Escribir mientras otros duermen

Fabio Mor¨¢bito ¡ªmexicano nacido en Alejandr¨ªa (Egipto), pero de familia italiana¡ª inici¨® estas notas sobre episodios decisivos de su formaci¨®n de escritor, y otros aspectos colindantes, al implicarse en una colaboraci¨®n mensual en el diario argentino Clar¨ªn. Aquello dur¨® un par de a?os, pero ese r¨¦gimen, con la exigencia de la brevedad ¡ª2.000 caracteres¡ª, le impuls¨® a seguir hasta los 84 textos que, reunidos en El idioma materno,conforman un hermoso volumen donde no se sabe qu¨¦ admirar m¨¢s, si la concisi¨®n, el esmerado estilo o las ingeniosas sugerencias con que sutilmente mezcla autobiograf¨ªa y reflexi¨®n.

Este tipo de libros, poco acordes con el comercio, se adscribe a un g¨¦nero dif¨ªcil de catalogar, que en general escriben poetas y cuentistas. El mexicano Fabio Mor¨¢bito ¡ªautor de libros de cuentos como La vida ordenada o Lenta furia (publicados por Tusquets) y que hace unos meses public¨® en Espa?a su ¨²ltimo poemario Delante de un prado una vaca (Visor)¡ª ejerce excelentemente ambas tareas con una precisa prevenci¨®n. Poes¨ªa y f¨¢bula, combinadas con la confesi¨®n de algunas mermas personales, se confunden aqu¨ª en un empe?o de destapar los resortes, intrincados o misteriosos, que lo han llevado a concebir la escritura no como una actividad preclara, sino furtiva, como revela en el primer texto, ¡®Scrittore traditore¡¯.

Poes¨ªa y f¨¢bula, combinadas

Para Mor¨¢bito, que lleg¨® a M¨¦xico con 15 a?os sin saber espa?ol, la vocaci¨®n de escribir tiene el sabor de la traici¨®n; escritor es quien se repliega de la vida, apart¨¢ndose del bullicio, para apreciarla mejor, lo que supone una actitud desligada de los efectos dram¨¢ticos de la realidad. Esta representaci¨®n choca con la idealizaci¨®n ¨¦tica, tan extendida actualmente, y esboza una figura m¨¢s de corte artesanal. Mor¨¢bito confiesa, sin ning¨²n alarde, que lleva a?os imponi¨¦ndose un horario estricto: se levanta todos los d¨ªas a las 5.30 y escribe tres horas "cuando los dem¨¢s duermen todav¨ªa y por tanto escribo para que nadie despierte, para que sigan durmiendo". Protege el sue?o y, a la vez, escribe a espaldas de los otros. Esa cualidad furtiva determina su mirada. Pero sobre todo hace arraigar una voluntad de esclarecimiento de la motivaci¨®n de escribir, no centr¨¢ndose en las influencias literarias, sino en vislumbrar en la experiencia su conversi¨®n en palabras.

Y sin caer en la exhibici¨®n, sirvi¨¦ndose de unas pocas an¨¦cdotas, cuya gravedad se aten¨²a con la vibraci¨®n de una prosa muy calculada, fundamenta su pasi¨®n literaria por el temor a la inexactitud, pues "escritor es aquel que se enfrenta al fracaso de escribir y hace de ese fracaso, por decirlo as¨ª, su misi¨®n, mientras los dem¨¢s sencillamente redactan". Toda una declaraci¨®n de principios sobre la que orbitan estos textos, maravillosamente estrictos y conmovedores, que tienen la propiedad de alentar una inminencia siempre postergada que aqu¨ª se renueva en cada p¨¢gina.

El idioma materno. Fabio Mor¨¢bito. Sexto Piso. Madrid, 2014. 184 p¨¢ginas. 16 euros