Andrew V. McLaglen, un director amante del gran ¡®western¡¯
En 1956 debut¨® como director con 'Matar a un hombre', un 'western', como la mayor parte de sus mejores trabajos, g¨¦nero del que disfrutaba casi tanto como del policiaco
La sombra de su padre fue alargada, y, sin embargo, Andrew V. McLaglen supo encontrar su lugar en Hollywood, hacerse un nombre propio. El cineasta ten¨ªa el mismo porte f¨ªsico, grande, con aire a estibador, duro, que el de su padre, el inolvidable Victor McLaglen, Oscar al mejor actor por El delator y candidato de nuevo a la estatuilla de Hollywood con El hombre tranquilo, uno de esos rostros que tanto amaba John Ford. Andrew, que ha fallecido el pasado 30 de agosto a los 94 a?os, naci¨® en Londres en 1920 cuando su progenitor ya hab¨ªa abandonado el boxeo y debutado en el cine mudo brit¨¢nico. Pero la familia se traslad¨® cinco a?os despu¨¦s a Hollywood y los recuerdos del cineasta eran enteramente estadounidenses, es m¨¢s, memorias de la ¨¦poca dorada de Hollywood. All¨ª creci¨®, a Victor le gustaba llevar a su hijo a los rodajes, y por ello empez¨® a trabajar en la productora Republic, de las empresas m¨¢s potentes de la segunda divisi¨®n tras las majors. All¨ª debuta como ayudante de direcci¨®n en Love, honor and goodbye en 1945, comedia protagonizada por su padre, antes de absorber la sabidur¨ªa de John Ford como su asistente en El hombre tranquilo, y de William Wellman como su ayudante en El infierno blanco, Escrito en el cielo, El rastro de la pantera y Callej¨®n sangriento.
Ese a?o, 1955, fue la ¨²ltima vez que trabaj¨® como segundo de alguien, porque en 1956 debut¨® como director con Matar a un hombre, un western, como la mayor parte de sus mejores trabajos, g¨¦nero del que disfrutaba casi tanto como del policiaco: a ¨¦l pertenec¨ªa su segunda pel¨ªcula, Man in vault (1956). En televisi¨®n debut¨® poco despu¨¦s en El pistolero de San Francisco y La ley del rev¨®lver, series de las que dirigi¨® la mayor parte de sus episodios, m¨¢s de 200 sumando ambas.
Su primer gran trabajo lleg¨® en 1963 en El gran Mactlintock, con John Wayne y Maureen O'Hara, pareja con la que obviamente conoc¨ªa a la perfecci¨®n. Como director, fue el responsable de El valle de la violencia (1965), The rare breed (1966), las dos con James Stewart, La brigada del diablo (1968), Bandolero (1968), Los luchadores del infierno (1968), Los indestructibles (1969), la gran Chisum (1970), La primera ametralladora del Oeste (1971), La soga de la horca (1973), Los ¨²ltimos hombres duros (1976)¡ Son casi todos westerns, policiacos y filmes b¨¦licos, pero estaba claro que McLaglen hab¨ªa nacido tarde para el cine que le gustaba hacer. Sus ¨²ltimos t¨ªtulos m¨¢s interesantes nacieron de esos mundos, como Patos salvajes, Lobos salvajes o El regreso del r¨ªo Kwai (1989), su pen¨²ltimo trabajo antes de retirarse con la floja Eye of the widow (1991)
Su jubilaci¨®n le llev¨® hasta a Friday Harbour, en la isla de San Juan, en el estado de Washington, donde se dedic¨® a dirigir en montajes teatrales a sus vecinos en el San Juan Island Community Theater.
Babelia
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