Siguiente pantalla: el cine en 2024
Aventuramos c¨®mo se har¨¢n y ver¨¢n las pel¨ªculas dentro de 10 a?os con motivo del estreno de la f¨¢bula futurista 'El congreso'
Robin Wright entra en una gran sala. Ha vendido su cuerpo ¡ªy su alma, aunque ella no lo sepa¡ª a una major, un gran estudio de Hollywood. Por una impresionante cantidad de dinero, el estudio ha comprado su imagen cinematogr¨¢fica para hacer todo tipo de pel¨ªculas ¡ªincluso de acci¨®n, de las que abomina Wright¡ª durante los pr¨®ximos 20 a?os, y ella seguir¨¢ eternamente joven en pantalla. Pero cuando la actriz se deja escanear voluntariamente no es consciente de lo que significa de verdad ceder su identidad f¨ªlmica. As¨ª arranca El congreso, de Ari Folman, que se estrena el pr¨®ximo viernes, adaptaci¨®n libre de Congreso de futurolog¨ªa (1971), de Stanislaw Lem, con mezcla de im¨¢genes de animaci¨®n y de carne y hueso, y Robin Wright interpret¨¢ndose a s¨ª misma. Una visi¨®n de Doctor Fausto en tiemposcinematogr¨¢ficos de recreaciones digitales, de anuncios en los que Charlize Theron interact¨²a con Grace Kelly o Marilyn Monroe. ?Es as¨ª el cine que nos espera? ?C¨®mo ser¨¢ el cine dentro de diez a?os? ?Pasar¨¢ como en El congreso, habr¨¢ filmes con actores virtuales? ?Las veremos desde casa con unas gafas que nos har¨¢ sentir como si estuvi¨¦ramos en una sala de cine? ?Y c¨®mo se har¨¢n esas pel¨ªculas?
Los exhibidores europeos calculan que el n¨²mero de salas crecer¨¢
Francis Ford Coppola asegur¨® al principio del verano que el futuro del cine pasa por hacerlo ¡°en vivo¡±, como si fuera teatro digital o la retransmisi¨®n de una ¨®pera. ¡°Podr¨ªa haber un 30% filmado previamente, y los actores estar¨ªan en directo. En realidad, ya puedes hacer cualquier cosa, y eso incluye el cine en vivo. ?Si yo crear¨ªa algo as¨ª? Por supuesto. Soy muy optimista con nuestro futuro, el cine es algo demasiado grande como para ser derrotado¡±. Con ese optimismo concuerdan casi todos los cineastas. Ari Folman, que sorprendi¨® a medio mundo con su filme precedente, el documental de animaci¨®n Vals con Bashir (2008), lo tiene claro: ¡°Por supuesto, siempre habr¨¢ cine y espectadores. Yo ahora mismo estoy adaptando en animaci¨®n los diarios de Ana Frank. Y no lo har¨ªa si no creyera en lo que hago. Ahora bien, dentro de una d¨¦cada el cine se parecer¨¢¡ puede que a los videojuegos actuales, con toda esa recreaci¨®n digital. S¨ª creo que habr¨¢ que luchar por que las grandes corporaciones no devoren la creaci¨®n. Porque, ?pueden esos personajes computerizados crear el mismo entusiasmo? Y lo peor, ?importa realmente?¡±. Cabe preguntarse si esto est¨¢ ya sucediendo. Folman responde divertido: ¡°No te enga?es, mi pel¨ªcula no es de ciencia ficci¨®n, es un documental social¡±. Para apoyar la broma, saca un dato: ¡°La sala de escaneo en donde informatizan el cuerpo, la cara y las emociones de Wright existe de verdad en Los ?ngeles. Nos planteamos hacer una en un plat¨®, hasta que nos avisaron que no hici¨¦ramos el esfuerzo, que pod¨ªamos rodar en una real¡±.
