426 euros
En pol¨ªtica electoral est¨¢ ya casi todo inventado y los estudiosos del sistema de signos medi¨¢ticos saben que las ofertas de subsidio, cheques e incentivos logran un eco resonante entre los votantes
La campa?a electoral qued¨® inaugurada con la presentaci¨®n del subsidio para parados de larga duraci¨®n. 426 euros durante seis meses, ligados a la b¨²squeda activa de empleo y a condiciones de precariedad con antig¨¹edad en el paro. Los agentes sociales y el gobierno, todos tocados por el clima de desprestigio institucional, est¨¢n hambrientos de fotos as¨ª de alentadoras. Al final, en pol¨ªtica electoral est¨¢ ya casi todo inventado y los estudiosos del sistema de signos medi¨¢ticos saben que las ofertas de subsidio, cheques e incentivos logran un eco resonante entre los votantes. Lejos a¨²n del salario biol¨®gico, ese sue?o inalcanzado de cobrar sencillamente por que alguien te naci¨® un d¨ªa, lo que se lanzan son propuestas intermedias. A algunas de ellas se les llama populistas, pero el uso de ese t¨¦rmino es err¨®neo, porque populistas son todas.
El plan del gobierno tiene una duraci¨®n de un a?o y puede descontarse del salario si alguien encuentra trabajo en esos meses de percepci¨®n. El coste, mirado con cierta comparativa provocadora, no es demasiado alto para el Estado. Con lo que ha tenido que desembolsar para las trampas contables de Bankia podr¨ªa mantener esta ayuda durante 22 a?os. Algo as¨ª como un plan Pive que en vez de incentivar la venta de autom¨®viles alivia a seres humanos desamparados. Si finalmente el gobierno recupera el cheque beb¨¦ o similar premio a la natalidad, cantar¨ªa feliz bajo el mismo chaparr¨®n que cuando lo provocaba Zapatero era tildado de propagand¨ªstico.
Ver a la vicepresidenta Soraya S¨¢enz el mismo d¨ªa, en la visita navide?a a los soldados espa?oles desplazados en Afganist¨¢n, ayuda a disparar la rumorolog¨ªa que la sit¨²a deshojando la margarita entre seguir siendo la cabeza gestora del gobierno o convertirse en cartel electoral local. Rajoy no se desdijo de sus palabras del jueves pasado, cuando afirm¨® que la crisis es ya historia, sino que le sum¨® un matiz cuatro d¨ªas despu¨¦s para decir que ese presente radiante a¨²n tiene que llegar al bolsillo ciudadano. En los medios lo dicho, dicho queda. Y una declaraci¨®n logra su objetivo aunque despu¨¦s sea matizada y hasta negada o incluso si hay que pedir perd¨®n por ella. Vuelven tiempos de alegr¨ªa, la tristeza es historia, estamos en campa?a.
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