Libre de c¨¢nones
La poes¨ªa de Bradbury, reunida por primera vez en espa?ol, seduce por la naturalidad de su dicci¨®n
Lo que m¨¢s seduce a primera vista de la poes¨ªa de Ray Bradbury (1920-2012) es la naturalidad de su dicci¨®n, casi campechana, ajena a los severos tribunales de la bondad po¨¦tica, con frecuencia tan sofisticados en Estados Unidos. Sin embargo, esa naturalidad no excluye considerables dosis de penetraci¨®n, adem¨¢s de constantes asombros l¨ªricos, gracias a los cuales estamos muy lejos de un poeta para andar por casa, casi en pantuflas, mero aficionado que se toma un respiro seudopo¨¦tico entre narraci¨®n y narraci¨®n.
Por otra parte, la presentaci¨®n confesional de sus poemas, junto con su lenguaje llano y refinado a la vez, crea un efecto en el lector de proximidad existencial, como si no le costara ponerse en el lugar del que da fe de sus experiencias mediante un lenguaje accesible. Pero ¡ªojo¡ª Bradbury es un poeta en cierto modo enga?oso: parece una cosa y es otra, y esa equivocidad es fuente de su encanto y delicia.
Adem¨¢s ¡ªy esto es esencial¡ª el lenguaje de Bradbury transparenta experiencias enriquecidas por la emoci¨®n, entendida esta como entusiasmo y elevaci¨®n naturales, bruscos, inmediatos, invasivos. Donde domina y cuaja la emoci¨®n verdadera, la verdad se hace o¨ªr. Y Bradbury hace o¨ªr su verdad, basada b¨¢sicamente en el asombro, en el enaltecimiento de la existencia, en el misterio que nos acompa?a, en la inaccesibilidad de ese misterio, del que el universo es su mejor exponente:
"?Despertad!, dice Dios. Mirad all¨ª. Id a buscar.
Las estrellas. ?Oh, Dios!, muchas gracias. ?Las estrellas!".
Pero, adem¨¢s, Bradbury se muestra como un lector sumamente agudo que establece relaciones asombrosas entre Shakespeare y Freud o entre Shakespeare y Cervantes, o que es capaz de dedicar un poema glorioso a G.?M. Hopkins o de recordar con alta emoci¨®n a H.?G.?Wells, uno de sus maestros en la narrativa fant¨¢stica, en la que Bradbury es tambi¨¦n un maestro (?Fahrenheit 451!).
Los pintores tambi¨¦n se asoman a sus poemas, con emotiva sensibilidad, como este homenaje a Van Gogh:
"Mira la luz de Van Gogh que se desborda para arder y bendecir
y salpicar de manchas y prender toda la hierba para dorar¡"
Y las ciudades tambi¨¦n vibran, verdadera creaci¨®n de un viajero con alma:
"Por las calles de Dubl¨ªn?
de vuelta a las Navidades
los mirlos cantan¡±.
La edici¨®n como tal tiene ese toque acad¨¦mico t¨ªpico de C¨¢tedra, con introducci¨®n muy informada y una traducci¨®n rigurosa y competente.
Poes¨ªa completa. Ray Bradbury. Edici¨®n biling¨¹e de J. I. G¨®mez L¨®pez C¨¢tedra. Madrid, 2013. 1.058 p¨¢ginas. 28,40 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.