Los actores empezar¨¢n a firmar contratos con cl¨¢usulas de salvaguarda de la imagen digital. ¡°En Espa?a no conozco algo tan radical¡±, cuenta el representante Antonio Rubial, uno de los m¨¢s poderosos del pa¨ªs. ¡°Pero es cierto que, por ejemplo, Mar¨ªa Valverde y Mario Casas cedieron su imagen animada para un corto el a?o pasado, y ah¨ª se abr¨ªa un nuevo camino¡±. Rubial reflexiona sobre esas nuevas posibilidades: ¡°Ser¨ªa fant¨¢stico siempre que se controle. ?Por qu¨¦ no? Actores digitales, como efectivamente ya hay en anuncios que resucitan viejas glorias¡±. Otros creadores a la vanguardia del cambio son los directores de fotograf¨ªa. Entre los j¨®venes espa?oles, el m¨¢s prestigioso es Pau Esteve Birba (Barcelona, 1981), premiado en San Sebasti¨¢n y en los Goya por su trabajo en Can¨ªbal (2013), y que en Hermosa juventud ha mezclado en pantalla acci¨®n real con redes sociales e im¨¢genes desde m¨®viles. ¡°La creaci¨®n ser¨¢ m¨¢s sencilla, con c¨¢maras peque?as y f¨¢ciles de manejar. Espero que el futuro apueste por la frescura. Y tarde o temprano triunfar¨¢ la realidad virtual, que abordar¨¢ el cine con apuestas como Oculus, que permite al espectador una visi¨®n de 360?¡±. Con la ca¨ªda de espectadores, Esteve cree que ¡°se impulsar¨¢ la megaexperiencia en las salas, que primar¨¢n formatos de ese estilo¡±. ?Y c¨®mo afronta un director de fotograf¨ªa un rodaje en 360?? ¡°La t¨¦cnica cambiar¨¢, aunque el concepto ser¨¢ el mismo: seguiremos hablando de luz, texturas y atm¨®sferas. Al final, una pel¨ªcula es una pel¨ªcula y seguiremos contando historias¡±.
De los creadores, a la distribuci¨®n y la exhibici¨®n. Los primeros se mesan las barbas ante un futuro dif¨ªcil, al que encaran con iniciativas como Cineonline, web espa?ola que estrena directamente pel¨ªculas no vistas en la gran pantalla y que funciona en s¨ª misma como un multicine ¡ªel espectador entra en estas salas virtuales y escoge la pel¨ªcula, que deja de estar disponible tras su vida comercial online¡ª. Pero los exhibidores hablan de grandes oportunidades. El a?o pasado cada europeo no lleg¨® a ir al cine de media ni dos veces (1,8) y el espectador espa?ol solo lo hizo en 1,7 ocasiones. Sin embargo, Jan Runge, director ejecutivo de UNIC, la uni¨®n que agrupa a los exhibidores europeos, est¨¢ seguro: ¡°La proyecci¨®n de cine por Europa en 10 a?os ser¨¢ a¨²n m¨¢s fuerte que ahora¡±. Runge considera apropiados tantos los precios ¡ª¡±Es una de las experiencias de ocio fuera de casa m¨¢s asequibles¡±¡ª como el n¨²mero de pantallas de la Uni¨®n Europea: en 2013 eran 29.958 (una por cada casi 17.000 habitantes).
En Reino Unido, por ejemplo, Philip Knatchbull, exhibidor de la cadena Curzon, est¨¢ ampliando su oferta de pantallas, y apuesta a la vez por el cine en las salas y en streaming: ¡°El p¨²blico tiene el control y hay que darle lo que pide cuando lo pide¡±. Knatchbull intervino entusiasmado en el festival de Cannes en un encuentro sobre estrenos multiterritoriales y multiformato (sobre todo en salas a la vez que en Internet), a ra¨ªz de un experimento financiado por la UE para buscar la soluci¨®n ideal para la industria. Runge, que tambi¨¦n particip¨®, est¨¢ bastante menos convencido: ¡°Estrenar pa¨ªs por pa¨ªs y al principio solo en las salas dar valor a la pel¨ªcula. Y las plataformas digitales en su mayor¨ªa no han sabido mostrar ning¨²n dato sensato sobre su contribuci¨®n econ¨®mica y cultural al cine europeo¡±. ?Qu¨¦ pasar¨¢, entonces, con las salas? Ya hay cines donde se puede cenar durante la pel¨ªcula o que ofrecen proyecciones VIP, ya sea con pantallas m¨¢s amplias, audio 3D o las ¨²ltimas vanguardias tecnol¨®gicas: se paga m¨¢s y se obtiene m¨¢s. ¡°Todo lo que a?ade valor para el cliente y ayuda a diferenciar el cine en salas de un visionado en casa es positivo¡±, sentencia Runge.
