Seg¨²n el guion previsto

Un gigantesco homenaje p¨®stumo a Heisenberg y su troupe. As¨ª fue en la madrugada de ayer la ceremonia de unos Emmy que ¡ªcomo siempre¡ª le han dado una patada a Jon Hamm, que lleva 10 nominaciones sin premio (Ricky Gervais acumula 21, con solo dos premios) y han llevado al podio, una vez m¨¢s, a The good wife y Modern family:dos cl¨¢sicos de los Emmy que nunca faltan a la cita.

Bryan Cranston, el tipo al que todos buscaban para recordarle lo bueno que es, se despide as¨ª a lo grande de Breaking bad, la serie que le ha llevado al Olimpo de los dioses cat¨®dicos, junto a Anna Gunn y Aaron Paul, que tambi¨¦n han vencido en sus respectivas categor¨ªas. La historia del profesor de Qu¨ªmica que consigue fabricar la madre de todas las anfetaminas se ha comido al otro favorito de la noche, True detective, que se ha tenido que conformar con premios en categor¨ªas menores (excepto la de director, para Cary Fukunaga) como maquillaje o mejores t¨ªtulos de cr¨¦dito.

Modern family ha seguido arrasando (y van cinco a?os seguidos) y Julianna Margulies y su esplendido personaje en The good wife confirman su reinado, con Kerry Washington pis¨¢ndole los talones desde Scandal, el culebr¨®n m¨¢s elegante en lo que va de siglo, y Robin Wright rompiendo todas esas quinielas que la se?alaban como clara favorita.

Jim Parsons, el ya legendario Sheldon de The Big bang theory, tambi¨¦n cumpli¨® con los pron¨®sticos, aun viendo la bajada tonal de la serie, cada vez m¨¢s anquilosada en sus propios preceptos.

¡®Modern family¡¯ gan¨® por quinta vez; ¡®Fargo¡¯ se llev¨® el galard¨®n a la miniserie

La ceremonia, cuyas reglas permiten cosas tan surrealistas como que Treme y Luther compitan en la categor¨ªa de mini-serie (galard¨®n que se llev¨® la esplendida Fargo, otra miniserie muy sui generis), premi¨® tambi¨¦n al omnipresente Stephen Colbert, el mejor showman de Estados Unidos ahora en franca competencia con el afilad¨ªsimo John Oliver, y a Sherlock, con Benedict Cumberbatch y Martin Freeman ausentes, ya metidos en su papel de estrellas cinematogr¨¢ficas y a punto de estrenar la ¨²ltima entrega de El hobbit.

En la secci¨®n de fracasos (m¨¢s bien ignorados) cabe destacar a Girls, Orange is the new black y a Hannibal. La primera, demasiado laber¨ªntica para su propio bien, demuestra que los Emmy siguen yendo a tiro fijo, nunca prestos a crear tendencias, sino m¨¢s bien a la comodidad del seguidismo; la segunda, el aut¨¦ntico boom de la temporada a ambos lados del Atl¨¢ntico, prueba quiz¨¢ que a Netflix le falta ascendencia a la hora de influir en aquellos que otorgan los premios o que la recepci¨®n (fant¨¢stica) de cr¨ªtica y p¨²blico no aseguran nada en unos premios que acostumbran a ignorar a los novatos como el que oye silbar al viento. Algunos cr¨ªticos han reprochado al evento esa falta de valent¨ªa a la hora de apostar por desconocidos o productos de nuevo cu?o, anclados en f¨®rmulas altamente funcionales (con excepciones, claro est¨¢).

Lo de Hannibal, una de las series m¨¢s atrevidas, rompedoras y salvajes de la historia, sigue esa l¨ªnea y tampoco gust¨® a los que creen que en la televisi¨®n no hay que comerse a tus semejantes: s¨®lo as¨ª se explica que el perturbador Mads Mikkelsen no estuviera ni siquiera nominado. Ser¨¢ porque se hubiese comido a todos sus rivales.