertura de celular. Pude volver a conectar con lo que considero mi trabajo".
Esta incursi¨®n en un medio nuevo no le va a hacer dejar el cine. "He estado sent¨¢ndome otra vez con Eduardo Sacheri", autor del libro El secreto de sus ojos y coguionista de la pel¨ªcula. "Queremos desarrollar la idea que empezamos en 2008, cuando al final nos sali¨® El secreto". Tendr¨¢ un contenido "muy social", una tem¨¢tica recurrente en su cine. "Luna de Avellaneda se vio en Argentina como un arma de arenga pol¨ªtica que me satisfizo mucho", explica. "En Espa?a tuvo mucha menos repercusi¨®n, pero creo que en esta ¨¦poca post-crisis se entender¨ªa mucho m¨¢s".
Los Premios Sur me los tomo como si fueran la Nochebuena
Eso no quiere decir que entienda el arte solo como ejercicio pol¨ªtico. Es presidente de la Academia del Cine argentina y defiende que las entregas de galardones ¨Cen su caso, los Premios Sur¨C sean una fiesta. "Me lo tomo un poco como la Nochebuena. Los artistas tienen todo el derecho de manifestarse, pero creo que los premios son m¨¢s para divertirse que para hacer declaraciones p¨²blicas".
Campanella quiere dejar atr¨¢s la televisi¨®n y alternar su carrera entre el cine y el teatro. No se decide: "Estar encerrado en una sala de montaje con una pel¨ªcula uno o dos meses es lo que m¨¢s me gusta", r¨ªe. "Quiero control, en una pel¨ªcula todos ven lo que yo quiero". Pero se recrea en el "elemento de artesan¨ªa" que tiene el escenario. "Un segundo m¨¢s o menos en una frase marca la diferencia entre la carcajada o el silencio de los grillos". Y lo que le falta al teatro es la inmortalidad de una cinta. "Si Casablanca hubiera sido una obra, nunca la hubi¨¦ramos visto". Pero vuelve a vacilar sonriente: "Digo esto, y dentro de 200 a?os los negativos de las pel¨ªculas estar¨¢n todos borrados".
Babelia
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