El rinoceronte
Este amigo m¨ªo se llevaba las manos a la cabeza. Es music¨®logo y me contaba que el fin de semana pasado hab¨ªa viajado a Barcelona para un concierto. Entre sus conocidos figura un compositor al que trata desde antiguo y siempre le hab¨ªa parecido una persona normal, dotada de una cierta instrucci¨®n. Estuvieron hablando un buen rato hasta que sali¨® lo de Catalu?a. Mi amigo le pregunt¨® c¨®mo llevaba el compositor la refriega nacional. ¡°Mal¡±, contest¨® el compositor, ¡°pero es que Catalu?a no levanta cabeza desde la ¨²ltima guerra¡±. Mi amigo le pregunt¨® a qu¨¦ guerra se refer¨ªa. ¡°?Hombre, a la guerra civil, cuando nos invadieron los espa?oles!¡±.
Mi amigo dudaba de si aquello era un sarcasmo porque el compositor no es exactamente alguien dotado de un agudo sentido del humor, pero lo hab¨ªa dicho en serio. Es pasmoso que un hombre que algo habr¨¢ le¨ªdo, que tiene tratos con c¨ªrculos musicales europeos, se trague una patra?a tan pueril. No obstante, eso es lo chocante de la situaci¨®n catalana, que las mentiras por toscas que sean no las niega nadie y han penetrado en el medio cultural catal¨¢n, donde no se divisa la m¨¢s leve cr¨ªtica.
Un orate de la asociaci¨®n separatista que dirige Carme Forcadell y que es la que da ¨®rdenes a Mas, tiene un v¨ªdeo en YouTube que merece la pena (pulse Victor Cucurull). En ¨¦l afirma ante un grupo de personas que Teresa de Jes¨²s era abadesa de Pedralbes (Barcelona), que el Quijote fue escrito en catal¨¢n, que la civilizaci¨®n de Tartessos es en realidad de Tortosa (Tarragona) y otro sinf¨ªn de sandeces. Afirma, adem¨¢s, que estas cosas no se saben debido a la conspiraci¨®n de los historiadores espa?oles. No es el ¨²nico, tambi¨¦n abunda en ello Jordi Bilbeny, que, aunque oriundo de Arenys de Mar, es profesor. Hay muchos m¨¢s.
Que el nacionalismo es una psicosis delirante lo sab¨ªamos quienes soportamos a Franco y a sus pedagogos, pero lo m¨¢s temible del nacionalismo catal¨¢n es el menosprecio en que tiene a sus votantes. Ni uno s¨®lo de los 300 historiadores subvencionados para los fastos de 1714 ha desmentido estas quimeras. Su silencio, otorga. Sea porque los historiadores catalanes creen las paparruchas oficiales, sea porque en aquella regi¨®n todos est¨¢n dominados por el temor.
Una ¨¦lite cultural que se comporta con semejante incuria indudablemente se considera por encima del pueblo que dice defender. Lo m¨¢s probable es que vean la futura Catalu?a como un orden estamental en el que los poderosos tendr¨¢n un servicio cultural ancilar con funciones publicitarias. El desprecio al votante es lo m¨¢s peregrino del nacionalismo catal¨¢n.
En una obra de Ionesco cada d¨ªa aparec¨ªa un nuevo ciudadano con cabeza de rinoceronte. Al principio era gente lejana, pero el protagonista comienza a inquietarse cuando un d¨ªa es su mujer la que despierta con cabeza de rinoceronte. Ionesco pensaba en los procesos totalitarios que hab¨ªa vivido la Europa del fascismo triunfante, pero es un fen¨®meno com¨²n a todas las sociedades desquiciadas. Mucho rinoceronte en la cama.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.