Apocalipsis de verano

Tras la introducci¨®n de esta secuela que renueva elenco humano ¡ªy en la que se atribuye a una facci¨®n oscura Transformer la extinci¨®n de los dinosaurios¡ª, Michael Bay se atreve a formular una autocr¨ªtica rudimentaria, en boca del propietario de una ruinosa platea, que coloca el cine contempor¨¢neo ¡ªo, por lo menos, el que practica el director¡ª en el territorio de la reiteraci¨®n. En esa misma secuencia, el personaje de Mark Wahlberg, un inventor exc¨¦ntrico, adquiere un lote de material de derribo en el que se incluye un viejo proyector. Llevado por el puro deseo irracional, este cr¨ªtico se atrevi¨® a so?ar con la pel¨ªcula que Transformers: La era de la extinci¨®n no es: ?ocultar¨ªa ese proyector a un Transformer capaz de llevar esta historia hacia el metalenguaje delirante?; tras su sobresaliente Dolor y dinero(2013), ?habr¨ªa cambiado algo en el interior de Bay que le llevase a reencontrarse con su franquicia estrella desde una nueva posici¨®n, con el ¨¢nimo de transgredir ese universo y cuestionarse a s¨ª mismo sin abandonar su esp¨ªritu l¨²dico?

Dolor y dinero, que se abr¨ªa con la frase ¡°Me llamo Daniel Lugo¡­ y creo en el fitness¡±, quiz¨¢ fue lo m¨¢s cerca que Bay estuvo del cine religioso: un trabajo sobre los peligros (autodestructivos) de la trascendencia en el universo del materialismo anabolizado. El cineasta no traicionaba sus maneras pero las reciclaba para formular un discurso provocador. En su saga Transformers, Bay creaba estilo y forjaba hipn¨®ticos momentos de belleza ciber-pornogr¨¢fica, mientras dejaba claro lo poco que le interesaba el factor humano de sus ficciones y lo mucho que necesitaba a la chorrada de usar y tirar para levantar metrajes de empacho. Su nueva obra confirma que buscar alma o personajes en alguna entrega de Transformers es tan ingenuo como reclamar afecto en un ring de lucha libre: el pacto es obtener alguna imagen poderosa, pero eso s¨®lo llega al final, cuando una lluvia de transatl¨¢nticos permite evocar el corto Bad Luck Blackie (1949) de Avery mientras los dinosaurios devoran los ¨²ltimos restos de l¨®gica.