¡°La vida ha sido generosa conmigo, no tengo resabios, se duerme mejor¡±
'Antolog¨ªa desordenada' es la recopilaci¨®n de 50 canciones de Serrat
De no haber tenido ¨¦xito Can?¨® de matinada, su primer gran n¨²mero uno, a lo mejor Joan Manuel Serrat hubiese hecho avances en el campo de la biolog¨ªa. ¡°Como investigador¡±, asegura, ¡°aunque como maestro tampoco hubiese estado mal. En otras ¨¦pocas, digo, no en esta¡¡±. De todas formas, en su balance con la vida se muestra m¨¢s que satisfecho, como se desprende de esta recopilaci¨®n, Antolog¨ªa desordenada, presentada ayer y cocinada al alim¨®n con m¨¢s de 30 compa?eros que han reinventado 50 canciones suyas para celebrar medio siglo de carrera.
A pesar de tan f¨¦rrea resistencia en su campo, tampoco quiere ahorrar cr¨ªticas a lo que le rodea o mostrarse indiferente. Eso nunca. Por ejemplo, con respecto a lo que vaya a determinar el domingo 9, d¨ªa en que est¨¢ convocado ese duelo al sol entre el envite soberanista y el Estado. ¡°Pues todav¨ªa no s¨¦ lo que har¨¦, depende de c¨®mo se desarrollen los acontecimientos esta semana. Pase lo que pase, quiero dejar claro que la gente tiene todo el derecho a decidir sobre su futuro, aunque a m¨ª se me hace muy dif¨ªcil pensar en Catalu?a fuera de Espa?a¡±.
Ni esas tensiones le llevan a experimentar una sensaci¨®n que dice desconocer: la amargura. ¡°No, nunca¡±. Desde que escribi¨® su primera canci¨®n, Ella em deixa, con 19 a?os, ¡°y no era autobiogr¨¢fica¡±, confiesa haber aportado tristeza, nostalgia, alegr¨ªa. Recuerda tambi¨¦n c¨®mo al principio de la d¨¦cada de los setenta se fue colando la iron¨ªa en sus textos y en las melod¨ªas: ¡°La iron¨ªa como algo reconocible, se me aparece entonces y la percibo como un mecanismo estupendo para desdramatizar asuntos sensibles¡±, afirma. ¡°Adem¨¢s, la censura, entonces, la precipitaba¡±.
Creo que la gente tiene todo el derecho a decidir sobre su futuro
Joan Manuel Serrat
Pero aquella sal de mirada con retranca a las cosas nunca se torn¨® salmuera, ni le roz¨® heridas que le hicieran supurar a quien encarnara como pocos la ilusi¨®n colectiva del final del franquismo y los primeros pasos de la democracia. ¡°Amargura, no, insisto, amargura no he tenido nunca. La vida es y ha sido muy generosa conmigo, no tengo resabios, se duerme mejor¡±. No quiere entrar en los arrepentimientos. ¡°Los tengo y muchos, pero no me da la gana contarlos. S¨ª puedo admitir que, all¨¢ donde los he detectado, he tratado de corregirlos, pero sobre todo para mi tranquilidad, en defensa propia. Lo que cuenta, al final, no es haberme equivocado, sino haber obrado en consecuencia con lo que uno piensa¡±.
Tampoco ha sido muy favorable a regodearse en su trabajo quien desde el minuto uno fue reconocido pilar de la Nova Can?¨®. El noi de Poble Sec, que se mov¨ªa como nadie entre la dualidad catalana por parte de padre y la aragonesa, herencia de una madre ma?a, confiesa que despu¨¦s de una composici¨®n, pasa p¨¢gina: ¡°No las escucho en casa ni en el coche. Si voy por el pasillo y de la habitaci¨®n de alguno de mis hijos noto que sale o, mejor dicho, sal¨ªa, una de ellas, me llena de orgullo¡±.
A m¨ª se me hace muy dif¨ªcil pensar en Catalu?afuera de Espa?a
Joan Manuel Serrat
Aunque para este trabajo se ha esmerado y se ha vuelto a enfrentar a muchas de ellas. ¡°Ha sido un a?o duro. Me empe?¨¦ en tratar directamente por tel¨¦fono o correo con todos los que han colaborado en esta antolog¨ªa. Con cada uno he realizado los arreglos, en la experiencia hemos aportado cada uno un 50% para cada tema escogido¡±. Se nota su af¨¢n perfeccionista: ¡°Este trabajo cuenta con algo de dedicaci¨®n y otro tanto de talento. Ambas virtudes conjuntadas suelen dar como resultado eso que llamamos inspiraci¨®n¡±. La ha tenido a raudales para poner en marcha este macroproyecto en el que ha contado con la complicidad de artistas dispares que le reconocen la maestr¨ªa. La lista da idea de su impacto: de Les Luthiers a Lolita, Poveda, Carmen Linares o Silvia P¨¦rez Cruz; de Paquita la del Barrio a Calle 13 o Rub¨¦n Blades. De Estopa, Pablo Albor¨¢n o Alejandro Sanz a Dulce Pontes. De Joaqu¨ªn Sabina, Miguel R¨ªos o V¨ªctor Manuel y Ana Bel¨¦n a Soledad Gim¨¦nez, Aute o Mercedes Sosa, un carrusel de artistas de varias nacionalidades hacen suyas las influencias de un autor que renov¨® la m¨²sica popular y la dignific¨® hasta sus cotas m¨¢s altas.
Los homenajes no le dan urticaria. Ni siquiera este, en cuatro vol¨²menes. ¡°Todos los d¨ªas trato de darme uno, siempre que el cuerpo lo permita¡±. De aquellos problemas de salud con un par de c¨¢nceres bien agarrados a tiempo, no queda rastro: ¡°Siempre hay que estar atento, pero ya pas¨®".
Queda un legado que va magnific¨¢ndose con el tiempo y flexibiliz¨¢ndose en la garganta de tantos otros que lo tratan como a un maestro. Menos sus vecinos, dice Serrat. ¡°Ahora, como voy a salir tanto en la tele, se fijar¨¢n. Pero cuando me ven ir a comprar el pan o a por el peri¨®dico o acercarme a la farmacia, ni se dan cuenta. All¨ª soy el que pasea al perro, ese que ladra tanto¡±.
A veces le echan en falta. Como ocurrir¨¢ a partir del a?o que viene, cuando emprenda carretera y manta de nuevo: le esperan 90 conciertos por todo el mundo. Desde febrero por Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile. Despu¨¦s, en verano, Espa?a y, en oto?o, vuelta a Am¨¦rica: Caribe, Centro y Norteam¨¦rica (M¨¦xico y Estados Unidos), Colombia, Ecuador y Per¨². Su mayor reconocimiento, pues: no hablar ni en broma, de retiradas.
Especial Serrat, 50 a?os de m¨²sica en elpais.com
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