¡°La RAE tiene recursos para resistir cuatro a?os y enderezar las cuentas¡±
Dar¨ªo Villanueva, director electo de la Real Academia, tomar¨¢ posesi¨®n el 8 de enero
Era un secreto a voces que los acad¨¦micos deseaban en la direcci¨®n de la casa al catedr¨¢tico Dar¨ªo Villanueva (Vilalba, Lugo, 1950), al que muchos consideran el ¨²nico capaz de enderezar el rumbo econ¨®mico de la casa. El viernes, al d¨ªa siguiente de su elecci¨®n, a pesar del constante zumbido telef¨®nico (m¨¢s de 400 mensajes y correos) que acompa?a la entrevista en su despacho de secretario (tomar¨¢ posesi¨®n como director el 8 de enero), Villanueva se muestra m¨¢s distendido, proclive a la retranca y refractario al catastrofismo. Para ¨¦l, acaba de empezar el segundo ciclo de otros 300 a?os.
?Pregunta. ?C¨®mo ha dormido?
Respuesta. Estupendamente. Debo ser muy inconsciente. A estos puestos se llega sin experiencia, que es malo, pero tambi¨¦n con inconsciencia, y eso es muy bueno. Con los a?os espero tener m¨¢s experiencia y m¨¢s conciencia, y eso tendr¨¢ algunos problemas. De momento, soy inexperto e inconsciente.
P. ?Qu¨¦ ha hecho al llegar?
R. He saludado a Isabel, mi secretaria, hemos cruzado chistes¡
P. ?Quiere contarlos?
R. Son incontables. Los dos somos G¨¦minis y podemos trabajar como si fu¨¦ramos cuatro. Luego contest¨¦ llamadas y correos, nada excepcional.
P. ?Cu¨¢l es la llamada de m¨¢s alto nivel que ha recibido?
R. Me han felicitado el secretario de Estado de Cultura, Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle, el conselleiro de Educaci¨®n de Galicia, los directores de las academias americanas, incluso de Australia¡ el mundo est¨¢ realmente convertido en una aldea global.
P. Pero no el presidente Rajoy. ?Se conocen?
R. S¨ª. Cuando yo era rector de la Universidad de Santiago y presid¨ªa la Red de Bibliotecas espa?olas, ¨¦l era ministro y me ayud¨® a montar una magn¨ªfica exposici¨®n sobre las joyas de las bibliotecas espa?olas. Mi primera relaci¨®n con ¨¦l fue cuando estaba de presidente de la Diputaci¨®n de Pontevedra y organizamos un congreso sobre Rosal¨ªa de Castro.
P. Se conocen, los dos son gallegos, ?conf¨ªa que eso le ayude para sensibilizarle hacia la Academia?
R. (Villanueva hace la pausa m¨¢s larga de toda la conversaci¨®n). El presidente del Gobierno es el presidente de todos los espa?oles y de ¨¦l se espera que tenga un trato igual para todas las causas meritorias. Voy a cursarle invitaci¨®n para que venga a visitar la biblioteca de 17.000 vol¨²menes de Rodr¨ªguez Mo?ino y Mar¨ªa Brey, que fue su t¨ªa abuela y bibliotecaria.
P. ?Fue una de las bibliotecarias depuradas en la dictadura?
R. Tengo entendido que s¨ª. Ella hab¨ªa estado vinculada al Congreso de los Diputados. Quiero ofrecerme como director a mostrarle esta biblioteca tan vinculada a su familia.
P. Hoy ha sido Trending Topic.
R. Pues yo no noto absolutamente nada.
P. M¨¢s all¨¢ de la an¨¦cdota, denota inter¨¦s por la RAE.
R. La Academia, que ha cumplido 300 a?os, es una referencia que est¨¢ en el horizonte cultural, casi en el imaginario colectivo de los espa?oles y los americanos. Es impresionante el eco de la Academia en Am¨¦rica.
Dar¨ªo Villanueva interrumpe la entrevista para atender la llamada del ministro de Educaci¨®n y Cultura, Jos¨¦ Ignacio Wert.
P. ?Habr¨ªa preferido ser elegido en 2010, cuando se impuso la candidatura de Blecua a la suya? Le habr¨ªan tocado las alegr¨ªas del tricentenario y el nuevo DRAE.
R. Claramente ahora respondo que no. En 2009, estando en el hospital donde convalec¨ªa de un accidente de coche, me llamaron para decir que hab¨ªa sido elegido secretario. En 2010 se produjo la votaci¨®n para la direcci¨®n. Creo que habr¨ªa sido muy precipitado, aunque habiendo aceptado ser secretario, tambi¨¦n hubiese aceptado ser director si aquella peque?a diferencia de votos hubiese sido a mi favor. Pero quienes no me votaron entonces me hicieron un gran favor.
P. Ahora ha tenido un apoyo del 80%.
R. Ser¨ªa jactancioso decir que lo esperaba, pero s¨ª lo deseaba. Al final, cosa rara en la vida, mis deseos coincidieron con la realidad. A t¨ªtulo personal es reconfortante, pero es m¨¢s importante a nivel institucional porque significa que hay una mayor¨ªa que respalda una serie de proyectos. El puesto de secretario permite conocer muy bien la Academia y, sin necesidad de alharacas, es la mejor campa?a que se pueda hacer. El director no es m¨¢s que un primus inter pares, alguien con la autoridad que le confiere la voluntad de los dem¨¢s.
