Vetusta Morla se hace mayor en M¨¦xico

Suenan los primeros acordes y en el escenario se puede oler el miedo. Abajo, cientos de espectadores escuchan el arranque ¡ªlento¡ª de Los d¨ªas raros. Pero ellos no hab¨ªan ido a Quer¨¦taro a ver a Vetusta Morla, sino a Zo¨¦, y estaban cargados con piedras dispuestos a echar de las tablas a aquellos seis espa?oles que tocaban algo raro que no empezaba nunca. As¨ª lo recuerdan hoy, ri¨¦ndose, apoyados en las butacas de un m¨ªtico teatro mexicano, el Metropolitan. Las miran y se las imaginan llenas de gente en el concierto que dar¨¢n este s¨¢bado. Aqu¨ª empiezan la gira por Latinoam¨¦rica de su ¨²ltimo disco, La deriva. Un sue?o forjado poco a poco.

Es la octava vez que pisan el pa¨ªs azteca. Desde un principio, M¨¦xico significaba la puerta para Am¨¦rica Latina y tambi¨¦n para Estados Unidos. Y aunque reconocen que han ido creciendo a este lado del charco, "sigue costando"."Afortunadamente, en M¨¦xico ya hemos superado la fase en la que vienen a verte solo los espa?oles; hay una buena reacci¨®n por parte del p¨²blico mexicano de bandas que vienen de fuera y especialmente de Espa?a, es gente que conoce bien el panorama de la m¨²sica espa?ola, lo aprecia y le tiene mucho cari?o", se?ala orgulloso Juan Manuel Latorre (guitarrista y teclista).

El Teatro Metrop¨®litan, con aforo para casi 3.200 personas, abrir¨¢ ma?ana una serie de conciertos que tambi¨¦n les llevar¨¢n a Guadalajara y Monterrey, antes de seguir con sus citas latinoamericanas por Colombia, Argentina y Chile.

Atr¨¢s han dejado los antros, o garitos como ellos les llaman, en los que empezaron a tocar en 1998 y m¨¢s tarde en 2008 ya con su primer disco Un d¨ªa en el mundo. En M¨¦xico han intentado "garitear" siempre que han podido. Pero esta vez no est¨¢ previsto. "Mola ver un concierto en un bar, pero si lo piensas bien, suena fatal, no ves nada y pasas un calor de la virgen. Aqu¨ª se est¨¢ genial", cuenta Jorge Gonz¨¢lez (percusi¨®n).

Ya hemos superado la fase en la que vienen a verte solo los espa?oles, hay una buena reacci¨®n por parte del p¨²blico mexicano a las bandas que vienen de Espa?a Juan Manuel Latorre (guitarrista y teclista)

Ahora llenan grandes teatros, pero nunca est¨¢n seguros. El ¨¦xito que tienen en M¨¦xico todav¨ªa no alcanza los niveles de Espa?a y antes de cada concierto viven la incertidumbre de sus inicios. "Sales con unas ganas incre¨ªbles de ganarte al p¨²blico, en Espa?a buscamos m¨¢s la consolidaci¨®n", se?ala Guillermo Galv¨¢n (guitarrista).

Latinoam¨¦rica les hace poner los pies sobre la tierra. Despu¨¦s de llenar cinco d¨ªas una sala de Madrid con la presentaci¨®n del ¨¢lbum La deriva, vendiendo m¨¢s de 12.000 entradas, abren los conciertos de grupos como Zo¨¦ y se enfrentan a miles de personas que no han pagado nada por verlos a ellos. "Nos viene muy bien bajar un poco al infierno", reconoce ?lvaro B. Baglietto (bajista) cuando se refiere al tour que hicieron hace seis meses por numerosas ciudades del pa¨ªs.

Antes de cruzar el charco recorrieron Europa con una gira muy especial. La mayor¨ªa de sus conciertos estaban dedicados a todos aquellos espa?oles que han tenido que dejar Espa?a para buscarse la vida en Alemania, Francia o Inglaterra. "All¨ª nos recibieron con un especial cari?o. Fue como una comuni¨®n con gente que esperaba alguna se?al de lo que hab¨ªan dejado atr¨¢s", recuerda Galv¨¢n.

Su cr¨ªtica a una realidad que consideran injusta se palpa en?La deriva. Todo empez¨® con una foto de perfil en una red social. En ella se mostraba un caballito de carrusel que acababa de salirse del c¨ªrculo mon¨®tono. "Muchos pueden pensar que est¨¢ libre. Otros que se va a caer y se va romper". Esa idea uni¨® todas las canciones del ¨²ltimo disco, que les retrata crudos, directos y m¨¢s expl¨ªcitos que nunca. Y sobre la desaparici¨®n de 43 estudiantes en Iguala (Guerrero), Guillermo Galv¨¢n se?ala: "Ojal¨¢ se esclarezca todo y que la gente pueda de una vez luchar por sus derechos sin sufrir represalias. Aqu¨ª y en todo el mundo".?

Este s¨¢bado llenar¨¢n las butacas rojas del Teatro Metropolitan de la Ciudad de M¨¦xico con una ¨²nica funci¨®n. Y, como en Quer¨¦taro, pisar¨¢n el escenario con el prop¨®sito firme de conseguir cautivar al p¨²blico mexicano. Esta vez lo tienen m¨¢s f¨¢cil. Al menos, no habr¨¢ piedras.??