Un nuevo sistema de proyecci¨®n crea un efecto muy parecido al teatro
?C¨®mo hacer del cine una experiencia insustituible en el hogar? A lo mejor no se puede. James Cameron, George Lucas y Peter Jackson, los tres todopoderosos del s¨¦ptimo arte m¨¢s comercial, entraron en una sala de proyecci¨®n para ver una tecnolog¨ªa que se promet¨ªa revolucionaria. De pronto, antes de que empezara la funci¨®n, las luces se apagaron. El proyeccionista apareci¨® en escena, pidi¨® disculpas y les dijo que se ten¨ªan que marchar. ¡°Al salir, yo les dec¨ªa: ¡®?Qu¨¦ os ha parecido?¡¯. ¡®?Si no hemos visto nada!¡¯. ¡®Eso [el proyeccionista] fue la demostraci¨®n¡¯. Ped¨ªan volver a entrar inmediatamente¡±. El bromista es el oscarizado Douglas Trumbull, autor de los efectos visuales de 2001. Una odisea en el espacio, Encuentros en la tercera fase y Blade runner. Trumbull se encuentra trabajando en un sistema de proyecci¨®n revolucionario: ¡°Es id¨¦ntico a la realidad. El ojo no lo distingue. Lo que sucede es un efecto muy parecido al teatro. El p¨²blico percibe al actor como si lo tuviera delante¡±. Por eso en su demostraci¨®n de este avance, la pel¨ªcula Ufotog, el reparto se dirige directamente al p¨²blico, como si fuera un directo. Trumbull ha bautizado a esta tecnolog¨ªa como Magi. Y el milagro se logra b¨¢sicamente con tres efectos combinados: mayor resoluci¨®n, mucha mayor luminosidad (gracias a la proyecci¨®n l¨¢ser) y 120 im¨¢genes por segundo. El cine convencional hasta ahora solo se ha movido en los 24, salvo en el controvertido estreno de El hobbit: un viaje inesperado a 48 fotogramas por segundo. ¡°Hay que hacerlo bien. Cada vez vemos secuencias de acci¨®n m¨¢s veloces, y el movimiento se vuelve borroso porque no tenemos las suficientes im¨¢genes por segundo para mostrarlo tal y como es¡±. Su apuesta es cara, a 100 euros la entrada. ¡°La clave es convertirlo en un evento. Ahora mismo, no hay mucha diferencia entre ver una pel¨ªcula en casa y hacerlo en el cine¡±.
Sony pretende incorporar realidad virtual en su Playstation 4
La amenaza, sin embargo, est¨¢ otra vez en los hogares. Ll¨¢mese Oculus, Morpheus o Google Cardbox, el caso es que la industria est¨¢ convencida de que la realidad virtual es el pr¨®ximo gran negocio del entretenimiento. Tanto como para que Facebook se gastara 2.000 millones de d¨®lares, m¨¢s de 1.500 millones de euros, en hacerse con Oculus. Tanto como para que Shuhei Yoshida, presidente de Sony Worlwide Studios, la considere el caballo de batalla para su PlayStation 4. Pero es tambi¨¦n una oportunidad in¨¦dita para los creadores. Danfung Dennis, documentalista candidato al Oscar y fot¨®grafo de guerra para The New York Times, es de los que quieren estar en esa vanguardia. Su proyecto es Condition One, una tecnolog¨ªa para Oculus que pretende explorar las posibilidades del nuevo cine en 360? donde ya no hay pantalla y la imagen sumerge al espectador en otra realidad. ¡°Hay que cambiarlo todo. Se acab¨® el travelling, los cortes de plano, el montaje en paralelo. Todo tiene que ser un gran plano secuencia¡±. De momento, ¨¦l y su equipo ofrecer¨¢n un ¨¢gape de las posibilidades de Condition One en Zero point, mediometraje en el que se narra la breve historia de la realidad virtual hasta llegar a la revoluci¨®n que espera llegar a las tiendas en 2015. ¡°Zero point arranca contigo flotando sobre el limbo planetario. Llega la noche y ves c¨®mo se encienden las luces de las ciudades. Despu¨¦s, amanece. Y de pronto te sumerges en una estaci¨®n orbital¡±. Es solo el principio. Entre las aplicaciones que ya prepara Oculus se encuentra un cine virtual, con sus butacas y su pantalla, en el que uno podr¨ªa llenar una sala con gente de todo el mundo para ver la ¨²ltima de Steven Spielberg en 3D.
Veremos qu¨¦ ocurre en realidad. ¡°F¨ªjate que nos vendieron la panacea del 3D y no acab¨® de arrancar¡±, recuerda Esteve Birba. Como Folman, que se declara ¡°pesimistamente optimista¡±, remarca: ¡°El dinero decidir¨¢ si las pel¨ªculas se rodar¨¢n con actores escaneados o con una nueva generaci¨®n de int¨¦rpretes digitales 100%. Espero que la carne gane la batalla¡±.
Con informaci¨®n de Tommaso Koch
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