P. Algunos acad¨¦micos le ven casi como el ¨²nico capaz de salvar la tempestad que atraviesan.
R. Sinceramente no cargar¨ªa las tintas en la situaci¨®n. Hay que ver en qu¨¦ momento estamos todos. Yo no quiero exagerar la figura de la crisis, no voy a sobreactuar en ese terreno cuando en Espa?a las familias, los j¨®venes, los mayores, las empresas y las instituciones tienen much¨ªsimas dificultades. Le quitar¨ªa el hierro de la excepcionalidad dram¨¢tica que la Academia tiene.
P. Aunque no quiera dramatizar, la situaci¨®n es dif¨ªcil, con un desajuste de 2,5 millones. ?Sanear las cuentas ser¨¢ su gran objetivo?
R. Prefiero hablar de lograr a trav¨¦s de una planificaci¨®n estrat¨¦gica, que ya existe y ten¨ªamos, en el plazo de cuatro a?os, encontrar el equilibrio financiero que garantice la sostenibilidad. La Academia tiene recursos para resistir en ese periodo de tiempo para enderezar la situaci¨®n. Si no tuvi¨¦ramos esos recursos, s¨ª podr¨ªamos hablar de una situaci¨®n dram¨¢tica, pero por suerte, gracias a la austeridad y a la buena gesti¨®n, dispone de un remanente. ?En qu¨¦ mejor causa se puede aplicar que en la causa de sostener durante cuatro a?os un plan estrat¨¦gico que nos va a conducir a la sostenibilidad?
P. Tienen ahorros.
R. Ha habido a?os en los que la Academia ha ingresado m¨¢s de lo gastado. Es un buen indicio, la Academia no ha sido manirrota y ahora es el momento, en vez de guardar eso en un calcet¨ªn, es el momento de usarlos para desdramatizar la situaci¨®n y en esos cuatro a?os alcanzar el objetivo de llegar al equilibrio entre gastos e ingresos.
P. Para eso crear¨¢n la nueva sociedad.
R. La sociedad ya est¨¢ creada. En la Academia hay personas con enorme experiencia en temas econ¨®micos. Ellos mismos hab¨ªan advertido que, aunque la Academia no es ni ser¨¢ nunca una empresa y sigue siendo lo que fue, una reuni¨®n de personas ilustradas que quieren hacer algo en el terreno de la lengua, ocurre que a diferencia del siglo XVIII, esas actividades de la Academia implican elementos comunes a la gesti¨®n empresarial. Ahora es una organizaci¨®n que funciona porque tenemos una plantilla de 86 personas muy cualificadas sin las cuales no podr¨ªamos hacer el trabajo. Tiene una dimensi¨®n laboral y empresarial. El plan contempla una sociedad, RAE Gesti¨®n, que pueda atender estos aspectos.
P. ?No desvirt¨²a la naturaleza con la que naci¨® la RAE?
R. Todo lo contrario. Es una estrategia que permite liberar cargas que el pleno estaba soportando atendiendo a cuestiones que no son puramente acad¨¦micas. En ¨²ltima instancia el pleno tendr¨¢ que ratificar las decisiones.
P. ?Cu¨¢les ser¨¢n las nuevas v¨ªas de ingresos?
R. Quiz¨¢s la clave est¨¢ en reinventar la rentabilizaci¨®n econ¨®mica de esa gran inversi¨®n que es el Diccionario. Hasta ahora ven¨ªa por la venta. La Academia no renuncia a seguir editando diccionarios, pero sabe que la importancia cuantitativa no se va a repetir. No queremos morir del ¨¦xito que el Diccionario en l¨ªnea tenga 40 millones de visitas. Nuestros asesores nos dicen que alguna entidad ver¨¢ rentable patrocinar esa marca. Y luego est¨¢n las aplicaciones del Diccionario y otras bases de datos para tel¨¦fonos y tabletas. En las pr¨®ximas semanas negociaremos un contrato comercial con Microsoft.
P. ?Cu¨¢nto cuesta hacer el Diccionario?
R. La diferencia entre la RAE y quienes hacen el Oxford, Le Robert o Zingarelli es que ellos conciben la producci¨®n de sus diccionarios en los t¨¦rminos de rentabilizar la inversi¨®n porque son empresas. El nuestro es una rara avis, que tiene ediciones a lo largo de cuatro siglos. No lo enfocamos de la misma manera. La Academia naci¨®, vivi¨® y sigue viviendo pivotando su actividad sobre el Diccionario. No es una empresa, es un mandato, una vocaci¨®n y una misi¨®n. La Academia hace un Diccionario sin hacer las cuentas de lo que cuesta. Nosotros lo hacemos porque lo tenemos que hacer, lo hacemos con nuestros acad¨¦micos y nuestro personal. No vamos a calcular su coste porque est¨¢ fuera de la l¨®gica con la que naci¨® la Academia. Preferimos que la lengua se enfoque como un instrumento de comunicaci¨®n y cultura. El valor de la lengua no es el econ¨®mico.
P. ?Por qu¨¦ la Academia no tiene una editorial propia?
R. Nosotros no sabemos editar libros ni tenemos recursos para hacerlo. Zapatero a tus zapatos. La Academia no existe para vender diccionarios, sino para hacerlos.
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